LOS MENDIGOS MÁS ELEGANTES DE EUROPA
(por Agustín Bethencourt)
No pude evitarlo. Fue el 19 de junio. Al abrir ese día CanariasAhora y encontrarme con un sonriente Adán Martín exultante de alegría por los logros consolidados gracias a los negociadores canarios y españoles en la Constitución de la Unión Europea sentí vergüenza. Nos habían convertido en los mendigos más elegantes de Europa con carta de naturaleza constitucional.
Me ha costado algo más de dos décadas entender eso del estatus canario, de las singularidades canarias, primero en el Estado Español y ahora en la Unión Europa. Ahora, quizá para mi desgracia, lo entiendo perfectamente. Trataré de explicarme.
Gozar de ayudas (llámense Fondos Estructurales o llámense como se llamen) me había parecido siempre justo en el caso de Canarias, pues pensaba que se trataba de lograr mayores niveles de competitividad en el marco de la nueva economía globalizada. Bueno, en realidad nueva para la Europa continental, porque Canarias siempre ha vivido, al menos desde la ley de puertos francos en un entorno de libre comercio que, si acaso, se ha visto constreñido en el nuevo marco europeo. En cualquier caso, creía yo que se trataba de sentar las bases de la igualdad en la competencia. Craso error. La sonrisa de Adán Martín me dio la clave definitiva.
La élite político-económica del archipiélago con escasas excepciones- ha adoptado la posición de eterna intermediaria entre las necesidades europeas (ahora vendemos sol, antes cochinilla y en medio otros tantos monocultivos) y las posibilidades de explotación del territorio canario. Esto lo supo ver antes que nadie César Manrique que alertaba sobre el deterioro medioambiental en algunos casos, irreversible- de nuestro país. No se trataba antes y tampoco ahora de mejorar las condiciones de vida de los canarios y canarias (ni las materiales, ni ninguna otra): esto ha venido por añadidura. Se trataba se trata- de ofrecer las mejores posibilidades de inversión al capital foráneo para que los intermediarios (las UTEs político-empresariales que tan bien ha descrito y retratado José Agustín Alemán en sus magistrales columnas periodísticas) también se lleven su tajada.
Y aquí es donde entran las famosas subvenciones. No importa generar nuevas actividades económicas o incentivar la participación canaria en las ya existentes, de tal modo que, con ayuda de la investigación, Canarias pueda entrar en el juego del libre comercio en condiciones de igualdad. No. Se trata de llorar (ahora también en la Constitución Europea, ¡qué gran logro de los políticos de CC, PP y PSC!) donde haga falta, haciendo saber que estamos muy lejos, que estamos fragmentados (esto lo hacen muy bien los nacional-insularistas, por cierto), que no tenemos materias primas Felicidades señores negociadores, gracias a ustedes ahora todo el mundo sabe que los canarios entramos en la cuota de los discapacitados de la Unión Europea.
Que nadie se lleve a engaño. No estoy en contra de las subvenciones concretas para realidades concretas y con unos fines concretos. De lo que estoy en contra es de que estos señores que dicen representarnos hagan política (perdón por la ironía) basándose exclusivamente en unas subvenciones que definitivamente todos sabemos no sirven a los fines declarados.
Vayamos a los hechos. ¿Qué se ha hecho desde el Gobierno de Canarias en los últimos 20 años para impulsar un mayor potencial económico del Archipiélago en el contexto comunitario y mundial? ¿Cuántos operadores turísticos canarios han nacido auspiciados por nuestros gobernantes? ¿Cuántas líneas aéreas? ¿Qué se ha hecho para potenciar de veras el consumo de productos canarios entre los millones de turistas que cada año nos visitan? ¿O eso no es un mercado? ¿Nos van a salir una vez más con la martingala de la falta de formación? ¿A quién se creen que engañan?
