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Declaración política del Grupo de opinión Canarias Nación a todos los militantes nacionalistas

Declaración política del Grupo de opinión Canarias Nación a todos los militantes nacionalistas Hacer país en nuestra Patria no ha sido nunca tarea fácil y sin embargo han sido y siguen siendo muchos/as los que con su labor diaria y muchas veces anónima han contribuido y contribuyen en esa brega. Son muchos los factores que alimentan esa contrariedad de no avanzar lo suficiente y otros tantos los instrumentos de que se vale el oponente político para debilitar nuestras opciones y anhelos. Los factores propios y consustanciales a nuestra situación colonial no merecen, al menos en esta declaración final, correlato alguno por que son evidentes para todos los/as nacionalistas, pero sí merecen explicación los que no nos son ajenos, ni lejanos, los que proceden de nuestra propia cosecha de desaciertos.

Canarias Nación se hace hoy su propia autocrítica en el sentido de no haber podido cruzar el umbral del estudio, de la reflexión trabajada, de la opinión organizada y de la acción política de media intensidad, para así abordar un trabajo político más nítido, más aplicado a la acción partidaria concluyente, más en contacto con otras realidades sociales de calle en opinión de algunos.

Canarias Nación en sus doce años de labor, optó por pensar Canarias primero para construir una alternativa de discurso y de país suficientemente argumentada, suficientemente creíble, suficientemente fuerte en el campo de las ideas para superar el primitivismo nacionalero que quedó como rescoldo de la crisis y del estallido traumáico de organizaciones como UPC, PCU, CNC, Frepic y otras. Nació como grupo de opinión y termina como grupo de opinión, porque cumplió con su promesa de no convertirse en plataforma partidaria que entrara en competencia con nuestras propias organizaciones nacionales. Fue una forma que entendimos entonces evitaba más atomización en nuestras filas. El grupo de opinión fue lugar de encuentro para todas las corrientes, vehículo para expresar sin atacar, para trabajar y no para la divagación estéril. El grupo de opinión fue un instrumento de unión en un mar de divisiones.

Nacionalistas interclasistas, independentistas de izquierda, anticolonialistas y ex militantes de CNC, PNC, Frepic y Asamblea Canaria Nacionalista, decidimos que podíamos trabajar juntos si poníamos como objetivo prioritario y fundamental construir país, pensar Canarias. Ese objetivo se consiguió porque termina nuestra andadura sin rupturas, sin causar más vergüenzas ajenas a nuestro campo nacional por escandaleras de desunión. Terminamos lo que comenzamos con el aval de lo que dejamos atrás como trabajo serio, como trabajo que entendemos, aún con errores, digno del ideal que defendemos y que antes que nosotros defendieron otros que por respeto merecían seriedad, honestidad, entrega y militancia de nuestra parte para honrar así su memoria.

Atrás quedan miles de horas de reuniones de trabajo, de reparto de tarea, de lecturas y documentaciones para hacer dossiers sobre la realidad histórica, social, económica y cultural del país que se repartían entre compañeros y otros colectivos, nacionalistas o no. Ahí queda el Cd-Rom Nación Canaria, los cientos de actos, charlas, conferencias realizadas en estos años en Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote para dar a conocer esos análisis a ciudadanos anónimos, pero también a líderes y militantes políticos de todos los partidos de ámbito canario, desde CC al PIL, desde el CNC al Frepic, desde cargos relevantes del gobierno autónomo a diputados y consejeros de Cabildos.

Canarias Nación preparó para muchos de ellos dossier completos y hasta proposiciones de Ley o propició que votaciones parlamentarias como el No a Veneguera se dieran convenciendo a algunos diputados para que mostraran su disidencia. Disidencia inducida y disidencia propia que se plasmó incluso, con gran sacrificio económico, en páginas enteras costeadas en prensa del país con contenidos que no avergonzaban a nuestra lucha sino que la impulsaban desde la seriedad y el rigor.

Canarias Nación formó mediante cursos a dirigentes y cientos de militantes de distintos partidos de ámbito nacional canario, acercándoles una visión claramente diferente de Canarias de la que tenían sin formación política alguna. Contribuyó de manera notable a que militantes nacionalistas “gallos tapados”, estuvieran en puestos de responsabilidad, incluso en el llamado gobierno de Canarias o Cabildos y lo consiguió por mor del nivel de credibilidad y confianza ganados entre la militancia de alguno de esos partidos.

