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Trapera

Memoria de la Poesía Canaria

SE PUEDE SER FELIZ EN Y DESDE AGULO

(Por Perera)

Hoy traemos a esta sección de nuestra Trapera una en absoluto conocida voz poética del y para el archipiélago canario. Se trata de Cesarina Bento (1844-1910), poetisa del pueblo de Agulo (conocido como el “Bombón de La Gomera”), de la que sólo conocemos unos tantos poemas recogidos en Poetas Canarios (1874) de Elías Mújica y en Las poetisas isleñas (1940), un opúsculo del hasta ahora inestudiado y sangrantemente cuasiolvidado Sebastián Padrón Acosta, el que parece encontró (como tantas otras cosas de nuestro XIX) un volumen manuscrito de poesías y prosas de la autora, en la actualidad desaparecido.

Demos datos. Como hemos dicho, nace en Agulo y su familia pasará nueve años en Cuba (“porque te amo, Cuba, como a mi patria”: léase Canarias). Allí recibiría clases de José de La Luz Caballero, el gran impulsor de la filosofía laica y de la modernización del sistema de enseñanza en aquel país (un señor que estuvo con Humboldt en Berlín proyectando un laboratorio magnético en La Habana), siendo crítico feroz con el maltrato a los campesinos y con el régimen esclavista. Al regresar su padre a La Gomera, parece que ella tenía cierto miedo y reparo en la vuelta. Lo hicieron en 1863. Cesarina murió a los sesenta y seis años en su pueblo de nacimiento.

Alfonso González Jerez, que hace la introducción a este libro publicado (cómo no) por Ediciones Idea, en su colección “Voces de La Gomera” (marzo, 2004), tiene una visión del Romanticismo literario canario más al uso que los retretes (rezagada y chirriante, nulidades y mediocridades; donde se tacha a Graciliano Afonso como mismo lo hace Menéndez Pelayo: algo así como un ignorante de la poesía...). Y, vamos, no es que me parezca mal: me parece una verdadera ignorantada (esta sí) porque no da argumentos NUEVOS para ello afirmar. Pero, en fin, una pequeña introducción que (como todo nimio textito) repite y sepulturiza a esa época olvidada por machacada.

Eso sí (me pregunto): ¿para qué un libro de una “insufrible faramalla” (como dice de los poetas canarios de este siglo), y encima de La Gomera, y encima de Agulo? ¿Dónde están los razonamientos, por tanto, para fundamentar en Ediciones Idea libros de tan infumable calibre, según tal señor?

En todo caso, querido, bienvenido sea este puñado de textos para muchos; a pesar de sus fustigamientos.

Sin embargo, como he dejado de creer hace un tiempito en esos análisis filológicos almárgenes de la realidad, a mí esta señora, y sus testimonios (palabra con mucho peso desde nuestra boca) poéticos, se me avecinan un caso claro de reflexión desde varios DESDES significativos.

Ella nos habla desde su condición de mujer del siglo XIX, que no es poco socialmente hablando. Y es escritora desde su condición de poeta mujer, que tampoco es poco (recordemos que las poetisas canarias han sido trabajadas, sobre todo, por Blanca Hernández para el siglo XX canario; y por Padrón Acosta y Eugenio Padorno para el siglo XIX). Pero es que, encima, no suele figurar en los listados de estas poetas canarias decimonónicas: así que hablamos desde un margen más al margen de las ignoradas escritoras de este momento. Dentro del desde periférico que son todos los poetas isleños para la crítica literaria (y no sólo peninsular-europea: como hemos visto en González Jerez). Y, para más inri, no sólo desde La Gomera, sino desde Agulo (¡toma ya!).

En medio de toda esta marginalidad vivida en la carnes de Cesarina Bento (fuera ella consciente o no), no es otra que ella misma la que nos da la pauta justa a seguir: el análisis y el conocimiento de vidas (supuestamente) anónimas de nuestras realidades es dar vida a los que precisamente, una vez muertos, han querido algunos re-matar. Porque, amigos, que no se haya escrito, que no se haya dejado ningún testimonio, no quiere decir que no se haya ni vivido ni dejado huella. Mi pregunta sería: ¿qué hay de todos aquellos innobrados en la HISTORIA, ese término lleno de connotaciones injustas para los que han estado al margen de la escritura, al margen de las (grandes) ciudades, al margen de las (grandes) hazañas? ¿Qué hay de las pulguitas humanas?

Tener que decir que YA NO EXISTEN, ni como muertos, me parece una gran barbaridad. Hay que escribir en ellos y desde ellos (no sé si González Jerez será, en este sentido, consciente de su buen hacer). Porque tantas enseñanzas y sabidurías (“se puede ser feliz en La Gomera”) dieron a otros anónimos que, quizás alguno, dejó de serlo ignorando todo su pasado. ANONIMIA es la barbarie: pero porque, en la mayoría de los casos, los NOMBRADOS y NOMBRANTES lo han querido: han querido re-matar.