¿Aún no se lo creen? Vayamos, entonces, a lo social: Miles de millones de las antiguas pesetas han llovido hacia Canarias desde Bruselas. ¿Para cuándo un hospital en el Norte de Tenerife? ¿Para cuándo bibliotecas y centros de reunión para los barrios olvidados de la capital grancanaria? ¿Para cuándo una salida profesional digna para los jóvenes de la Gomera? ¿Para cuándo residencias en condiciones para los mayores de toda Canarias? ¿Para cuándo ?
Me temo que la respuesta a estas preguntas dependerá casi exclusivamente de los que, como nosotros, estamos pensando Canarias en este momento. Otros han decidido que nuestro futuro ha de ser la eterna subvención sin objetivos concretos. O, mejor dicho, con un objetivo muy claro. La eterna dependencia y el enriquecimiento de unos pocos.
¿Hasta cuándo ?
No pude evitarlo. Fue el 19 de junio. Al abrir ese día CanariasAhora y encontrarme con un sonriente Adán Martín exultante de alegría por los logros consolidados gracias a los negociadores canarios y españoles en la Constitución de la Unión Europea sentí vergüenza. Nos habían convertido en los mendigos más elegantes de Europa con carta de naturaleza constitucional.
Me ha costado algo más de dos décadas entender eso del estatus canario, de las singularidades canarias, primero en el Estado Español y ahora en la Unión Europa. Ahora, quizá para mi desgracia, lo entiendo perfectamente. Trataré de explicarme.
Gozar de ayudas (llámense Fondos Estructurales o llámense como se llamen) me había parecido siempre justo en el caso de Canarias, pues pensaba que se trataba de lograr mayores niveles de competitividad en el marco de la nueva economía globalizada. Bueno, en realidad nueva para la Europa continental, porque Canarias siempre ha vivido, al menos desde la ley de puertos francos en un entorno de libre comercio que, si acaso, se ha visto constreñido en el nuevo marco europeo. En cualquier caso, creía yo que se trataba de sentar las bases de la igualdad en la competencia. Craso error. La sonrisa de Adán Martín me dio la clave definitiva.
La élite político-económica del archipiélago con escasas excepciones- ha adoptado la posición de eterna intermediaria entre las necesidades europeas (ahora vendemos sol, antes cochinilla y en medio otros tantos monocultivos) y las posibilidades de explotación del territorio canario. Esto lo supo ver antes que nadie César Manrique que alertaba sobre el deterioro medioambiental en algunos casos, irreversible- de nuestro país. No se trataba antes y tampoco ahora de mejorar las condiciones de vida de los canarios y canarias (ni las materiales, ni ninguna otra): esto ha venido por añadidura. Se trataba se trata- de ofrecer las mejores posibilidades de inversión al capital foráneo para que los intermediarios (las UTEs político-empresariales que tan bien ha descrito y retratado José Agustín Alemán en sus magistrales columnas periodísticas) también se lleven su tajada.
Y aquí es donde entran las famosas subvenciones. No importa generar nuevas actividades económicas o incentivar la participación canaria en las ya existentes, de tal modo que, con ayuda de la investigación, Canarias pueda entrar en el juego del libre comercio en condiciones de igualdad. No. Se trata de llorar (ahora también en la Constitución Europea, ¡qué gran logro de los políticos de CC, PP y PSC!) donde haga falta, haciendo saber que estamos muy lejos, que estamos fragmentados (esto lo hacen muy bien los nacional-insularistas, por cierto), que no tenemos materias primas Felicidades señores negociadores, gracias a ustedes ahora todo el mundo sabe que los canarios entramos en la cuota de los discapacitados de la Unión Europea.
Que nadie se lleve a engaño. No estoy en contra de las subvenciones concretas para realidades concretas y con unos fines concretos. De lo que estoy en contra es de que estos señores que dicen representarnos hagan política (perdón por la ironía) basándose exclusivamente en unas subvenciones que definitivamente todos sabemos no sirven a los fines declarados.
