Sin interés: El pobre baifo
(Por Zambraca)
El fin de semana pasado estuve de visita en Marzagán, concretamente en la casa de la suegra de mi hermano, y lo cierto es que la tarde resultó del todo agradable, con mi hijo explorando ese nuevo territorio en medio de unos cuantos matos frutales, observando a las gallinas, patos, conejos, cabras y varios baifos/as, y manteniendo conversaciones sencillas, como el efecto del 11-M en las elecciones, la mala gestión del PP, etc. Claro que esa posición contraria a derechas estaba reducida a unos pocos, y luego de cosas más complicadas, como es el crecimiento del barrio, sobre las fiestas, que si el ficus lo tuvieron que talar porque el maldito entró por debajo del suelo y rompió el baño, en fin temas para mucho tiempo y sin TV de por medio.
Pero de toda la visita, el recuerdo que todavía me ronda por la cabeza es el baifo que había criado mi hermano, con 7 meses, destetado, negro y mocho, pero dócil como un perro, obediente, y para colmo te daba la patita; y llegado a este punto ni Heydi lo superaba con su Clara y demás ovejitas, salvo que el baifo no tenía nombre, y cuando a un animal no se le llama por su nombre es que de compañía no se trata.
Yo observaba esa relación del baifo con mi hermano y me parecía muy entrañable, pero mientras el animalito levantaba su patita para jugar un poco, mi hermano me comentaba que ya era hora de comer baifo, que necesita contar con la participación de alguna persona que sepa despiezarlo para hacer un asadero Y joder lo de Heydi se me esfumó enseguida, y me entró esa sensación de utilidad que se le ve al trabajo en el campo, y ya saben que el animal nació varón y en su raza se le llama carne de baifo, mientras que a la hembra su nombre es leche de cabra; que pena por él, por mucho que uno lo intente no da más leche que su hermana y además seguro que nadie se la come, ni siquiera para hacer yogur.
Ya sé que esta lección debía tenerla aprendida desde hace mucho tiempo, pero que quiere que les diga, cuando voy a la carnicería me encuentro cachos de carnes de distintas formas y hasta incluso empanados, pero cuando esa mismo alimento te dirige su mirada no tengo fuerzas para pensar si en salsa o asado.
Pero también les digo que en cuanto se me olvide su mirada llamo a mi hermano para saber si encontró a la persona que la desmembrará, y que no se le olvide invitarme al asadero, que somos animales con los ojos mirando al frente y dicen que es una característica de los depredadores, y encima me gusta la carne de cabra.
Ya les diré si quedo buena.
El fin de semana pasado estuve de visita en Marzagán, concretamente en la casa de la suegra de mi hermano, y lo cierto es que la tarde resultó del todo agradable, con mi hijo explorando ese nuevo territorio en medio de unos cuantos matos frutales, observando a las gallinas, patos, conejos, cabras y varios baifos/as, y manteniendo conversaciones sencillas, como el efecto del 11-M en las elecciones, la mala gestión del PP, etc. Claro que esa posición contraria a derechas estaba reducida a unos pocos, y luego de cosas más complicadas, como es el crecimiento del barrio, sobre las fiestas, que si el ficus lo tuvieron que talar porque el maldito entró por debajo del suelo y rompió el baño, en fin temas para mucho tiempo y sin TV de por medio.
Pero de toda la visita, el recuerdo que todavía me ronda por la cabeza es el baifo que había criado mi hermano, con 7 meses, destetado, negro y mocho, pero dócil como un perro, obediente, y para colmo te daba la patita; y llegado a este punto ni Heydi lo superaba con su Clara y demás ovejitas, salvo que el baifo no tenía nombre, y cuando a un animal no se le llama por su nombre es que de compañía no se trata.
Yo observaba esa relación del baifo con mi hermano y me parecía muy entrañable, pero mientras el animalito levantaba su patita para jugar un poco, mi hermano me comentaba que ya era hora de comer baifo, que necesita contar con la participación de alguna persona que sepa despiezarlo para hacer un asadero Y joder lo de Heydi se me esfumó enseguida, y me entró esa sensación de utilidad que se le ve al trabajo en el campo, y ya saben que el animal nació varón y en su raza se le llama carne de baifo, mientras que a la hembra su nombre es leche de cabra; que pena por él, por mucho que uno lo intente no da más leche que su hermana y además seguro que nadie se la come, ni siquiera para hacer yogur.
Ya sé que esta lección debía tenerla aprendida desde hace mucho tiempo, pero que quiere que les diga, cuando voy a la carnicería me encuentro cachos de carnes de distintas formas y hasta incluso empanados, pero cuando esa mismo alimento te dirige su mirada no tengo fuerzas para pensar si en salsa o asado.
Pero también les digo que en cuanto se me olvide su mirada llamo a mi hermano para saber si encontró a la persona que la desmembrará, y que no se le olvide invitarme al asadero, que somos animales con los ojos mirando al frente y dicen que es una característica de los depredadores, y encima me gusta la carne de cabra.
Ya les diré si quedo buena.
5 comentarios
Elena -
Miguel_AG -
Raquel -
zambraca -
Por cierto, mira que llamar a una niña Clara, en todo caso Clara del Pino, o Clara Candelaria.
orlando -