No me digan que no es revolucionario decir, en medio de la GRAN CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL, desde la barbarie: se puede ser feliz en y desde Agulo.

VII

Que allá en el fondo de mi mente ardía
y era a mi patria regresar un día
y allí, bajo su cielo transparente,
a la sombra del haya y los viñátigos
alejados del mundo inconsecuente
do sólo se hayan ya seres apáticos,
vivir unidos por amor ardiente
y sin oír discursos enigmáticos,
que aún dura allí la semilla primera,
se puede ser feliz en La Gomera.

VIII

En la cumbre de un peñón
que bate el mar con sus olas,
me senté, dejando, a solas,
vagar la imaginación.
Una cruz, sin inscripción,
me conmovió, sin hablar,
sobre el peñón, hecho altar.
La cruz me pidió un sufragio
y en recuerdo de un naufragio
recé, maldiciendo al mar.
En confusión transitoria
vi, por las aguas cubiertos,
despojos de muchos muertos
que viven en mi memoria;
pero, al repasar mi historia
de tan siniestros horrores,
el mar calmó mis dolores
con la brisa de ternura
que tiene toda hermosura
para templar los rencores.

En pleno siglo XXI

(por Juan Manuel Betancor)

En pleno siglo XXI, nos encontramos con una nueva plaga: LOS FUMADORES.

Durante la historia de la humanidad y en todas sus épocas ha existido algún tipo de colectivo perseguido por razón de sus creencias religiosas, étnicas, sexuales, etc.

Y en este siglo le toca a los fumadores, una raza aparte. Reconozco, como fumador, que realizar dicha actividad perjudica a mi salud y a las personas que se encuentran a mi alrededor, pero no creo que la mejor forma de acabar con este problema sea poner a los fumadores poco menos que como apestosos y crearnos un guetho para poder fumar.

Y no quiero, ni deseo, hacer una alabanza al tabaco, pero quiero dejar constancia que existen sustancias tan perniciosas y perjudiciales para la salud del individuo y del colectivo, que no están siendo ni tan perseguidas, ni son tan mal vistas como el fumar. Podemos poner ejemplos claros. ¿Acaso no es perjudicial el alcohol y las drogas (cocaína, heroína, crack, hachís, etc…)?

Hoy le es más fácil para un chico joven conseguir alcohol o cualquiera de las drogas que he nombrado que comprar un paquete de cigarro.

La pregunta que me hago es qué se esconde detrás de todo esto.

Se escudan en que los fumadores suponen un gran gasto para el Sistema Sanitario, por las enfermedades derivadas del mismo, pero ¿las enfermedades derivadas por el uso de los otros estimulantes no producen también un gran gasto para la Sanidad?

¿Cuántas familias no se rompen porque alguno de sus miembros son consumidores de este tipo de sustancias?

¿Cuántas personas hay en las cárceles por el consumo de tabaco?

Hagamos la pregunta al revés: ¿Cuántas personas hay en las cárceles por el consumo de droga y sus derivaciones (robo para poder adquirirla, (a familiares, amigos, desconocidos, a quién sea))? No, no importa, lo único que les preocupa, es como conseguirla. Es duro, pero es la realidad.

¿Cuántos accidentes de tráfico se producen por el uso de estimulantes como el alcohol o las drogas?

¿Cuántas personas mueren o quedan inválidas para el resto de sus vidas?

¿Cuántas mujeres son maltratadas psicológica o físicamente y que llegan incluso a ser asesinadas por sus parejas, que un alto porcentaje abusa de drogas legalizadas como el alcohol?

Eso sí, somos muy solidarios cuando ocurre un caso de estos. Salimos todos un minuto a las puertas de los centros de trabajo, en señal de condolencia.

Y esas campañas de Tráfico con los mensajes de no corras o guarda la distancia, pero cualquier joven con el carnet de conducir recién sacado, se puede poner tranquilamente al volante de un coche de 150 ó 200 caballos de potencia. ¿Eso no se puede regular? Y no quiero decir con esto que sean los jóvenes los que más accidentes producen, pero más vale prevenir que curar, porque también existen conductores con bastantes años de carnet que son unos verdaderos kamikazes.

Piensen ahora cada uno, en el pueblo o ciudad donde vivan a ver cuántos bares hay. ¿Lo han pensado alguna vez? Voy más lejos. En un radio de 500 metros, alrededor de sus casas ¿cuántos bares existen? ¡Piénsenlo! Se llevarán una gran sorpresa.

Quiero dejar constancia que tanto el consumidor de alcohol como de drogas, aunque la mayoría de ellos no lo quieran reconocer, son unos enfermos y como tales hay que tratarlos. Lo mismo que los fumadores, sé que se necesita ayuda para poder dejarlo; unos quieren recibir dicha ayuda y otros dicen que no la necesitan, que cuando quieran lo deja. Entre los últimos me incluyo. Sé que me estoy engañando a mí mismo, pero quiero dejar bastante claro que es mi vida y en ella mando yo... o quizás debería decir que quién realmente manda es el tabaco.