Canarias Nación elaboró dossiers de la realidad canaria en seis idiomas y contactó con partidos nacionalistas de toda Europa (escoceses, galeses, normados, flamencos, catalanes, etc) para que tuvieran información puntual de lo que acontecía en Canarias y pudieran desenmascarar al gobierno español y sus eurodiputados en la cámara de representantes de Bruselas. Fue la primera campaña de Europa que además contó con el reparto de casi 15 mil panfletos en varios idiomas por las zonas turísticas de Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote.

El Grupo de Opinión se hizo ganar confianza en medios de comunicación, sobre todo radio y televisión, en donde miembros del mismo han estado participando como tertulianos y colaboradores durante 10 años ininterrumpidos. Luchas como las de las aguas, ley de residencia o Unión europea han tenido a nuestros militantes participando activamente allí donde antes sólo creaban opinión los españolistas. Un programa propio de radio y una propia web complementaban en estos últimos años nuestra estrategia de comunicación. Hay quienes valoraban que todo esto seguía siendo poco, mientras sindicatos o partidos con más financiación que un simple grupo de opinión se quedaban en mucho menos.

Muchas veces se dijo de Canarias Nación que era un grupo de derechas y que nos financiaban desde instancias ajenas al independentismo. Posiblemente los mismos que nunca pondrían el 10% de su nómina para ninguna causa. Posiblemente aquellos que cuidarían su imagen para ir a un bautizo pero vestirían de cualquier forma para representar públicamente a su país. Los prejuicios personales llevados a la política sin tener en cuenta que en política todos los militantes nacionalistas serios representan la necesaria nueva imagen de una nueva nación y de un nuevo movimiento. Si Canarias nación hubiera sido de derechas otro hubiera sido su discurso, otro su devenir y otros sus integrantes. Más basura, más intoxicación y más prejuicios clasistas de quienes nunca sin embargo confrontaron con nosotros ideas que es lo realmente importante en política. Si se hubieran preocupado de hacerlo en vez de confundir la crítica política con el “marujeo” nacional muchas más aclaraciones hubiera habido al respecto.

Canarias Nación mantuvo como Grupo una actitud de respeto escrupuloso por el resto de las opciones nacionalistas, partidarias o no, aunque no recibiera igual trato de algunas pero, en la línea de no alimentar una imagen de desunión que sólo ayudaría al colonialismo y sus colaboradores, no contribuyó nunca públicamente al pleito entre compañeros. Discrepábamos en respetuoso silencio pero entendíamos que eran más las cosas que nos unían que las que nos separaban y que eran de “los nuestros” y por tanto nuestra prioridad debía estar frente a nuestros oponentes políticos reales, no en el debilitamiento anímico de “los propios”. Tal vez esto pudo ser un error, pero aún hoy lo asumimos si el ejemplo se extendiera y con ello se eliminará de una vez en nuestras filas la esquizofrenia y las patologías mentales que la corroen, grupuscularmente, pero fatídicamente todo hay que decirlo.

Muchos que se llenaron y llenan la boca de nacionalismo esperan que otros hagan toda la labor, que otros se rasquen los bolsillos para hacer “cosas”, que les sirvan en bandeja la independencia mientras su trabajo “político” es a ráfagas, a golpe de iluminación trasnochada, nutriendo sin fundamento el chismorreo, la camorra y la desintegración en nuestras filas, avergonzando al resto del nacionalismo con discursos insustanciales fácilmente ridiculizados por nuestros adversarios y vistos casi como de “extraterrestres” por segmentos muy significativos de nuestro pueblo. Sembrar para que otros fulminen, construir país para que otros jueguen a salvadores de la patria como hobby. Esas asignaturas están por superar por nuestro nacionalismo porque son las que nos han llevado al más puro ostracismo durante décadas.

Pero en el camino hemos cosechado compañeros y compañeras, militantes de la libertad canaria que nos honraron con su saber intelectual, político y humano. No nos cansaremos de decir que la militancia nacionalista canaria es la más valiosa de cuantas existen en el escenario político de este país, porque sobrevive aunque la golpeen mil veces, aunque la tumben mil veces, contra viento y marea. Pena que entre todos, tal vez, la hayamos terminado de alejar quedándonos por el contrario acompañados de personajes que algún día tendrán que dar explicaciones por su conducta evidentemente desviada. Rica diversidad la nuestra pero poco aprovechada, poco canalizada y poco filtrada de personas de dudosa cultura general y política.