Vayamos a los hechos. ¿Qué se ha hecho desde el Gobierno de Canarias en los últimos 20 años para impulsar un mayor potencial económico del Archipiélago en el contexto comunitario y mundial? ¿Cuántos operadores turísticos canarios han nacido auspiciados por nuestros gobernantes? ¿Cuántas líneas aéreas? ¿Qué se ha hecho para potenciar de veras el consumo de productos canarios entre los millones de turistas que cada año nos visitan? ¿O eso no es un mercado? ¿Nos van a salir una vez más con la martingala de la falta de formación? ¿A quién se creen que engañan?
¿Aún no se lo creen? Vayamos, entonces, a lo social: Miles de millones de las antiguas pesetas han llovido hacia Canarias desde Bruselas. ¿Para cuándo un hospital en el Norte de Tenerife? ¿Para cuándo bibliotecas y centros de reunión para los barrios olvidados de la capital grancanaria? ¿Para cuándo una salida profesional digna para los jóvenes de la Gomera? ¿Para cuándo residencias en condiciones para los mayores de toda Canarias? ¿Para cuándo ?
Me temo que la respuesta a estas preguntas dependerá casi exclusivamente de los que, como nosotros, estamos pensando Canarias en este momento. Otros han decidido que nuestro futuro ha de ser la eterna subvención sin objetivos concretos. O, mejor dicho, con un objetivo muy claro. La eterna dependencia y el enriquecimiento de unos pocos.
¿Hasta cuándo ?
15 comentarios
Ivan -
Un abrazo
Bethencourt -
Respecto a lo que dices de buscar nuevas formas de decirles a nuestros convecinos en qué realidad estamos metidos, totalmente de acuerdo. Pienso mucho en eso e intento ser consecuente con mis pequeñas intuiciones. Pero está claro que mientras más pensemos en esto, mejor.
¿Qué acciones concretas tomar, de qué modo, con qué ritmos, etc.? Créeme que me rompo la cabeza a veces pensando en esto también. Luego, con un poco más de sangre fría comprendo que hay algo imparable que está madurando en nosotros (tu comentario me lo confirma, querido amigo)y terminará dando frutos. La impaciencia a veces me puede, pero he de reconocer que este paso que supone estar todos en contacto reflexionando juntos ya es algo importante. Quizá sólo el primer paso, pero un paso sólido.
Un fuerte abrazo.
Iván -
Preguntas, Bethencourt, qué se ha hecho para potenciar el consumo de productos canarios entre los turistas; pues a modo de anécdota amarga les puedo contar que al entrar en una cafetería muy alternativa de Barcelona no salía de mi asombro al ver que vendían GOFIO, en unos paquetitos de disenyo muy atractivos. Un gofio un poco raro porque lo había de algas (?!) y "sucedáneo de chocolate", aparte del tradicional de trigo y millo (maíz ponía). En ningún lado ponía que fuera un producto canario ni de origen canario, aunque en letras gordas se pudiera leer inequívocamente gofio. Era elaborado en Catalunya. Se pueden imaginar cómo me hizo sentir.
Saludos!
Anónimo -
Iván -
yomisma -
No sabes cuanto me alegran tus palabras, campeon! Me parece muy importante lo que tu dices: alzados, y con buenas razones para seguir en el camino adecuado, que no puede ser otro que el de amar lo que conocemos y no temer a lo desconocido sino, por el contrario, ir con la curiosidad de los nignos que habitan dentro de nosotros mismos. Cuantos canaritos, je, je!
Besotes
perera -
perera -
Desde mi lectura de tu texto, TRISTE no tiene matices mortíferos; para mí, todo está por ganar pues no hay nada (o poco) que perder. En todo caso, todo está por llegar-hacer. Pero (y esto fue lo que tu artículo me puso en la cara, de nuevo, de nueva forma) es importante que las barbaridades que tenemos nos sigan asombrando; mejor, haciendo dolor en todo el cuerpo, porque dolorosas son: que las vivamos activamente, que no olvidemos, para actuar y activar(nos) en consecuencia; por mucho que estemos acostumbrados. Por eso hay que escribir, pensar constante y nuevamente. Tu artículo, en este sentido, es despertador; triste, pero zarandeador. Un abrazo.