Así como mantengo que soy FUMADOR, también digo, y con muy poco margen de error de equivocarme, que este país es un país de ALCOHÓLICOS... ¿Y quién le pone remedio?

En pleno siglo XXI

(por Juan Manuel Betancor)

En pleno siglo XXI, nos encontramos con una nueva plaga: LOS FUMADORES.

Durante la historia de la humanidad y en todas sus épocas ha existido algún tipo de colectivo perseguido por razón de sus creencias religiosas, étnicas, sexuales, etc.

Y en este siglo le toca a los fumadores, una raza aparte. Reconozco, como fumador, que realizar dicha actividad perjudica a mi salud y a las personas que se encuentran a mi alrededor, pero no creo que la mejor forma de acabar con este problema sea poner a los fumadores poco menos que como apestosos y crearnos un guetho para poder fumar.

Y no quiero, ni deseo, hacer una alabanza al tabaco, pero quiero dejar constancia que existen sustancias tan perniciosas y perjudiciales para la salud del individuo y del colectivo, que no están siendo ni tan perseguidas, ni son tan mal vistas como el fumar. Podemos poner ejemplos claros. ¿Acaso no es perjudicial el alcohol y las drogas (cocaína, heroína, crack, hachís, etc…)?

Hoy le es más fácil para un chico joven conseguir alcohol o cualquiera de las drogas que he nombrado que comprar un paquete de cigarro.

La pregunta que me hago es qué se esconde detrás de todo esto.

Se escudan en que los fumadores suponen un gran gasto para el Sistema Sanitario, por las enfermedades derivadas del mismo, pero ¿las enfermedades derivadas por el uso de los otros estimulantes no producen también un gran gasto para la Sanidad?

¿Cuántas familias no se rompen porque alguno de sus miembros son consumidores de este tipo de sustancias?

¿Cuántas personas hay en las cárceles por el consumo de tabaco?

Hagamos la pregunta al revés: ¿Cuántas personas hay en las cárceles por el consumo de droga y sus derivaciones (robo para poder adquirirla, (a familiares, amigos, desconocidos, a quién sea))? No, no importa, lo único que les preocupa, es como conseguirla. Es duro, pero es la realidad.

¿Cuántos accidentes de tráfico se producen por el uso de estimulantes como el alcohol o las drogas?

¿Cuántas personas mueren o quedan inválidas para el resto de sus vidas?

¿Cuántas mujeres son maltratadas psicológica o físicamente y que llegan incluso a ser asesinadas por sus parejas, que un alto porcentaje abusa de drogas legalizadas como el alcohol?

Eso sí, somos muy solidarios cuando ocurre un caso de estos. Salimos todos un minuto a las puertas de los centros de trabajo, en señal de condolencia.

Y esas campañas de Tráfico con los mensajes de no corras o guarda la distancia, pero cualquier joven con el carnet de conducir recién sacado, se puede poner tranquilamente al volante de un coche de 150 ó 200 caballos de potencia. ¿Eso no se puede regular? Y no quiero decir con esto que sean los jóvenes los que más accidentes producen, pero más vale prevenir que curar, porque también existen conductores con bastantes años de carnet que son unos verdaderos kamikazes.

Piensen ahora cada uno, en el pueblo o ciudad donde vivan a ver cuántos bares hay. ¿Lo han pensado alguna vez? Voy más lejos. En un radio de 500 metros, alrededor de sus casas ¿cuántos bares existen? ¡Piénsenlo! Se llevarán una gran sorpresa.

Quiero dejar constancia que tanto el consumidor de alcohol como de drogas, aunque la mayoría de ellos no lo quieran reconocer, son unos enfermos y como tales hay que tratarlos. Lo mismo que los fumadores, sé que se necesita ayuda para poder dejarlo; unos quieren recibir dicha ayuda y otros dicen que no la necesitan, que cuando quieran lo deja. Entre los últimos me incluyo. Sé que me estoy engañando a mí mismo, pero quiero dejar bastante claro que es mi vida y en ella mando yo... o quizás debería decir que quién realmente manda es el tabaco.

Así como mantengo que soy FUMADOR, también digo, y con muy poco margen de error de equivocarme, que este país es un país de ALCOHÓLICOS... ¿Y quién le pone remedio?

