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Elecciones en Ucrania: ¿Una victoria de la democracia?

(Por Agustín Bethencourt)

Preguntas las hay de muchos tipos. Y es habitual encontrarlas en los encabezados de los artículos con un uso retórico que delata las intenciones del autor. No es este el caso. Y por una sencilla razón: sobre lo que está pasando en Ucrania el autor tiene más dudas que certezas. Eso sí, tener dudas a veces es sano. Y si dudas tuvo sobre los resultados de las “primeras elecciones” en las que ganó Yanukovich, no menos dudas le quedan de que la victoria de Yushenko, el ganador de las “segundas elecciones”, sea una verdadora victoria de la democracia.

En esta historia, como si de una novela de Tolstoi se tratara, hay demasiados protagonistas como para que podamos hacer un juicio sumarísimo sobre la bondad o no de los resultados de las elecciones en un país que tiene la misma población que Polonia o España; un Estado, en otras palabras, comparable con los de tamaño medio de la Unión Europea. Pero, ¿de qué protagonistas hablamos?

En primer lugar, claro está, están los propios ucranianos, de los que no se puede decir que sean un pueblo homogéneo. La zona este, fuertemente industrializada y motor de la economía ucraniana, es ruso-hablante y de mayoría ortodoxa (la religión ortodoxa es mayoritaria también en Rusia). Yanukóvich era “su” candidato.

La parte occidental de Ucrania, colindante con Polonia, es la más pobre. La población allí habla ucraniano y es mayoritariamente católica. Es en esta zona donde se dan con mayor frecuencia episodios de reivindicación nacionalista con respecto a Rusia (no hay que olvidar que Ucrania fue parte primero del Imperio Ruso y después de la Unión Soviética). Yúshenko era “su” candidato.

Y están también los ucranianos que viven fuera de su patria. Los que han emigrado a Rusia son cientos de miles y están ampliamente integrados. Tanto es así, que al ucraniano no se le considera en Rusia un extranjero, sino más bien un habitante de “otra región”. Y esto tiene sus causas históricas, que se remontan casi a tiempos inmemoriales. Efectivamente, el origen de la actual Rusia es la Rus’ de Kiev. Fue allí donde nació el Estado que más tarde trasladaría su capital a Moscú. De modo que, en la cultura rusa, Kiev tiene un significado casi legendario: el lugar donde nació Rusia. De este modo, en lengua rusa, preguntando se llega, no a Roma, sino a... Kiev.

No es tampoco superfluo el significado del sintagma “U krayna” (Ucrania) en lengua rusa. “U krayna” quiere decir “junto a la frontera”. “Junto a” y no “más allá de”. Este simple matiz despierta en la mente del ruso-hablante una calidez lingüística que no está exenta de cariño hacia el vecino (que no hacia el extranjero).

Pero si hablamos del éxodo ucraniano a Rusia, no podemos olvidar tampoco los vínculos que han existido y siguen existiendo entre las elites rusa y ucraniana. Si durante la época soviética tuvimos un “zar” ucraniano, Nikita Jrushov, que regaló (sic) a Ucrania la península de Crimea, zona ruso-hablante y donde se encuentra el importante puerto de Odessa, en el Mar Negro, en la actualidad, durante la época post-soviética, no podemos decir, ni mucho menos, que las relaciones entre esas elites sean buenas. Lo que no ha impedido a Rusia intentar hacer valer su influencia durante las elecciones presidenciales. Efectivamente, ya nadie duda de que importantes sumas de dinero y el asesoramiento de especialistas en mercadotecnia política llegaron desde Rusia para apoyar al candidato “pro-ruso”, Víktor Yanukóvich. Se especula, incluso con la posibilidad de que expertos del FSB (servicios secretos rusos) participaran en la campaña electoral.

Muchos protagonistas, decíamos: ucranianos, rusos... ¿Y qué papel han jugado en todo esto la Unión Europea y los Estados Unidos?

Mucho se podría hablar del papel que los Estados Unidos se han autoasignado como “gendarmes del Nuevo Orden Mundial”. Aquí sólo lo haremos y brevemente en lo que respecta a las relaciones entre Norteamérica y Rusia. Tengo para mí que los Estados Unidos han dado por finalizada la Guerra Fría tan sólo en lo que se refiere a la existencia de un rival digno de ser temido y tenido en cuenta. En todo lo demás, en la carrera por la hegemonía mundial (desde allí los hay que consideran que se trata de una lucha por la “hegemonía del bien frente al mal”), continúa y no ha hecho sino manifestarse más claramente después del 11 de septiembre de 2001 (bombardeos sobre Afganistán, ocupación de Irak...). Incluso si aceptamos y damos por buena la teoría norteamericana de que estamos en guerra contra el terrorismo internacional, ello no impide que la política exterior norteamericana en el área post-soviética tenga otra u otras finalidades paralelas o incluso prioritarias.