Bethencourt (2) -
La propuesta de seguir haciendo desde espacios de expresión libre como el nuestro un seguimiento a los dineros de todos que hace Tibicena, me parece tan básico como realizable. Es más puede ser algo que atraiga a cada vez más lectores a nuestro tejido de expresión: el saber que aquí se habla de los recursos de todos con el respeto y el rigor que se merecen. ¿Podemos decir los mismo de todos nuestros políticos y hombres de negocios?
La toma de conciencia de que "hemos de partir de ahí", que nos aporta Perera, me parece también crucial: ¿cómo vamos a cambiar lo que no conocemos? Pero eso sí, no como lugar de reunión (al texto y al debate posterior me refiero) de los amigos del difunto, sino como si de la sala de espera del Materno-Infantil se tratara. Aquí estamos, me parece a mí, para parir nuevas realidades sobre lo ya existente, y no para velar a ningún difunto.
Un fortísimo abrazo lleno de energía para todos. Y p'alante, coño.
Bethencourt (1) -
Agradezco sinceramente los comentarios y, sobre todo, lo que hay en ellos de propuestas concretas. Si el ánimo de derrotismo que creo notar en algunos de los comentarios se desprende de mi artículo, entonces, créanme, es que no me he sabido explicar.
En el artículo me pregunto hasta cuándo esto va a continuar así e intento dejar claro que esto depende de nosotros (a través de propuestas concretas, de acciones concretas). No me hubiera atrevido a escribir este texto como si de un testamento se tratara; de ningún modo. Es un grito de rabia, sí; pero también una propuesta para seguir "alzados" (nosotros los estamos desde Trapera) e ir creando y ocupando espacios en la vida social canaria
jose -
Una definición un poco rara
yomisma -
Un articulo la mar de interesante que, desde el mar que nos separa, me parece incluso vaticinador de un augurio que yo me imagino: has dado en la clave de un gran problema, y te veo en un futuro cierto resolviendolo de una forma honesta, directa y canaria, como debe ser. Por cierto, a ver si alguien echa una pizca de azucar en los comentarios, que me estan amargando con tanto salitre.
Un abrazo muy grande, y hasta la proxima. Sin lugar a duda, vales mucho y me ensegnas lecciones magistrales con tus articulos. Gracias.
perera -
perera -
tibicena -
Me recuerda en mucho la situación de Canarias, salvando las enormes distancias y haciendo un alarde de imaginación (quizá no tanta...), a la situación que atraviesan algunos países de los llamados "tercermundistas", pero que sin embargo poseen en su tierra riquezas que harían enmudecer al rey Salomón: el petróleo de Venezuela, Nigeria, Iraq; los diamantes de Angola; los otros yacimientos en Congo, Zaire, etc. En fin, algo que todos sabemos. Esos países reciben incentivos para que sus economías sean estables hasta el punto que les interese a la multinacionales: mientras que el pueblo no vea la riqueza que producen de su propia tierra, aquí no ha pasado nada. Hablo de la Autogestión. E incluso en los pocos casos en que la autogestión es factible, las oligarquías y los "poderosos caballeros" mandan... incluso en eso nos parecemos más a Congo que a Finlandia, por poner ejemplos extremos.
Los canarios deben conocer quién gasta y dónde y cómo se gastan esos dineros, y si no les interesa (desidia común o preocupación por el día a día, dirían algunos) hay que "machacarles" a información valiosa, no a patujadas. En lugar de saber cuánto cobra Beckham, saber cuánto cobrará mi hijo cuando termine la carrera.
¿Exagero? Quizás. El tiempo lo dirá, como reza el adagio.