AL REFERENDUM CON OREJAS DE BURRO

Por Hideyoshi


Siempre me ha cabreado mucho los paripés, que me tomen por tonto y que encima tenga que poner cara de: “que me lo trago”…me dejé la diplomacia en el vientre de mi madre y nunca me la ha devuelto. El “referéndum” del domingo es uno de esos casos.
En estos días previos, a la obra de teatro que se celebra ese día, se han movilizado todos los medios posibles para que nos enteremos de que, “como buenos europeos”, debemos ir a votar el sí (necesitamos tu voto…sin ti no sería lo mismo). Se ha hecho un bombardeo masivo desde los medios de comunicación y pegando carteles para que nos demos cuenta de que, si queremos a Europa, tenemos que apoyarla en este momento…la chica nos necesita.
Todo ello me enfada hasta límites que hasta ahora desconocía y me pregunto:
¿Por qué nos engañan haciéndonos ver una inexistente conexión entre en NO y el odio a Europa? Yo estoy a favor de ella y no me gusta esta constitución
¿Por qué esa urgencia por escenificar un supuesto referéndum que legitime algo de antemano decidido?
¿Por qué el despliegue de medios no se ha usado en difundir verdaderamente dice la constitución? ¿soy la única persona a la que esa campaña por la televisión, con Iñaki Gabilondo y Luis del Olmo, y el reparto de ejemplares en periódicos le parece insuficiente?, ¿o es que me van a convencer de que los ciudadanos de a pie entenderíamos el lenguaje en el que está redactado? Yo no me considero tonto ni de lejos y, reconozco que ya los párrafos que transcribió el amigo José Rodríguez Pérez Segura en su artículo “Argumentos para el NO al Tratado Constitucional Europeo” me costaron. Y creo que no me equivoco al afirmar que comprender la constitución entera lpondría en un apuro a más de uno…
¿Por qué no se han molestado en que nos enteremos? Para otras cosas sí lo hacen.
Todo esto me duele aún más cuando encima, con la solemnidad que el acto requiere, nos llaman a las urnas. Todo ello me parece que ultraja lo que es el espíritu democrático…lo falsea, me parece que ningunea la pluralidad y en definitiva escenifica una burla hacia el conjunto de la sociedad….¿por qué no nos piden que votemos poniéndonos unas “orejas de burro”?

EL POCO CONOCIDO LUIS BENÍTEZ INGLOTT

(Por Perera)

LUIS BENÍTEZ INGLOTT nació en Las Palmas de Gran Canaria el 23 de enero de 1895. Estudió el bachillerato en el Colegio de San Agustín y obtuvo la licenciatura de Derecho en la Universidad de Oviedo en el año 1915.

Desde muy joven cultivó con éxito el periodismo y la poesía. Formó parte del grupo capitaneado por Tomás Morales, Alonso Quesada y Saulo Torón. En 1920 marchó a París, donde residió una temporada. En París tuvo Luis Benítez ocasión de relacionarse con el gran poeta Milosz (al que escribió un poema en la revista La Rosa de los Vientos) y con otros escritores como Porto-Riche, Miomandre, Martinenche y Ventura García Calderón, el peruano.

Varias veces viajó por el extranjero. En Madrid frecuentó las tertulias del Ateneo, La Granja, Regina y Lion d’Or, en las que le introdujeron Claudio de la Torre y Enrique Díez-Canedo. Trató en ellas a figuras como Valle-Inclán, Pedro Salinas, Victorio Macho, Araquistain, Azaña, García Bilbao, Alfonso Reyes, Juan Ramón Jiménez, Gabriel Miró, Antonio Espina, Antonio Machado, Domenchina, Max Aub, García Lorca o el chileno Augusto D’Halmar.

Colaboró en las siguientes revistas literarias: España, Internacional, La Pluma, Vértice, Ultra (al movimiento que representaba esta última se adscribió Luis Benítez por algún tiempo) y la siempre interesante y llamativa La Rosa de los Vientos canaria.

Poco antes de regresar a Las Palmas, en 1923, leyó en el Ateneo de Madrid el libro de poemas, único que se conoce de él, Poemas del mundo interior, de donde está sacado el que hoy ofrecemos. No se decidió a la publicación en aquellos momentos. Lo saca a la luz en el año 1965 (Ediciones del Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria, con prólogo del dramaturgo Juan Marrero Bosch).

Vuelve a la ciudad natal, dejó momentáneamente la ocupación poética para dedicarse al ejercicio de su carrera. Una dramática coyuntura de su vida le hizo retornar a los versos en 1937, y continuó escribiéndolos hasta 1944, cuando ya apenas se ocupó de poesía, pues desde entonces se entregó casi exclusivamente a colaborar en la prensa. Se consagra a la labor de redactor de artículos de opinión y comentarios de crítica literaria y artística. Una labor necesaria sería, al menos por ahora, ir a los archivos a leer sus textos: quizás nos llevemos más de una sorpresa. Sólo les digo que, según he ido hormigueando en algunos libritos que tengo a mano, tiene artículos sobre Domingo Rivero o Domingo Velázquez; o un prólogo a un libro de Chona Madera. Artiles y Quintana dicen: “sabemos que dejó otras obras inéditas”.
Para más referencias, en el Diario de Las Palmas llevó con éxito (al parecer) la columna “El papel vale más”, que firmó con el pseudónimo de Pío Cid. “Sus artículos eran esperados y leídos con ansiedad”, nos dice Artiles y Quintana en su Historia de la Literatura Canaria.

Como articulista, Luis Benítez Inglott descuella por su gran formación cultural, su juicio seguro e incisivo y la agilidad de su prosa (así lo he leído por ahí). Con fama de gran conferenciante. Sus poemas figuran en varias antologías.

