CHECHENIA O DOS MÁS DOS SON CUATRO
(Por Agustin Bethencourt)
Un buen amigo español me recuerda con frecuencia lo desorientados que andan los periodistas occidentales con respecto a la situación en Chechenia. La postura más extendida (casi unánime) de las columnas y editoriales en las publicaciones de Europa Occidental (y de esto no escapa el mayor especialista en política internacional que tenemos en Canarias, Rafael Morales) es que los buenos e indefensos chechenos se están enfrentando al monstruo imperial ruso o, en otras palabras, que dos más dos son cuatro. Cualquier otra opinión, según estos señores, es propia de una defensa irracional de la forma tiránica de gobernar de los dirigentes rusos (léase, de Putin). Pues eso, pura matemática.
Vayamos por partes: el Caúcaso, región en la que se encuentra Chechenia, es un polvorín multiétnico, por lo menos igual de complicado que el de los Balcanes. En él conviven decenas de nacionalidades diferentes cada una con sus potenciales pretensiones independentistas- que podrían convertir la región en un puzzle ingobernable (o gobernable desde Washington) de imprevisibles consecuencias.
Por otro lado, no leo en ninguna publicación occidental que una de las pretensiones de los independentistas radicales islámicos (ciertamente hay diferentes tendencias, aunque predomina la fundamentalista) es la de crear una república islámica en la frontera de la Federación Rusa. Me pregunto si estos sesudos analistas defenderían con igual vehemencia una República Islámica (es decir, donde, en lugar de una Constitución que vehiculara una vida ciudadana, rigiera la Ley Islámica) en el país de al lado. Me temo que las cosas se ven de manera diferente desde Francia o, incluso, desde Canarias, que desde un Estado que tiene miles de kilómetros de frontera en la región del Caúcaso.
Por lo que respecta a los derechos humanos, podríamos hablar mucho sobre el tema. A Moscú le ha faltado inteligencia política para olvidar sus tics imperiales y ganarse al sector mayoritariamente moderado del pueblo checheno mediante la negociación política. Una República Chechena con amplísima autonomía en el marco de la Federación Rusa era posible hace diez años. Ahora todo es mucho más difícil. En esto puedo estar de acuerdo. ¿Pero acaso el comportamiento de una panda de asesinos que secuestra una escuela y pone en peligro la vida de centenares de niños puede hacernos pensar que una eventual Chechenia independiente sería más humana que la ocupación rusa actual? Me temo que la respuesta nos pondría los pelos de punta.
Por si alguien cree que estoy defendiendo la invasión rusa y los métodos de actuación de las fuerzas federales y de sus aliados chechenos, permítanme añadir que las matanzas de civiles siempre me han parecido y me parecerán una aberración. Pero no creo que ayude en nada para detener esto crear a través de los medios de comunicación (poderosos instrumentos de creación de opinión, no lo olvidemos) una imagen caricaturesca (o de matemática básica, por seguir con la imagen con la que abría el artículo) del conflicto ruso-checheno con buenos y malos que luchan entre sí. Esto no es real. Ni creíble.
Soy bastante pesimista en cuanto a las posibilidades de resolución de este conflicto en los próximos años. Pues si a ambos bandos les sobra crueldad, les falta generosidad e imaginación. Esto se ha convertido en una especie de sálvese quien pueda que están pagando muy caro los pueblos checheno y ruso, sobre todo el primero.
El Kremlin no ha comprendido o no ha querido comprender- que un problema de este calibre no se puede resolver exclusivamente por la vía militar; los militantes islamistas, por su parte, no cejarán en su empeño hasta que vean muerto hasta el último de los ocupantes, incluso si para ello se precisa acabar con la vida de niños y personas inocentes.
Con este panorama es muy difícil ser optimista. Estoy convencido. Pero una cosa es ver el futuro negro y otra bien distinta es reinventar el mito del diablo bolchevique con cuernos, versión siglo XXI. Yo, a pesar de todo, sigo creyendo en la honestidad de algunos periodistas, aún cuando esté en profundo desacuerdo con sus puntos de vista.
El tiempo dirá (si es que alguna vez Rusia y Occidente se atreven a mirarse a los ojos y a reconocer que ni unos ni otros viven en el mejor de los mundos) si este análisis tiene algún valor o es producto del Síndrome de Estocolmo.
Yo, por mi parte, les confieso que he perdido el interés por leer los artículos de opinión que sobre este tema aparecen en la prensa occidental. Demasiados tópicos pa tan poco cuerpo, qué quieren que les diga.
