ELLOS HAN GANADO. A NOSOTROS NOS QUEDA LA PALABRA
(Por Agustín Bethencourt)
Lo sabían. Jugaban con el tiempo a su favor. Un poco de folclorismo por aquí, un fantasma de secesión por allá, una época de grandes inversiones apoyada por los monstruos de la Unión y un pueblo poco respondón eran la perfecta receta para instalarse en el poder. Y lo han conseguido. Primero disfrazados de patriotas, ahora descaradamente insulinitas, lo importante eran las apariencias. Nada original, por cierto.
Se seca uno por dentro cuando sabe que los de allí arriba, esos que nunca responden cuando suena el teléfono, no creen en el futuro de la tierra que pisan. Bueno, en realidad esto no es así. Sí creen en su particular visión del futuro: una com-unidad que ya no lo es a fuerza de dividirla, una in(ter)-dependencia de circo de la que resta lo que sigue al guión, una vida convertida en copia grotesca de lo foráneo sin interrogantes, una insolente ausencia de respeto hacia su pasado y hacia las potencialidades de las generaciones que algo quieren decir.
En otras palabras, sólo nos queda la palabra. Los que se han establecido en el ático del poder no sólo no piensan dejar pasar, sino que han pisoteado el concepto de lo político hasta convertirlo en puro abono para arribistas sin escrúpulos. Y nada más. Islotes de otredad los hay, pero no se hacen sentir. O poco.
Entre la gente decente, los hay que se desmoralizan. Otros ponen kilómetros de por medio. Los últimos (los más valientes, los más consecuentes) aguantan la lucha desde dentro sin venderse por un plato de picón. Todos tienen algo en común. Están hartos del mal olor de la política local. De las promesas incumplidas. De las medias verdades. Y de las dobles verdades tan mentirosas. Y sólo les queda la palabra. Y algún alcalde independiente.
Lo sabían. Jugaban con el tiempo a su favor. Un poco de folclorismo por aquí, un fantasma de secesión por allá, una época de grandes inversiones apoyada por los monstruos de la Unión y un pueblo poco respondón eran la perfecta receta para instalarse en el poder. Y lo han conseguido. Primero disfrazados de patriotas, ahora descaradamente insulinitas, lo importante eran las apariencias. Nada original, por cierto.
Se seca uno por dentro cuando sabe que los de allí arriba, esos que nunca responden cuando suena el teléfono, no creen en el futuro de la tierra que pisan. Bueno, en realidad esto no es así. Sí creen en su particular visión del futuro: una com-unidad que ya no lo es a fuerza de dividirla, una in(ter)-dependencia de circo de la que resta lo que sigue al guión, una vida convertida en copia grotesca de lo foráneo sin interrogantes, una insolente ausencia de respeto hacia su pasado y hacia las potencialidades de las generaciones que algo quieren decir.
En otras palabras, sólo nos queda la palabra. Los que se han establecido en el ático del poder no sólo no piensan dejar pasar, sino que han pisoteado el concepto de lo político hasta convertirlo en puro abono para arribistas sin escrúpulos. Y nada más. Islotes de otredad los hay, pero no se hacen sentir. O poco.
Entre la gente decente, los hay que se desmoralizan. Otros ponen kilómetros de por medio. Los últimos (los más valientes, los más consecuentes) aguantan la lucha desde dentro sin venderse por un plato de picón. Todos tienen algo en común. Están hartos del mal olor de la política local. De las promesas incumplidas. De las medias verdades. Y de las dobles verdades tan mentirosas. Y sólo les queda la palabra. Y algún alcalde independiente.
19 comentarios
Bethencourt -
¿Estaremos a las puertas del cambio que tanto necesitamos en Canarias...?
Elena -
Anónimo -
magacin66 -
Saludos a todos!!!!
Anónimo -
Bethencourt (2) -
Un abrazo.
Bethencourt -
Respecto al título. Efectivamente, Anónimo, yo también creo que estamos hablando de una victoria parcial; de una victoria en el ámbito partidista y a corto-medio plazo. Pero lo cierto, es que ahí y en este tiempo han ganado ellos. Pensemos, por ejemplo, en la reforma del Estatuto de Autonomía: se está haciendo de espaldas a la sociedad y, mucho me temo, quedará en agua de borrajas. Y eso duele, coño.
Respecto a los alcaldes independientes, creo que son Aguayro y Magacin los que comentan lo incoherente de la opción de Roque Aguayro, que se alió -vía Ican- con ATI. Yo lo veo de otra manera: en aquel contexto (hace diez años) algunos personas pensaron de buena fe que había que lograr una unidad desde el centro-derecha hasta el centro-izquierda que permitiera por primera vez en la historia de Canarias -no olvidemos este dato- que fuerzas "de obediencia canaria", como se dijo en aquel momento, gobernaran en Canarias y tuvieran presencia en el Parlamento español. La idea puede que fuera equivocada. Pero ellos pensaron que había que intentarlo. Y yo respeto su intento (el honesto, sucias mauriciadas aparte).
Luis -
Anónimo -
magacin66 -
Creo que ICAN tiene lo que tiene por pactar y venderse con quien no debía. ICAN, con un historial de izquierdas no pintaba nada con ATI y ellos lo sabían, pero ya estaban hartos de ser de izquierdas y no gobernar.
La ruptura de CC viene nuevamente a confirmar mis sospechas de que el próximo presidente del Gobierno será el Sr. Soria, apoyado por ATI en Tenerife.
Por último, si ese Alcalde era independentista (y me imagino que nuevamente estamos hablando del Sr. Morales) ¿qué hacía apoyando a Coalición Canaria? Creo que si se es independentista es para las buenas y para las malas, no sólo para cuando me interese.
Saludos!!!!!
perera -
Anónimo -
Anónimo -
Philippe Tacoronte -
Profesor Ruano -
Canarias no olvidará; Canaria tampoco.
El futuro, sin embargo está en manos de este adormecido pueblo. La generación revolucionaria descansa plácidamente; la de siempre roba de forma impepinable. Sólo cabe la independencia de criterios. Démosle paso a la palabra...
Aguayro -
Fernando -
La Niña -
perera -
Un abrazo.