Según nos cuenta Juan Rodríguez Doreste, fue un hombre inquieto desde muchos frentes; no sólo era políglota, y no sólo tenía interés por el arte (donde hemos de incluir algún paseo como músico): también le preocuparon mucho los asuntos políticos de la comunidad, y así lo expresó en numerosos artículos (como, por cierto, Alonso Quesada). En este sentido, he visto en un texto de Lázaro Santana que fue miembro fundador del Partido Reformista (¿qué partido es éste?).

Fue traductor de Shakespeare.

Comentábamos que sólo conocemos un libro de poemas de Luis Benítez Inglott, el nombrado Poemas del mundo interior. Sé que, además, hay dos textos publicados que no están en este libro, y los incluye Lázaro Santana en su Modernismo y vanguardia en la literatura canaria: “Luz de las aguas” y “Noche de San Pedro en el archipiélago”.

No quiero decir mucho sobre su poesía, tan sólo comentar que se suele decir que tiene determinadas similitudes con la escritura (llamada) modernista canaria. Yo diría que, más que nada (y más que nada), se respira en sus poemas una humildad y sencillez muy cercana (que no idéntica) a los textos de Quesada; a los textos de Rivero; a los textos de Torón. Que no a Tomás Morales. Por lo general. Aunque no es ninguno de los tres.

Un ejemplo de lo (poco) que digo: “Jesús sobre las olas”, que leerán a continuación. Yo no creo que haya poema en toda nuestra poesía que haga de ese referente sempiterno que es el mar lo que Benítez Inglott aquí. Ni el mar particular de Cairasco, ni el de Afonso, ni el de Morales, ni el de Quesada; ni el de Manuel Padorno; ni el de nadie.

Una lectura de San Juan de la Cruz desde una humildad (ese -por siempre- recogimiento, aunque parezca expansión) marinera; más que pastoril. Esos sentidos sin-sentidos en este texto. “Gocémonos, Amado”.


JESÚS SOBRE LAS OLAS

La mar en la solemne noche abierta
sin horizontes ni riberas. Todo
sumergido en la sombra, sumergido
en una inmensidad de viento y agua.
Ni una luz, ni una estrella.
¡Oh, alma mía
perpetuamente en pie sobre la costa!
La última luz, crepuscular y tenue,
también ha naufragado en el Océano
allá lejos.
Y sólo está la mar
que llega a ti, desordenada y brusca,
pulverizada sobre la rompiente
-las olas invisibles, que se oyen
deshacerse en espuma, en la rompiente-.

La mar es un rumor de abismo: un hondo
fragor lejano y próximo. La noche
sólo sugiere mar: las costas todas,
las tierras todas se han hundido. Surge
el grave canto de la mar, que se alza
a la profunda noche impenetrable…

Augusta hora del milagro, tiembla
mi corazón en el supremo instante.

¡Es ahora, Jesús, cuando te veo
otra vez avanzar sobre las ondas!
Así, Jesús. Sin luces terrenales,
ni astros que tiemblen en el infinito,
ni costas que limiten el milagro,
ni naves que interrumpan la llanura
de la mar de cristal bajo tus plantas,
sino así: sólo tú, Jesús, en esta
inmensidad de sombra soberana;
en esta inmensidad de agua y de olas
y de los libres vientos de la mar…

Mi corazón te advierte, y va a tu encuentro
en la gran noche impenetrable. Avanza
lleno de fe sobre las ondas. Lleno
de fe sobre las ondas de la mar…

"A veces" de Felix Fco. Casanova

Fiordoan de Jabier Muguruza(Daniel Bellón)

Recientemente he tenido la oportunidad de escuchar la canción que el músico vasco Jabier Muguruza, ha creado con un poema de
Félix Francisco Casanova, recogida en su disco "Fiordoan". Felix Francisco, nacio en La Palma en 1956, y murió a los 20 años en un accidente doméstico. Era hijo del poeta postista Fëlix Casanova de Ayala. Félix Francisco causó un fuerte impacto en su momento en los ambientes literarios de las islas por su precocidad y sorprendente madurez creativa.Obras suyas son "El invernadero" (Premio Julio Tovar)"Una maleta llena de hojas", y la novela "El don de Vorace". Su obra poética completa puede encontrarse en la editorial Hiperion bajo el título "La memoria Olvidada (Poesía 1973-1976) El poema que utiliza Jabier cierra una pequeña obrita, apenas quince poemas, titulada "Una maleta llena de hojas", que en aquellos años de mi postadolescencia recuerdo como un descubrimiento fulgurante. El poema en cuestión es este:

A veces, cuando la noche me aprisiona,
suelo sentarme frente a una cabina
telefónica
y contemplo las bocas que hablan
por lejanos oídos.
Y cuando el hielo de la soledad
me ha desvenado, los barrenderos moros
canturrean tristemente
y las estrellas ocupan su lugar,
yo acaricio el teléfono
y le susurro sin usar monedas.

Es soprendente (y grato) que sea un cantautor vasco quiense sumerja en la poesía isleña buscando y encontrando.

