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Trapera

Ciencia versus Técnica

(por Abelardo Gómez Márquez)

En algunas ocasiones escucho que se hacen pruebas científicas o se usa el término científico en una situación en la que sería más apropiado usar el término técnico, sin que ello suponga ningún demérito en la aplicación técnica.

Recientemente, escuché que se hacen pruebas científicas para determinar, por medio del ADN, si una persona es propietario de una determinada muestra de sangre, saliva, esperma, cabello, etc., para fines jurídicos. Estas pruebas no son científicas, sino técnicas. Si se prefiere, son pruebas técnicas con base científica. Son técnicas, porque la persona que las realiza sigue una receta, un protocolo del tipo: “introduzco la muestra en tanto de agua, con no sé cuánto de clorhídrico y la hiervo 10 minutos; luego la paso por el cromatógrafo y obtengo la respuesta característica de este ADN”. Eso, tal cual está descrito, lo puede llevar a cabo perfectamente un técnico de laboratorio o una persona con una cierta capacidad técnica. Si a esto se le trata como ciencia, mi madre hace ciencia cuando cocina uno de sus riquísimos potajes de berros.

En cambio, si lo anterior estuviese escrito constantemente en interrogantes o de la manera siguiente: “¿y si en lugar de en agua lo disuelvo en aceite? ¿y si en lugar de clorhídrico empleo benceno? ¿y si en lugar de un cromatógrafo empleo un difractador de rayos UVA? Y comparo los resultados para ver cuál da una señal de ADN menos inequívoca”. En este caso se estaría haciendo ciencia, porque se estaría experimentando no para saber si el ADN corresponde a una determinada persona, sino para saber de qué manera el protocolo aplicado anteriormente por el técnico es el más adecuado o es mejorable.

Entre otras cosas, lo digo porque cuesta mucho obtener el grado de doctor necesario para tener la capacidad de hacer ciencia, de innovar, de hacer preguntas, como para que se llame ciencia a algo que no lo es.

En este mismo sentido, podemos hablar de los médicos y los doctores. Generalmente, los médicos no son doctores, pero se hacen llamar así. Entiendo que ocurre porque es un anglicismo, pero también creo que es algo reparable. Si los médicos escribiesen en su puerta “Lcdo. ...” en lugar de “Dr. ...”, pues ya tendríamos capacidad para saber quién de entre los médicos es doctor y quien no. En relación con los puntos anteriores, los médicos desempeñan una labor técnica, no diferente de la que hace el mecánico al que llevamos el coche. Esto es: un diagnóstico a partir de tal cosa rota (coche) o tal síntoma de gripe (persona) y una propuesta de solución como cambiar una pieza (coche) o aplicar un tratamiento (persona). El médico pasaría a hacer investigación si recopilase datos de sus pacientes y, basándose en eso, estableciese perfiles de potenciales enfermos y recomendase a las autoridades medidas para minimizar el impacto de determinadas enfermedades.

Pero lo cierto es que no tienen tiempo para tanto. Con la técnica es más que suficiente.

3 comentarios

Rogers -

Saludos, profesor Ruano, y traperos/as del mundo. Por cierto, Abelardo, un articulo muy interesante.

magacin66 -

"demérito versus desmérito"

En este momento ya está corregido, pero quiero aclarar que en el primer párrafo del artículo aparece la palabra "demérito". En el momento de su publicación aparecía "desmérito" por una corrección incorrecta realizada por mí, ya que en el texto original enviado por su autor venía "demérito".

Pido disculpas al autor. Como he dicho, ya está solucionado.

Saludos a todos!!!!

Profesor Ruano -

Efectivamente, tiene vd. razon, pero....
A veces identificamos terminos diversos que, aunque tienen algo en comun, son sustancialmente distintos. Nos pasa mucho en Canarias. Cuando decimos: "Me voy en avion a Las Palmas", una persona minimamente informada
capta de inmediato la incorreccion, pues "Las Palmas" es una provincia con varias islas y tres aeropuertos. Hay quien aplica la hipercorreccion y viaja a "Las Palmas de Gran Canaria", sin percatarse de que la capital de la isla de Gran Canaria y de la provincia
no tiene aeropuerto.
Por otra parte, la tecnica
de la cocina, del ama de casa, no desmereceria en absoluto si la considerasemos una ciencia culinaria, pues siguiendo su habilidoso y bien informado razonamiento, mama' se pasa el dia en un laborioso autointerrogatorio generativo: "... y si le pongo cilantro, a lo mejor Juanita, que es una repugnante, se comeria unas cucharaditas de pure'. O bien: "Este nigno no me come los huevos fritos; voy a picarle un poco de jamon con queso de Guia y unas gotitas de limon, a ver si...". Que' duda cabe, mi amigo!, no es ningun demerito para la ciencia que a una mama' ama de casa, o a un papa' campesino o a un mecanico buscador de soluciones los llamemos carignosamente cientifico en potencia. Tecnicamente, no es lo mas correcto, pero... Un abrazo