Un buen amigo español me recuerda con frecuencia lo desorientados que andan los periodistas occidentales con respecto a la situación en Chechenia. La postura más extendida (casi unánime) de las columnas y editoriales en las publicaciones de Europa Occidental (y de esto no escapa el mayor especialista en política internacional que tenemos en Canarias, Rafael Morales) es que los buenos e indefensos chechenos se están enfrentando al monstruo imperial ruso o, en otras palabras, que dos más dos son cuatro. Cualquier otra opinión, según estos señores, es propia de una defensa irracional de la forma tiránica de gobernar de los dirigentes rusos (léase, de Putin). Pues eso, pura matemática.
Vayamos por partes: el Caúcaso, región en la que se encuentra Chechenia, es un polvorín multiétnico, por lo menos igual de complicado que el de los Balcanes. En él conviven decenas de nacionalidades diferentes cada una con sus potenciales pretensiones independentistas- que podrían convertir la región en un puzzle ingobernable (o gobernable desde Washington) de imprevisibles consecuencias.
Por otro lado, no leo en ninguna publicación occidental que una de las pretensiones de los independentistas radicales islámicos (ciertamente hay diferentes tendencias, aunque predomina la fundamentalista) es la de crear una república islámica en la frontera de la Federación Rusa. Me pregunto si estos sesudos analistas defenderían con igual vehemencia una República Islámica (es decir, donde, en lugar de una Constitución que vehiculara una vida ciudadana, rigiera la Ley Islámica) en el país de al lado. Me temo que las cosas se ven de manera diferente desde Francia o, incluso, desde Canarias, que desde un Estado que tiene miles de kilómetros de frontera en la región del Caúcaso.
Por lo que respecta a los derechos humanos, podríamos hablar mucho sobre el tema. A Moscú le ha faltado inteligencia política para olvidar sus tics imperiales y ganarse al sector mayoritariamente moderado del pueblo checheno mediante la negociación política. Una República Chechena con amplísima autonomía en el marco de la Federación Rusa era posible hace diez años. Ahora todo es mucho más difícil. En esto puedo estar de acuerdo. ¿Pero acaso el comportamiento de una panda de asesinos que secuestra una escuela y pone en peligro la vida de centenares de niños puede hacernos pensar que una eventual Chechenia independiente sería más humana que la ocupación rusa actual? Me temo que la respuesta nos pondría los pelos de punta.
Por si alguien cree que estoy defendiendo la invasión rusa y los métodos de actuación de las fuerzas federales y de sus aliados chechenos, permítanme añadir que las matanzas de civiles siempre me han parecido y me parecerán una aberración. Pero no creo que ayude en nada para detener esto crear a través de los medios de comunicación (poderosos instrumentos de creación de opinión, no lo olvidemos) una imagen caricaturesca (o de matemática básica, por seguir con la imagen con la que abría el artículo) del conflicto ruso-checheno con buenos y malos que luchan entre sí. Esto no es real. Ni creíble.
Soy bastante pesimista en cuanto a las posibilidades de resolución de este conflicto en los próximos años. Pues si a ambos bandos les sobra crueldad, les falta generosidad e imaginación. Esto se ha convertido en una especie de sálvese quien pueda que están pagando muy caro los pueblos checheno y ruso, sobre todo el primero.
El Kremlin no ha comprendido o no ha querido comprender- que un problema de este calibre no se puede resolver exclusivamente por la vía militar; los militantes islamistas, por su parte, no cejarán en su empeño hasta que vean muerto hasta el último de los ocupantes, incluso si para ello se precisa acabar con la vida de niños y personas inocentes.
Con este panorama es muy difícil ser optimista. Estoy convencido. Pero una cosa es ver el futuro negro y otra bien distinta es reinventar el mito del diablo bolchevique con cuernos, versión siglo XXI. Yo, a pesar de todo, sigo creyendo en la honestidad de algunos periodistas, aún cuando esté en profundo desacuerdo con sus puntos de vista.
El tiempo dirá (si es que alguna vez Rusia y Occidente se atreven a mirarse a los ojos y a reconocer que ni unos ni otros viven en el mejor de los mundos) si este análisis tiene algún valor o es producto del Síndrome de Estocolmo.
Yo, por mi parte, les confieso que he perdido el interés por leer los artículos de opinión que sobre este tema aparecen en la prensa occidental. Demasiados tópicos pa tan poco cuerpo, qué quieren que les diga.
17 comentarios
annita** -
17 años
Mexicana
Roberto -
Si tienes lo que hay que tener, espero tu respuesta (que lo dudo...)
P.D. Menos colegueo y más debate, coño.