Y aquí van otros dos poemas de "La memoria Olvidada":

EL autobús de medianoche
pasará por aquí, frente a tu casa.
Sonará tres veces el claxon
y oirás las risas contagiosas
de sus pasajeros.
Tú morderás la cortina de la ventana
y aferrándote a los muebles
romperás a llorar.
Justo la noche en que decidas
marchar
él faltará a la cita.

ERA flexible como un junquillo
y su nombre no hacía despegar los labios.
Ni al caminar por la más blanda arena
dejaba huellas, ni al lanzarse al mar
espuma.
Nunca la lluvia consiguió mojarla
ni la hojarasca crujió a su paso.
No tengo la menor idea de dónde está.
¿Lo sabes tú?"

Entre siete, Manuel Padorno

(por Philippe Tacoronte)

Una nueva editorial canaria, Interseptem, ha decidido dedicarse a la difusión efectiva de la poesía publicando libritos bien pensados y atractivos, en especial para los lectores más jóvenes. Pero la literatura que ofrecen, sobre todo en pequeñas antologías, interesará a cualquiera con un mínimo de curiosidad.

Entre los primeros títulos destaca una antología de la poesía de Manuel Padorno (1933-2002) pensada por Isidro Hernández. Y a pesar de ser breve y sintética, el lector podrá hacerse una idea (aunque muy introductoria) del itinerario de Manuel Padorno a través de todos sus libros, es decir, desde “Oí crecer las palomas” (1955) hasta “Canción atlántica” (2003), ya póstumo.

Coincide esta antología con un curso de doctorado sobre su poesía impartido en la Universidad de Las Palmas hace apenas un mes. Ahí tuvimos la oportunidad de conocer las circunstancias y toma progresiva de conciencia de Manuel Padorno desde los años cincuenta, en un proceso compartido estrechamente con el pintor Manolo Millares y el escultor Martín Chirino, tanto en lo que respecta a su concepción y práctica poética como a su idea de la condición histórica y política de Canarias. Cuestiones que en realidad no estuvieron nunca separadas.

Durante el curso hemos redescubierto un libro de Padorno que teníamos abandonado, “A la sombra del mar” (1963), respuesta sensorial al encuentro con el mundo de Lanzarote, en donde vive dos años antes de trasladarse a Madrid. La isla y sus componentes sencillos, sus realidades elementales, abren una experiencia de asombro silencioso. La luz, la gaviota, el jurel, el sable de la cebolla, las montañas de líneas suaves y secas, el paso callado, el pulso de la costa, de pescador y campesino, todo ello sin dejar de auscultar al fondo la presencia del mar. El proyecto artístico de Manuel Padorno ya se movía ahí en el reto de los sentidos de una vida plena, lo cual reaparece con fuerza en los últimos libros, sobre todo en “Para mayor gloria” y “Éxtasis”, donde la fiesta de la percepción llama a la celebración sistemática del existir.

El trabajo de Padorno constituye toda una recreación del desarrollo histórico del sentido artístico, pero comprimido en un solo sujeto. Eso intuimos al leer ciertos fragmentos de los “Manuscritos económico-filosóficos” escritos por Karl Marx en 1848: “La educación de los cinco sentidos es obra de toda la historia universal hasta el tiempo presente. El sentido obligado por la tosca necesidad práctica tiene también solamente una sensibilidad limitada. […] El hombre abrumado de preocupaciones, necesitado, no tiene sentidos para el espectáculo más bello. El comerciante de minerales ve sólo el valor mercantil de éstos, no su belleza y su peculiar naturaleza; no tiene ningún sentido mineralógico. Por consiguiente, se requiere la objetivación del ente humano, en el aspecto teórico y en el aspecto práctico, tanto para hacer humanos los sentidos del hombre como para crear la sensibilidad humana correspondiente.”

Ahí radicaría esencialmente el sentido revolucionario de la poesía de Manuel Padorno, sin por ello olvidar el valor de sus denuncias explícitamente políticas, como “Coral Juan García”, homenaje al Corredera o la crítica a las cortesanías y alienaciones de la ida distraída y esnob, como en “Let´s have a party” (ambos poemas se recogen en la antología de Interseptem).

En esa dirección valdría la pena contrastar las diferencias de mirada entre Padorno y Tomás Morales respecto a los “hombres de mar” y la vida del puerto. Morales los observa desde la distancia del burgués bien situado, seducido y a la vez espantado por la violencia y oscuridad que mismo proyecta sobre su “tema literario”. Manuel Padorno, por ejemplo en el poema “Barco Julián”, se mueve más acá del tópico y declara con quién va su compromiso: “en la Puntilla, donde vivo”.