Canarias Nación cierra su ciclo pero sus militantes de forma individual seguirán en la brega porque la lucha continúa. Hoy una generación de canarios que no vivió el lastre mental e ideológico que supusieron para el nacionalismo los años 80 y parte de los 90, está en plenitud de facultades para tomar el testigo. Hoy nuevas organizaciones políticas canarias están emergiendo o terminando de cimentar unas bases nuevas. Ese nacionalismo debe sustituir definitivamente al mesianismo, al guanchismo irrendento, al radicalismo insustancial y públicamente automarginalizado. El independentismo canario debe salir de la nostalgia y conquistar el futuro, debe desplazar a los nostálgicos para ser una verdadera alternativa en este principio de milenio. El independentismo está obligado a abandonar el infantilismo purista y empezar a hacer política de verdad, aunque no nos gusten las formas y las plataformas que hay actualmente para conquistar el poder en nuestro país. Hay muchas formas de subvertir y las extra-institucionales están todas agotadas.

Canarias Nación denuncia abiertamente que hay personajes, unos de proyección pública notoria y otros parapetados en un ambiguo anonimato, que le están haciendo un daño terrible a las aspiraciones de liberación nacional del pueblo que dicen defender. Otros, como hace hoy Canarias Nación, hace tiempo que debieron cerrar su ciclo de actividad política o cuando menos haber emprendido el camino de la autocrítica severa que deje paso a otra generación renovada en las formas y en los discursos. Las fantasías oníricas, los mesianismos absurdos y las esperanzas puestas en que altas instancias internacionales nos van a hacer libres, representan a día de hoy obstáculos muy serios para que al conjunto del independentismo, la población nos tome realmente como lo que somos, la única alternativa al actual estado del país.

Hoy la conciencia nacional entre algunos segmentos de nuestro pueblo es sustancialmente más preclara que en los años 70, 80 y hasta 90, pero también es mayor la prostitución del termino nacionalista que entonces. Hoy llamarse nacionalista para grandes segmentos de población es ser de CC y esto último sinónimo de muchas cosas, gran parte de ellas no precisamente positivas. Estamos a las puertas de un cambio de ciclo político en Canarias. PP o PSOE gobernarán las máximas instituciones de este país en la próxima legislatura y el regionalismo mercantilista pasará a ser más bisagra que nunca, más correa de transmisión que nunca. No cabe más opción que repensar estrategias y marcar nuevos plazos, reformular discursos y establecer nuevas alianzas. El nacionalismo soberanista ni debe ni puede seguir por una senda de marginalidad y autismo, por una senda de purismo que cimenta nuestras ideas pero también retrasa veinte años o más la necesidad imperiosa que tenemos de vencer al oponente político real, que no es otro que el colonialismo español y sus partidos. Podemos seguir por el camino de las consignas y perder definitivamente nuestro país o atravesar nuestras fronteras ideológicas y confluir con quienes de verdad quieren atravesar una parte del recorrido con nosotros. Aceptar si nos aceptan. Negociar si negocian. Llevar nuestro programa de la calle a las instituciones. El independentismo solo no tiene hoy ni tiempo ni fuerzas suficientes para vencer. Necesita ir hacia una confluencia en donde no sea observador participante sino co-protragonista de los procesos. Ahí están como muestra nacionalismos que nos llevan ventaja en lo organizativo como puedan ser EA o ERC. Su práctica política los sitúa en el poder y no lejos de él. Es desde el poder desde donde se transforma no desde la oposición extra-institucional o la disidencia eterna. Ha llegado el momento de que surja el pragmatismo independentista si con ello avanzamos.

Canarias Nación agradece a todos los compañeros nacionalistas el apoyo que ha recibido durante todos estos años. Anima sinceramente a los que siguen en la brega y agradece a aquellos otros que han decidido pasar en estos años a otro ámbito de compromiso, sus aportes y su entrega por nuestro país.

Cerramos un ciclo pero no abandonamos la brega. Cumplimos objetivos pero quedan muchos por conseguir juntos.

Dice un proverbio africano: Podrán dejar sin canto al gallo que anuncia la llegada del día, pero NUNCA podrán con ello detener la llegada del amanecer y de un nuevo día.