Jose Antonio -
Gracias por estar ahí. Un saludo.
Yo misma -
Desde California, hasta Moscu y Gran Canaria. No es nada Trapera esta!
Genio tenia que ser quien tuvo la idea!
Besotes
Rogers -
Me ha parecido la mar de interesante tu articulo y yo, la verda, me siento tan ignorante sobre lo que esta ocurriendo en Rusia actualmente. Me abre los ojos los comentarios tan objetivos que planteas, con esa humanidad tuya tan caracteristica. Es cierto que podemos llegar a caer en ver el bando de los buenos y el bando de los malos, como si de una partida de ajedrez se tratara. Yo, por mi parte, despues de haber llorado un buen rato, viendo tanto sufrimiento por la tele, he decidido que me desenchufo de las noticias por un tiempo, en busca de la paz perdida, que tiene que estar en alguna parte. Que el futuro que venga sea mas esperanzador, que las generaciones futuras disfruten de la paz como disfrute yo cuando tenia su edad. Y viva la libertad, el bien mas preciado.
Una vez mas, un besote campeon, que el titulo de campeon te lo tienes mas que merecido.
Bethencourt -
Esto no es más que un llamado para hacerte saber que continúa el debate en torno al texto "Los mendigos más elegantes de Europa". Allí nos vemos.
Por supuesto, están todos invitados a la sección de Política.
Saludos.
Ivan -
Saludos!
perera -
tino.icod -
Besitos para la niña.
Profesor Ruano -
Maila Lema -
QuerÃa saber si alguien ha leÃdo el libro que circula sobre la actuación rusa en Chechenia, de Olga Politkóvskaja (sé que ella ha estado en el Fòrum, en fin, me pierdo con esta madeja de asociaciones). Por lo poco que he podido leer del tema, creo que se trata de una plaza "moral" para los rusos, un tema tan antiguo que es facilÃsimo mercantilizarlo en polÃtica. Yo también me he cansado de oÃr repetir los tópicos de que los rusos necesitan (y desean) un gobierno fuerte y terrible, y otras cosas por el estilo. Cuando se repiten hasta la saciedad los tópicos sobre un pueblo, ¿no será porque no se ha pasado esa primera etapa (el encuentro del estereotipo) para empezar a comprender algún tipo de complejidad? Bien, eso es lo que se señalaba en el artÃculo. Lo que sé es que los rusos tienen una opinión tan homogénea sobre el tema que... no puede ser justa.
No tengo ni idea. Si alguien ha leÃdo el libro, que comente un poco, por favor. A mà me pareció demoledor.
Gracias.
Bethencourt -
Gracias por tomarte un tiempo para leer este texto y por animarte a participar. Ahora la línea invisible ya une Moscú, Bruselas, Gran Canaria y Tenerife. ¡Qué hermosa sensación!
Saludos para todos los icodenses y un fuerte abrazo.
Tino.Icod -
Bethencourt -
Respecto al tema en sí, coincido con el profesor Ruano y con Iván en que es muy complejo. Sólo he pretendido avanzar algunas ideas de lo que es sin duda una realidad poliédrica y poco conocida en Canarias y en Europa Occidental, en general.
El debate, quizá, hará salir más ideas a la luz.
Gracias a todos y un saludo.
Ivan -
En cuanto a lo que decía Elena sobre la madera de los líderes, creo que nos falta generosidad y nobleza en todos los niveles de la sociedad. NO hay que ponerse derrotista, pero me parece que es una tendencia creciente. Generosidad y nobleza significan para mí tener en cuenta al otro, y no interaccionar con él en función de nuestros propios intereses. En nuestras sociedades esto lo hacemos cada vez menos, lo que se refleja en nuestros líderes. O será al revés?
En fin, gracias por este artículo; ahora sé qué diré cuando surja en la conversación el tema Checheno, a ver qué cara me pone la gente.
Saludos!
profesor Ruano -
Elena -
Si bien es cierto que no se pueden tratar estos temas como si de una simple suma se tratara, como bien dices Bethencourt, no es menos cierto que no apetece para nada una sociedad con el rumbo que etá tomando. Lo más triste de todo esto (o al menos es lo que me parece) es que estamos "normalizando" estas masacres y/o atentados, con las que no se está consiguiendo sino que muera mucha gente (utilizando las matemáticas: inclso más que en un conflicto bélico a razón de muertos/minuto)
Me parece que tenemos (todos) que ser un poco más imaginativos y buscar verdaderas soluciones a la lacra social que nos está invadiendo: las nuevas formas de cometer atentados terroristas.