Por todo ello y más que no diré elijo el siguiente poema de “A la sombra del mar” para ampliar la memoria canaria poética:

Nunca serán los días tan propicios:
el aire alegrado,
la granazón de la ceniza, todo
lo que en un tiempo fue ternura.
Quede el amor por testimonio.
Las montañas, tendidas, los volcanes,
la amarillenta arena caminera,
tierra oscura atravesé callando;
la trabajosa viña, la hondura
del garbanzo, los sables relucientes
de la cebolla atravesé callando.
Las olas suben dentro de mis ojos,
el jurel afilado
el rojo cantarero.
Chillan las nubes, las gaviotas grises,
el cernícalo pasa encandilado
bajo celestes aguas luminosas;
tiembla la luz por la caleta clara;
sobre peñas doradas, por las hoyas
blancas entra la luz temblando;
hermoso taller el mío: la isla.

Manuel Padorno.

La Peste

Pues aquí sigo, empeñado en ir alimentando esta sección, y aprovechando para animar a traperos permenentes y eventuales a colaborar. Copia un poema es una manera de aprender cosas insospechadas sobre él. Venga, quiero una memoria colectiva de la poesía canaria, no la de Daniel. El poema de hoy creo que viene de miedo para la fecha. Se trata de La Peste, un poema magnífico del poeta grancanario Lázaro Santana. La dureza de su ironía roza el sarcasmo, y nos pone, con un puñado de versos, frente a ciertas raíces de nuestra historia urbana. El poema pertenece a la obra DESTINO, de 1981. Ojalá este poema genere una conversación tan interesante como el poema de Arozarena. Creo que da de sí.

LA PESTE

Las Palmas, 1523, 1524, etc, etc.)

La ciudad, agobiada
de nubes, mar y muros.
Está ahí, a nuestros pies,
ahogado entre tres cielos
de iguales complacencias.
Su hedor aquí no llega
-la sombra de estos árboles
donde una pasa hacemos
en el viaje a Teror.

Conversaciones, risas aliviadas.

Cambrelenes, Sorianos, Bravos
de Laguna, Bergasas, Vega guerras,
Olartes, Armas, Clavijos:
todos los nobles ciudadanos
están aquí (yo, criado de don Diego,
le acompaño por su benevolencia)
en torno a su Ilustrísima el Señor
Obispo y a su Excelencia
el Gobernador.
Hemos cedido
la ciudad a las ratas
y al populacho (muertos al sol, vivos
alucinados tras la sombra
de Santos de madera).
Mientras dure esta
epidemia estaremos
al amparo del Pino
Santísimo.
Al marhen del horror,
del sobresalto, con la mente
libre, esos próceres notables
urdirán los proyectos pertinentes
arealizar en época propicia:
seguir luchando por la city,
coadyuvar a su gloria, a su progreso,
a su esplendor (como hasta ahora
hicieron sin escatimar esfuerzos); serán esas las líneas
de su acción al regreso.
Los preserva el Señor para tal acto
generoso, en su mutuo entendimiento.

A poco, la ciudad tendrá de nuevo
el rutilar fastuoso que tuviera
antes.

Y no podrá librarse nunca
Las Palmas de esta gente
-la peste, por los siglos de los siglos.

El caballo blanco del poeta ciego

(daniel bellón). Este poema lo escribió el gran Rafael Arozarena, dentro de un libro que rompía radicalmente su propio discurso previo, y con las tendencias de la poesía de la época, tanto dentro como fuera de nuestras islas: "El omnibus pintado con cerezas", de 1971. Arozarena es más conocido como novelista que como poeta, gracias su magnífica novela "Mararía", sin embargo el se considera fundamentalmente poeta, y es a la poesía a la que ha dedicado la mayor parte de su actividad creativa. Arozarena fue uno de los fundadores del grupo fetasiano que, fundamentalmente desde Tenerife, y alrededor del concepto que se concretó de manera más palmaria en la novela FETASA de Isaac de Vega, partiendo de una visión existencialista, amante del enigma y el absurdo, y una actitud estética vanguadista, que enlazaba con la generación machacada de "Gaceta de Arte", y que suponía una divergencia radical respecto la estéticas dominantes, especialmente en la poesía y la narrativa peninsular.

Aquí les va:

EL CABALLO LOCO DEL POETA CIEGO

Salta caballo, pájaro, poeta
ciego conjunto, bala desangrada del pecho de los ángeles.
Vuela, salta, libera los ríos ascendentes
de la sangre encendida. Galopa fieramente como un bárbaro
guerrero de la luz y de la sombra.
Destrenza las inútiles verdades de tus versos malditos
la mentira de todo lo que es cierto y ven tus ojos.
Destruye y quema el viento como las crines sueltas de tu propio entusiasmo.
Galopa fieramente. La rabia sea contigo, las alas y el silencio.
Traspasa las vidriosas ventanas del cielo navegable.
Salta, galopa y salta con Dios o con el Diablo
quema el alma y persiste.
Aún te quedan alas. No se quiebren tus alas
con premio ni castigo, con la vida o la muerte.
Salta caballo, pájaro, poeta
que el día fue una luz entre dos sombras.
Galopa y vuela. Ya no serás ceniza
cuando la inmensa hoguera del poniente
de nuevo resplandezca. Ya no serás ceniza
aunque los desalados
los inútiles ángeles que imprimen sus huellas en la arcilla
insolentes y dignos se pregunten
si vas a parte alguna.

