A VUELTAS CON LA ENCUESTA
(Por Elena_ BR)
En mi penúltimo artículo, les informaba de una encuesta realizada en clase con los alumnos de 5º de primaria, concretamente acerca del gran desconocimiento de la isla de Gran Canaria que dichos alumnos mostraban.
Como prometí en aquella ocasión, adelanto ahora los otros resultados que se reflejaron en la misma.
Se me ocurrió lanzarles además tres preguntas muy concretas y con respuestas totalmente cerradas, a un total de 56 alumnos. Dichas cuestiones fueron:
¿Cuántas veces has ido al teatro, ya sea a ver una representación, un ballet, un concierto, etc. a lo largo de tu vida?
¿Frecuentas bibliotecas públicas, bien para adquirir libros prestados o bien para leer y/o estudiar en ellas?
¿Cuántos museos de los que hay en tu isla has visitado?
En cuanto a la primera pregunta, aunque me siga pareciendo increíble, observé que casi el 95% de los encuestados no había ido nunca o solamente una vez en sus vidas a un teatro.
Aproximadamente la misma cantidad de niños confesaba no ir habitualmente a una biblioteca o sólo haber ido una vez en su vida (para ver qué era)
En cuanto a los museos, casi el 100% de los alumnos contestó haber ido solamente a aquellos a los que los ha llevado el colegio, es decir, en este caso a dos: Museo Néstor y Casa de Colón.
Uniendo estos resultados a los del artículo anterior, mi única pregunta en clase fue: Bien, si ustedes los fines de semana, no van al teatro, no van a las bibliotecas, no van a los museos, ni tampoco recorren la isla ni la conocen, ¿entonces qué hacen? ¿en qué gastan ese tiempo?
Sin que suene a tópico, me contestaron que a jugar a la play (en casa), a ver la tele (en casa), a chatear con el ordenador (en casa), a salir con los amigos al cine y/o a la bolera (que es lo que se estila ahora en estas edades).
Ahondando un poco más en este modelo de conducta que tiene ahora nuestra sociedad, y pecando de entrometida en analizarlos quizás vanalmente, ¿no estaremos ante una de las principales causas de la deshumanización que creo estamos viviendo?
No creo que nos lleve a buen término este modelo de niños y jóvenes que entre todos estamos creando. Un niño que se las tiene que entender solo ante el mundo, que no tiene espacios ni actividades para interaccionar con los otros, excepto el colegio, y me consta que en ése ya no se interacciona como antes, las game-boys han hecho su aparición en el mercado.
Un niño al que estamos acostumbrando a que no sea culto, es más ni siquiera se cuestiona la utilidad. ¿Para qué se va a un museo, seño? ¿Para qué voy a gastar ese dineral en la entrada del teatro? ¿Qué voy aprender viendo ballet o escuchando un concierto?
De todo lo que he podido ir digiriendo, me preocupan sobre todo dos aspectos, el que no sepamos inculcar a los niños la necesidad de ser esponjas y absorber todo lo que se pueda de nuestro entorno y, que nuestros niños están socializándose solos o con un ordenador, o con una play, o con un karaoke
Por supuesto que no soy contraria a las nuevas tecnología (gracias a ella, por ejemplo, aquí está trapera) pero, me parece que es muy importante interaccionar con otros individuos de tu especie, pelearte con ellos de vez en cuando, reírte, soñar, aliarte, querer, conocer a otros individuos.
Quizás se llame añoranza, quizás sea un signo de que estoy definitivamente en la edad adulta pero, añoro aquellos juegos en el parque de mi barrio, que no eran parques tan bonitos ni cuidados como los de ahora, sin normativas que cuidaran de nuestra seguridad e integridad física, sin un montón de cosas de las que ahora hay pero, sobre todo cargados de niños, gritones, alegres, activos, vivarachos, en definitiva de niños.
Somos individuos sociales, pues debemos tener un contacto poro a poro con la sociedad y si nuestros niños siguen creciendo sin ser conscientes de esa necesidad, qué podemos pretender.