En mi opinión, los Estados Unidos están intentando convertirse en la potencia dominante no sólo en Oriente Medio, sino también en Asia Central. Para lograr esto, necesita debilitar a Rusia “desde dentro”, facilitar situaciones de inestabilidad en sus fronteras que desvíen la atención hacia otros problemas y ralenticen su capacidad de reacción. En este sentido cabría preguntarse si el conflicto de Chechenia se sigue prolongando sólo por la torpeza política del Kremlin, si no hay otras partes interesadas en la continuación de esta guerra. Pues bien, en esta línea de desestabilizar las fronteras de la Federación Rusa la “revolución” de los partidarios de Yúshenko satisface plenamente los deseos de los Estados Unidos en esta zona. Lo cual no quiere decir que EEUU esté directamente detrás de todo el tinglado. Pero tampoco lo contrario. Con lo que las dudas persisten y si el Tío Sam no estuviera metido en este lío, le habrían salido aliados espontáneos cuando más los necesitaba.

¿Y qué pasa con la Unión Europea? Si nos remontamos al siglo XIX, mucho antes de que existiera este ente supranacional, ya uno de sus estados componentes, el Reino Unido, andaba enfrascado en una guerra contra el Imperio Ruso: la guerra de Crimea. Su propio nombre ya nos deja claro que uno de los centros de interés de este conflicto era la Península de Crimea, en la actual Ucrania. En aquel momento ya el Reino Unido estaba interesado en controlar el Cáucaso, objetivo para el cual la independencia de Ucrania era un medio muy efectivo. ¿Y por qué iban a ser ahora diferentes las cosas?

Por otro lado, eso que llaman PESC (Política Exterior y de Seguridad Común) en la jerga administrativa de la UE podría quizá también explicar el interés de la Europa unida en todo este asunto. Ese interés quedó patente en las diferentes reuniones de mediación entre Yanukovich y Yushenko. Allí estaban presentes, además del Presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, y del presidente de la Duma Estatal Rusa (Cámara Baja), Borís Gryzlov, nada menos que tres personas directamente vinculadas con la Unión Europea: los primeros ministros de Polonia y Lituania, y el Alto Representante para la PESC de la UE, el archiconocido político, Javier Solana. Que una de las partes interesadas era la Unión Europea está fuera de toda duda. El por qué, lo desconozco. Otra pregunta más para la que no tengo respuesta.

Hablábamos de las partes interesadas... Este tema, desde luego da mucho más de sí. Podríamos hablar también de las posibles consecuencias de la victoria del candidato “pro-occidental” para Rusia, del riesgo real de fraccionamiento que ha vivido Ucrania durante algunas semanas y de otras cuestiones. Pero esto lo dejamos ya para otro artículo. Para la próxima semana, pongamos. Así que hasta entonces.

4 comentarios

Prof. R-3 -

No es facil leer el futuro. Nos atreveriamos a decir que o bien Ucrania solventa sus diferencias internas con alta capacidad de comprension integradora, intentando que las injerencias externas, unido a sus propias contradicciones, no la dividan, o nadie podra evitar -mas bien alentarian-
la secesion. La solucion lincolniana, buena en su momento,pues acelero la igualdad de derechos civiles entre diferentes razas, no es viable actualmente.
Sin lugar a dudas, es mejor que haya diversas fuerzas equilibradoras. La Historia nos ensegna que los poderosos que se temen autocontienen sus
ansias de expansion...o lo pagan muy caro. Por otra parte, "el que mucho abarca, poco aprieta" ya que pierde en compresion lo que gana en expansion; pero desgraciadamente la Historia no ha logrado asentarse como magister vitae y, a la larga, lo unico que consigue un gran poder desparramado es su propia autodestruccion...que en el caso que nos ocupa mucho me temo que seria la aniquilacon del Planeta.

Prof. R-2 -

Nada es nuevo bajo el sol. Para EE.UU. y la U.E. existen diferentes razones para controlar Ucrania: el primero camina hacia el Imperio Universal Cesariano; la segunda esta intentando conseguir un poder equilibrador (de influencia britanica) e incluso dominador
(de raices germanicas)no solo frente al "gendarme del nuevo orden" sino tambien a la gran potencia europea. A su vez, Rusia presiente que las bases de Pedro el Grande se estan resquebrajando, y no quiere perder su influencia en el mundo quedando reducida a una potencia de tercer orden.

Profesor Ruano-1 -

(Perdon por la tardanza, pero ya se sabe que..."quien tiene nietos no pasa vergu-enzas").
MEHERCULE! Voto a Dios! Sin duda, Bethencourt, este cuidadoso "ensayo" es digno de un especialista; no simplemente de un conocedor o profesor de Historia, sino incluso de un especialista en Historia Politica euroasiaticoamericana.
Todos podemos opinar, con conocimientos previos, sobre este o aquel tema pero hacerlo, sin dudar, con autoridad cientifica sobre los intereses occidentales y su especial "Brigada ligera",
por un lado, y los rusos, por otro, tiene su miga.

Anónimo -

He leído con atención tu artículo, Behencourt, y a mí me sirve a nivel informativo de contraste ya que aquí llega una información estereotipada. Los Estados Unidos se quieres apoderar de todo el mundo... Por otro lado, lo que dices de la pregunta retórica, creo que sirve para expresar dudas (reflexiones, etc) sobre un panorama X que el autor percibe como dudoso, siempre, todo lo escrito responde a intenciones del autor, creo que no puede ser de otra manera, y, además considero que esa pregunta retórica que tu formulas al principio del artículo está bien formulada, desde mi punto de vista; resulta reiterativo que la tengas que aclarar, pero bueno, está bien e invita a la reflexión. Coincido contigo en que dudar es clave para cualquier persona que piense.
Saludos.