"Con la mano en la sangre", de Pedro García Cabrera

(daniel bellon)

Pedro García Cabrera (1905-1980), nacido en la Isla de la Gomera, cofundador de las revistas"Cartones" y "Gaceta de Arte", que introdujeron las vanguardias artísticas en el Archipiélago. Preso tras el golpe de estado fascista del 18 de Julio de 1936, es deportado a Villa Cisneros por su militancia socialista, de donde se evade, para ser nuevamente encarcelado y preso en el Sahara y Granada hasta 1945. Autor de una extensa obra poética de gran calidad, se le considera uno de los poetas más inspiradores de las generaciones de escritores canarios posteriores a la Guerra Civil. El poema reseñado pertenece al poemario "Entre la Guerra y tú", escrito en prisión.

CON LA MANO EN LA SANGRE

Nadie se acuerda ya de la Gran Guerra

y aún tienen los ríos su largo brazo en cabestrillo

y los ojos saltados los puentes

y corazones ortopédicos los hombres.

Sólo tú, yo y aquel sueño polar de golondrinas,

con nuestras aguas verdes por la espera,

batimos el recuerdo en tu mármol, en mi frente, en su oído.

Nos venderán de nuevo

aunque prosigan con su rebelión armada los rosales

y la mentira con sus tres dimensiones y un pico con orejas

y el treno de los trenes en el trino de una estación al este de los mares.

Todo se perderá: corales, ruiseñores,

la última comedia que apunte el caracol desde su concha,

los diarios que voceen las ranas al crepúsculo,

tu orfelinato de montañas locas,

tantas y tantas cosas que ignoran los cipreses.

Y de tu voz, hasta de tu voz, que enlaza la seda con los pámpanos,

fabricarán cañones que habrán de bendecir los obispos

para que rompan más eficazmente las venas de los sueños.

Se nos dará una gran razón: que somos hijos de la patria,

sin saber que a ti y a mi y al sueño polar de golondrinas

nos sobra espacio para vivir aun dentro de un beso de paloma.

Memoria de la Poesía Canaria

(daniel bellón)
Me he permitido crear un nuevo tema. les digo porqué. En mis paseos por la red he descubierto, con desagrado, que si bien puede encontrarse alguna información sobre poetas canarios, resulta casi imposible encontrar poemas de esos que llamaríamos emblemáticos, ya sea porque definen ellos solos la obra de un autor, o porque han sido relevantes en momentos históricos determinados. Poemas como el "Canarias" de Nicolás Estévanez, inencontrable completo en la Red (cosa que pienso resolver pronto), que antes del Golpe fascista se aprendía le gente de memoria en estas islas, o el famoso "La Maleta" de Pedro Lezcano, el "Yo, a mi cuerpo" de Domingo Rivero, o tantos otros...

Mi idea es que a esta Memoria de la Poesía Canaria aportemos todos y todas, traperos habituales y eventuales, para generar una especie de antología de construcción colectiva, que permita encontrar en Internet estos poemas que son patrimonio de Canarias, y, desde Canarias, de la humanidad entera.

Y también me permito empezar, con Agustín Millares. Agustín Millares fue uno de los poetas canarios que iluminó con su obra uno de los períodos más negros de la historia de España y de las Islas. Fue un activo militante de la resistencia antifranquista, y esa experiencia marca su obra sin dañarla. En tiempos "venecianos" a poetas de este tipo de les entierra bien profundo, inclusive con homenajes -que garantizan casi el sellado de la tumba-. Pero la palabra poética es peligrosa y escapa de los controles. la voz de Millares todavía nos remueve algo dentro. Qué peligro. Aquí va su poema más conocido, gracias a la versión musicada de Juan Carlos Senante y que sonó continuamente en las Islas en aquellos ya lejanos años 70.

"Yo poeta declaro que escribir poesía
es decir el estado verdadero del hombre
es cantar la verdad es llamar por su nombre
al demonio que ejerce la maldad noche y día.

El poeta es el grito que libera la tierra
la primera montaña que divisa la aurora
la campana que toca la canción de la hora
el primer corazón que lastima la guerra.

Colocado en vanguadria sin que nunca desate
su unidad con los pueblos su visión del conjunto
el poeta es el hombre que primero está a punto
para hacerse con bríos a la mar del combate.

El poeta es el pueblo que a morir se resiste
en la súbita noche donde todo se olvida.
Donde no hay libertad no hay poeta con vida.
Ningún pájaro vuela donde el aire no existe.

Yo poeta declaro que la cólera es una
cuando hay algo que atenta contra el sol que nos guía.
Languidece el poeta si la tierra se enfría
cuando no hay corazón ni justicia ninguna.

Yo poeta declaro que en el duro camino
del tiempo en el poeta se halla siempre un hermano.
Yo poeta declaro que el poeta es humano
aunque a veces nos haga presentir lo divino.


de "La estrella y el corazón" 1949