Algunos traperos fuimos en otros tiempos alegres Chácaras sonoras, miembros de un colectivo juvenil que precoces nosotros vimos estos problemas en nuestro barrio y actuamos en consecuencia, intentado dinamizar el barrio y sobre todo a los niños y jóvenes del mismo.
Sin dudar añoro ese modelo de sociedad que pude vivir durante una serie de años, que quede constancia de que no me gusta el camino que veo que estamos escogiendo entre todos. Cada vez hay menos espacios dirigidos al diálogo, a la reflexión, al intercambio, a la cultura
Mis conocimientos me dan para entender que el mundo gira en un solo sentido y que es imposible hacerlo girar en el contrario pero, permítanme que les diga que me niego a seguir yo girando dentro de él como me lo indique la inercia, cada uno de nosotros sí que tiene autonomía para poder girar dentro de él como nos plazca, si duda ahí se encuentra la solución, debemos plantearnos maneras alternativas de actuar.
En mi penúltimo artículo, les informaba de una encuesta realizada en clase con los alumnos de 5º de primaria, concretamente acerca del gran desconocimiento de la isla de Gran Canaria que dichos alumnos mostraban.
Como prometí en aquella ocasión, adelanto ahora los otros resultados que se reflejaron en la misma.
Se me ocurrió lanzarles además tres preguntas muy concretas y con respuestas totalmente cerradas, a un total de 56 alumnos. Dichas cuestiones fueron:
¿Cuántas veces has ido al teatro, ya sea a ver una representación, un ballet, un concierto, etc. a lo largo de tu vida?
¿Frecuentas bibliotecas públicas, bien para adquirir libros prestados o bien para leer y/o estudiar en ellas?
¿Cuántos museos de los que hay en tu isla has visitado?
En cuanto a la primera pregunta, aunque me siga pareciendo increíble, observé que casi el 95% de los encuestados no había ido nunca o solamente una vez en sus vidas a un teatro.
Aproximadamente la misma cantidad de niños confesaba no ir habitualmente a una biblioteca o sólo haber ido una vez en su vida (para ver qué era)
En cuanto a los museos, casi el 100% de los alumnos contestó haber ido solamente a aquellos a los que los ha llevado el colegio, es decir, en este caso a dos: Museo Néstor y Casa de Colón.
Uniendo estos resultados a los del artículo anterior, mi única pregunta en clase fue: Bien, si ustedes los fines de semana, no van al teatro, no van a las bibliotecas, no van a los museos, ni tampoco recorren la isla ni la conocen, ¿entonces qué hacen? ¿en qué gastan ese tiempo?
Sin que suene a tópico, me contestaron que a jugar a la play (en casa), a ver la tele (en casa), a chatear con el ordenador (en casa), a salir con los amigos al cine y/o a la bolera (que es lo que se estila ahora en estas edades).
Ahondando un poco más en este modelo de conducta que tiene ahora nuestra sociedad, y pecando de entrometida en analizarlos quizás vanalmente, ¿no estaremos ante una de las principales causas de la deshumanización que creo estamos viviendo?
No creo que nos lleve a buen término este modelo de niños y jóvenes que entre todos estamos creando. Un niño que se las tiene que entender solo ante el mundo, que no tiene espacios ni actividades para interaccionar con los otros, excepto el colegio, y me consta que en ése ya no se interacciona como antes, las game-boys han hecho su aparición en el mercado.
Un niño al que estamos acostumbrando a que no sea culto, es más ni siquiera se cuestiona la utilidad. ¿Para qué se va a un museo, seño? ¿Para qué voy a gastar ese dineral en la entrada del teatro? ¿Qué voy aprender viendo ballet o escuchando un concierto?