¡Viva Canarias Libre!

Grupo de Opinión CANARIAS NACIÓN
2 de Septiembre de 1993 - 10 de Abril de 2005

[Enviado por José Rodríguez Pérez Segura]

9 comentarios

Aguayro -

Recomiendo la lectura de dos artículos de opinión del periodista Carlos G. Roy aparecidos en el periódico digital canariasahora.com. Uno se titula "Descolonización" y habla sobre descolonización de las mentes y demás, y otro titulado "Archipiélago nación" y habla de un concepto de nación diferente al que puede usar la derecha o ciertos grupos con fines non gratos

Aguayro -

Pienso que la palabra NACIÓN no solamente ha sido utilizado por los nazis y cierta derecha con fines poco nombrable, sino con fines de preservar la cultura de un pueblo como grupo ante un panorama donde lo que se pretende es lo contrario

Fernando Y. -

No se me ocurre nada más que escuchar y decir: claro, la la Nación en tanto voluntad de Unidad y Esencia (eso dicen los filósofos productores de la Idea de nación) ya no es posible. Nación y PARA-SÍ son lo mismo. Llevado a una relación personal, eso es el egoísmo más mezquino. Imaginemos que muchos han reflexionado acerca de que la esencia perfecta de lo NACIONAL se dio en la Alemania Nazi. Por ello, no quedará más que destruir el concepto tradicional de nación y ver qué pasa. Sólo se me ocurre una nación situada radicalmente a la izquierda, un "tercerismo" como se lo denominó en Latinoamérica. Ahora bien, cuando la sociedad de personas tiene sus necesidades primordiales satisfechas (que es lo que quiere la izqquierda), ¿qué hacer? Sólo el marxismo (¿el cristianismo primero?) pretende exportar esa revolución nacional-política al mundo entero. Todo esto habrá que pensarlo, al menos en teoría, porque en la práctica no veo nada más imposible.Gracias a Dios, al menos podemos seguir hablando de esto, inquietarnos, indignarnos.

hideyoshi -

prometo en breve poner un breve fragmento de dicho texto e iniciar así un jugoso debate sobre la cuestion nacional. Un abrazo Philippe, HERMANO, y gracias por la aclaración del nombre

perera -

(Oigan, más bien lean: perdonen el entrometimiento. No tiene nada que ver con lo que aquí se habla, pero injerto esto para si Philippe o Yupanqui lo ven, transmitan a Juan Jiménez las palabras que han dejado para él en aquel artículo que sacó Agustín Bethencourt llamado "En casa del poeta". Se trata de Maribel Lacave: quizás le gustaría saberlo.)

perera -

Espero que llegue ese texto del tal Renan, porque no tengo ni la menor idea de quién es el amigo.

Philippe Tacoronte -

Estoy de acuerdo con Hideyoshi, no sólo la pregunta por la izquierda y la derecha en relación a la llamada a una nación (pregunta quizá más indispensable que nunca), sino también interrogar: ¿qué entendemos por "nación"? ¿Qué se reivindica cuando se la propone y cuál ha sido la historia de ese término? ¿Qué hay que conservar y transformar de esa idea desde su nacimiento y desde las diferentes concreciones históricas que haya tenido? Que Hideyoshi anuncie un comentario sobre Renan podría ayudar a situar el debate. Un abrazo.

Hideyoshi -

sin querer crear polémicas, sino aprovechando la situación, si que me gustaria decir que es de vital importancia especificar el ideario político de construcción nacional. Bajo un aparente mismo objetivo: la Independencia, pueden verse juntos los ´más diversos argumentos, en muchos casos contrapuestos, y los más divergentes planes una vez alcanzado el objetivo...no se trata de hacer las cuentad de la lechera, sino de ser coherentes. Más claramente, lo cual no es dificil, lo explicaba E. Rehan (¿se escribe así Philippe?) en un texto acerca de los nacionalismos que en breve tratare de poner en esta blogia. Un abrazo

Profesor Ruano -

Hecha una lectura somera, solamente se me ocurre la promesa de volver a leer detenida y criticamente el texto de la Declaracion politica trasladado a Trapera.
Las ideas, por muy buenas que sean, no avanzan si no es a traves de la dialectica.
En su momento intentare' aportar algo. Saludos hasta entonces.