Dietrich Bonhoeffer: RESISTENCIA
(Por Fernando Y.)
Ante el desesperanzador y apenas sostenible aliento de Vida que soporta al mundo, a unos desde la opulencia nihilista, a otros desde una pobreza económica sin futuro, la opción de la conciencia crítica muestra, en general, dos opciones: la primera es la del escéptico sin esperanza, que rápidamente se convierte en cínico. No se trata sino del conocido individualismo de la transgresión, que se enfrenta al abismo de lo real ahondando aún más, con severa ignorancia y bobería, en la lógica esclavizante del poder, en esa lógica que pretende desactivar cualquier tipo de resistencia interior, ética y racional, a la barbarie de la violencia. El lema tácito de este "tipo" sería: "ante la violencia, más violencia". Los ejemplos, en el campo de la cultura y el arte son muchos en la Modernidad: la creencia en la locura onírica (surrealismo, futurismo ) o en estados de conciencia alterados (alucinógenos, alcoholismo ) suelen ser el refugio individual de quienes aspiran a la salvación de lo "propio". El dramaturgo Juan Mayorga habla, en este caso, de "Revolución Conservadora".
Por otro lado, ante la desesperación y el llamado "desencanto del mundo", encontramos una opción que viene a ser ejemplar y tiene, entre muchos, un nombre: Dietrich Bonhoeffer (1906-1945). En su obra "Resistencia y Sumisión", recientemente reeditada, uno puede encontrar un gesto vital descomunal y extraordinario, propio de aquellos que renuncian a todo tipo de violencia, de aquellos que, a pesar de todo y en medio del más absoluto infierno, son capaces de habitar, como dijera Lévinas, en "la Paz de la Razón". Aquí, Mayorga, refiriéndose a Walter Benjamín, habla de "Conservación Revolucionaria", es decir, de conservar la posibilidad de la Revolución como esperanza.
En 1943, el teólogo alemán Bonhoeffer fue apresado por los nazis, acusado de conspiración y traición al Reich. Ya desde 1940 se le había prohibido "hablar y escribir". Inmediatamente, tras ser detenido, fue trasladado a la cárcel berlinesa de Tegel. A finales del 44 se lo envió a los calabozos de la Seguridad del Estado en Munich. "Resistencia y Sumisión" es su Testimonio: el libro recoge escritos teológicos y poemas de Bonhoeffer, así como cartas enviadas y recibidas por él mismo desde las prisiones que habitó. El clima del libro revela lo que significa la esencia de la Fe.
La de Bonhoeffer es la experiencia de un hombre ya enterrado. Por ello, su itinerario teológico y espiritual, en la cárcel, nos enseña mucho, más de lo que uno pueda imaginar e incluso concluir tras la lectura del libro. Bonhoeffer fue un hombre que escribía literalmente "sin suelo bajo los pies".
El 9 de abril de 1945 Dietrich Bonhoeffer fue ahorcado sin piedad. Los que presenciaron el acto dijeron que Bonhoeffer había estado orando con un fervor sobrehumano. Seguramente, como vemos en sus escritos, no oraba por él mismo, sino que suplicaba desde la más honda soledad, allí donde la Vida y la Verdad se unen, por su relación personal con Dios, es decir, por las personas que quedaban en un mundo al borde del precipicio. El cadáver de Bonhoeffer fue quemado. ¿Qué nos queda en este mundo sino seguir y leer a Bonhoeffer?
Ante el desesperanzador y apenas sostenible aliento de Vida que soporta al mundo, a unos desde la opulencia nihilista, a otros desde una pobreza económica sin futuro, la opción de la conciencia crítica muestra, en general, dos opciones: la primera es la del escéptico sin esperanza, que rápidamente se convierte en cínico. No se trata sino del conocido individualismo de la transgresión, que se enfrenta al abismo de lo real ahondando aún más, con severa ignorancia y bobería, en la lógica esclavizante del poder, en esa lógica que pretende desactivar cualquier tipo de resistencia interior, ética y racional, a la barbarie de la violencia. El lema tácito de este "tipo" sería: "ante la violencia, más violencia". Los ejemplos, en el campo de la cultura y el arte son muchos en la Modernidad: la creencia en la locura onírica (surrealismo, futurismo ) o en estados de conciencia alterados (alucinógenos, alcoholismo ) suelen ser el refugio individual de quienes aspiran a la salvación de lo "propio". El dramaturgo Juan Mayorga habla, en este caso, de "Revolución Conservadora".
Por otro lado, ante la desesperación y el llamado "desencanto del mundo", encontramos una opción que viene a ser ejemplar y tiene, entre muchos, un nombre: Dietrich Bonhoeffer (1906-1945). En su obra "Resistencia y Sumisión", recientemente reeditada, uno puede encontrar un gesto vital descomunal y extraordinario, propio de aquellos que renuncian a todo tipo de violencia, de aquellos que, a pesar de todo y en medio del más absoluto infierno, son capaces de habitar, como dijera Lévinas, en "la Paz de la Razón". Aquí, Mayorga, refiriéndose a Walter Benjamín, habla de "Conservación Revolucionaria", es decir, de conservar la posibilidad de la Revolución como esperanza.
En 1943, el teólogo alemán Bonhoeffer fue apresado por los nazis, acusado de conspiración y traición al Reich. Ya desde 1940 se le había prohibido "hablar y escribir". Inmediatamente, tras ser detenido, fue trasladado a la cárcel berlinesa de Tegel. A finales del 44 se lo envió a los calabozos de la Seguridad del Estado en Munich. "Resistencia y Sumisión" es su Testimonio: el libro recoge escritos teológicos y poemas de Bonhoeffer, así como cartas enviadas y recibidas por él mismo desde las prisiones que habitó. El clima del libro revela lo que significa la esencia de la Fe.
La de Bonhoeffer es la experiencia de un hombre ya enterrado. Por ello, su itinerario teológico y espiritual, en la cárcel, nos enseña mucho, más de lo que uno pueda imaginar e incluso concluir tras la lectura del libro. Bonhoeffer fue un hombre que escribía literalmente "sin suelo bajo los pies".
El 9 de abril de 1945 Dietrich Bonhoeffer fue ahorcado sin piedad. Los que presenciaron el acto dijeron que Bonhoeffer había estado orando con un fervor sobrehumano. Seguramente, como vemos en sus escritos, no oraba por él mismo, sino que suplicaba desde la más honda soledad, allí donde la Vida y la Verdad se unen, por su relación personal con Dios, es decir, por las personas que quedaban en un mundo al borde del precipicio. El cadáver de Bonhoeffer fue quemado. ¿Qué nos queda en este mundo sino seguir y leer a Bonhoeffer?
4 comentarios
eLi -
perera -
Luis -
Profesor Ruano -
Ejemplar.
Patético. Nazismo. Hitler. Razas puras.
Ejemplar.Espartaquista. Luxemburg. Bonhoeffer.