De todo lo que he podido ir digiriendo, me preocupan sobre todo dos aspectos, el que no sepamos inculcar a los niños la necesidad de ser esponjas y absorber todo lo que se pueda de nuestro entorno y, que nuestros niños están socializándose solos o con un ordenador, o con una play, o con un karaoke
Por supuesto que no soy contraria a las nuevas tecnología (gracias a ella, por ejemplo, aquí está trapera) pero, me parece que es muy importante interaccionar con otros individuos de tu especie, pelearte con ellos de vez en cuando, reírte, soñar, aliarte, querer, conocer a otros individuos.
Quizás se llame añoranza, quizás sea un signo de que estoy definitivamente en la edad adulta pero, añoro aquellos juegos en el parque de mi barrio, que no eran parques tan bonitos ni cuidados como los de ahora, sin normativas que cuidaran de nuestra seguridad e integridad física, sin un montón de cosas de las que ahora hay pero, sobre todo cargados de niños, gritones, alegres, activos, vivarachos, en definitiva de niños.
Somos individuos sociales, pues debemos tener un contacto poro a poro con la sociedad y si nuestros niños siguen creciendo sin ser conscientes de esa necesidad, qué podemos pretender.
Algunos traperos fuimos en otros tiempos alegres Chácaras sonoras, miembros de un colectivo juvenil que precoces nosotros vimos estos problemas en nuestro barrio y actuamos en consecuencia, intentado dinamizar el barrio y sobre todo a los niños y jóvenes del mismo.
Sin dudar añoro ese modelo de sociedad que pude vivir durante una serie de años, que quede constancia de que no me gusta el camino que veo que estamos escogiendo entre todos. Cada vez hay menos espacios dirigidos al diálogo, a la reflexión, al intercambio, a la cultura
Mis conocimientos me dan para entender que el mundo gira en un solo sentido y que es imposible hacerlo girar en el contrario pero, permítanme que les diga que me niego a seguir yo girando dentro de él como me lo indique la inercia, cada uno de nosotros sí que tiene autonomía para poder girar dentro de él como nos plazca, si duda ahí se encuentra la solución, debemos plantearnos maneras alternativas de actuar.
4 comentarios
perera -
Por otro lado, comparto totalmente el optimismo desde el que habla Bethencourt acerca de la educación. Nosotros tenemos que introducirles esas cosas por las que les preguntaste: que se familiaricen con ellas o, al menos, que tengan noticia. ¿Qué nos queda si no en nuestro ámbito educativo? Hay que acercarles "guiños" de los que, tal vez, no hayan sabido nunca, o han conocido muy poco. Decirles: "Es que tal cosa también existe"... Que uno los "convenza" más o menos, no importa. Lo necesario es que lleguen a todos sus sentidos otros posibles escenarios diferentes a los que ellos, cotidianamente, asisten.
Saludos tantos.
orlando -
Bethencourt -
Antes que nada, volver a felicitarte por tu iniciativa, que sería bueno tuviera continuidad.
En segundo lugar, creo que la información que has conseguido (parcial y todo lo que se quiera, pero información a pie de obra) puede ser de enorme utilidad. Creo que los maestros y profesores tenemos una enorme responsabilidad. E incluso si la Consejería no crea programas o espacios dirigidos a la promoción de la cultura (no sé si es así, como sabes no estoy enseñando en Canarias en estos momentos), los propios enseñantes deben organizarse para sacar a los niños del Centro (a teatros, auditorios, museos, espacios naturales) al menos una vez por trimestre. Tú comentabas muy acertadamente que los únicos museos a los que habían ido los chicos eran a los que los había llevado el centro escolar (esto es clave). Cualquiera de esas visitas puede ser LA VISITA que despierte el talento de un músico, de un actor, etc.
Nunca olvidaré la visita que hice con mi centro al teatro Pérez Galdós para escuchar a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria: escuché la obertura de Guillermo Tell, de Rossini, y me enamoré ya para siempre de la música clásica. Fue sólo una visita, pero ¡qué visita!
Bethencourt (2) -
Un saludo afectuoso y mi más profunda consideración por el trabajo que estás haciendo