Blas Cabrera, científico lanzaroteño.
(Por Jose_ MB)
El 1 de Agosto de 1945, en el acogedor México para tantos exiliados españoles, murió Blas Cabrera Felipe, sin duda el padre de la Física española, y una de las mayores autoridades mundiales en magnetismo y mecánica cuántica.
Sí, ya sé que suena extraño, que un Lanzaroteño haya alcanzado estas cotas de reconocimiento internacional, y aquí no hayamos tenido el conocimiento deseable, y la divulgación necesaria.
Falleció sin que viera cumplidos sus más íntimos como explícitos deseos de regresar a España y de reincorporarse a la dirección del entonces ya formalmente desaparecido, gracias al régimen dictatorial del general Franco, Instituto Nacional de Física y Química. Este Centro se había creado en medida importante por y para Blas Cabrera y sus colaboradores (generación del 27 de físicos españoles) quienes con él colocaron el quehacer científico en Física y Química a un destacado nivel de aceptación internacional en corto tiempo.
Desde entonces y de manera creciente se han ido celebrando acontecimientos tendentes a recuperar la memoria del físico canario, desgraciadamente sin mucho éxito. En este marco, Amigos de La Cultura Científica (institución cultural canaria), organizó en 1995 la Conmemoración del 50 aniversario de Blas Cabrera. Y lo hizo de modo prioritario y principal en Canarias, donde era tan desconocido como en el resto del territorio Nacional. Se pretendió de manera complementaria exportar actividades y contagiar los espíritus desde Canarias hacia otros lugares de la Península, París y México. De este modo se celebraron ciclos de conferencias en Arrecife (Precisamente en el instituto de bachillerato que lleva su nombre) bajo los auspicios del Cabildo Insular de dicha isla; también en las dos Universidades Canarias; exposiciones, etc.
Todas estas efemérides perseguían la esperanza en que los visitantes, lectores y público en general, descubrieran un personaje y una obra que no debía permanecer más tiempo ignorada y perdida, sino que debía mostrarse públicamente, exhibirse en parques y jardines, citarse en los libros de Historia, incorporarlo al currículum escolar, etc. ¡Y claro!, me temo que aquello quedó en una relación de intenciones y nada más. Espero que no hagan falta otros 50 años para ver cumplidos estos deseos.
Así que, desde Trapera pretendo humildemente esbozar brevemente la vida y obra de este físico canario al que yo descubrí, vergonzosamente, después de acabar una carrera y un doctorado en Ciencias y de una manera, si se me permite, casi casual.
Nace en Arrecife el 20 de mayo de 1878, hijo de Blas Cabrera Tophan (Notario) y de Antonia Felipe Cabrera. Es el mayor de 8 hermanos.
Tres años más tarde se traslada a Tenerife donde cursa bachillerato. Allí conoce a María Sánchez Real, vecina de La Laguna y compañera de estudios y que a la postre sería su mujer.
Se ve afectado por el espíritu social del movimiento de la Generación del 98 que supuso la toma de conciencia del sector liberal tras la derrota y pérdida de las últimas colonias españolas de ultramar, espíritu que tanto ayudó a incorporar a España al desarrollo científico europeo. Como ejemplo de figura científica impregnada de dicho espíritu, destacó como sabemos, el Premio Nobel de Medicina, Santiago Ramón y Cajal, que entra en contacto con un joven Blas Cabrera que pretendía estudiar derecho en Madrid. El ambiente científico de Cajal en sus tertulias del café Suizo, y según contaba él, hacen que abandone los estudios iniciados de leyes por los de física.
En 1898, logra la licenciatura en ciencias físico-matemáticas por la Universidad Central de Madrid y en 1901, logra el Doctorado. Posteriormente, cuatro años más tarde logra la Cátedra de Electricidad en la Universidad Central de Madrid y en 1906, se casa con María Sánchez Real en La Laguna, fijando su residencia habitual en Madrid.
Con el apoyo de la Junta para ampliación de estudios (embrión del actual Consejo Superior de Investigaciones Científicas), inicia una brillante etapa en la Cultura Científica Española. Fue responsable, durante los primeros cuarenta años del siglo pasado y recogiendo la semilla lanzada por Ramón y Cajal, de un grupo de investigadores de Física y Química que en conjunto representaron tal vez el mejor momento de la Ciencia en España, obteniendo resultados que despertaron el interés a nivel mundial.
Por todo esto a Cabrera se le considera el padre de la física moderna en España y el maestro de muchas generaciones científicas. La investigación fue el objetivo en su vida, en una época en que la falta radical de tradición española en las Ciencias Físicas daba lugar al triste cuadro que pintaban nuestras universidades donde se ignoraba desde hacía siglos el método experimental.
Se me antoja muy pretencioso exponer de manera didáctica toda la gran labor de este ilustre canario pero, se podría destacar que a parte de la dirección del Instituto Nacional de Física y Química, el Dr. Blas Cabrera contribuyó al fomento cultural de una España Republicana como cofundador de la Universidad Internacional de Santander. Así, los elementos que hicieron posible la práctica docente de temas que no figuraban en los programas de las facultades, fueron personajes de primera talla del pensamiento español contemporáneo: Ortega y Gasset, Marañón, Unamuno, Ámerico Castro, Moles, etc.
Esta Universidad de Verano supuso una de las experiencias pedagógicas más originales de la República, al darle un contenido amplio y fecundo con una dirección única, acercar España a Europa. Esto dio lugar a un brote de actividad intelectual que llegó hasta la Guerra Civil. En 1934, Blas Cabrera es nombrado rector de la Universidad Internacional de Santander hasta julio del 36, donde queda suspendida la misma. Por cierto, como anécdota, destaco que el alzamiento militar sorprende al Dr. Cabrera en Santander durante los cursos de verano y se ve obligado a organizar la escapada de alumnos y profesores invitados hacia San Sebastián, de ahí a Francia y de Francia hacia Cataluña, entrando otra vez en la España republicana.
El momento más trascendental de toda su carrera es sin duda el nombramiento como Miembro del Comité Científico de las Conferencias Solvay de Física en Bélgica, en el año 1930. Dicho comité estaba compuesto por 9 personalidades entre las más destacadas del mundo en el campo de la Física. Desde luego es un orgullo ver a un canario formando parte del grupo de los mejores físicos que jamás haya habido, entre los cuales había 12 premios Nóbeles de un grupo de 26. Langevin como presidente y el Comité Científico decide nombrar a N. Bohr (este sí que aparece en nuestros libros de texto, el del famoso modelo atómico) y a Blas Cabrera como miembros del mismo, en sustitución de E. van Aubel y W. H. Braga, bien conocidos por sus trabajos en rayos x. Y para mayor orgullo nuestro, la candidatura de Cabrera es propuesta por A. Einstein y M. Curie.
Como anteriormente indicaba, la magnetoquímica fue la parcela de la física que más importancia tuvo en la labor del Dr. Cabrera. Sus estudios experimentales condujeron a confirmar y ampliar el conocimiento acerca de la estructura de los átomos, concretamente fueron de gran utilidad en la confirmación de los cálculos de Hund y a las magníficas teorías de Van Vleck, Premio Nobel de Harvard, entre otros, que al referirse a Cabrera decía que en la historia del magnetismo, el físico lanzaroteño sería recordado como el científico que hizo el experimento adecuado en el momento oportuno.
Además de unos 180 artículos científicos, escribió varios libros con un perfil más intelectual y docente, dejando sin acabar una obra inédita sobre la Historia de la Física que preparaba durante sus años de exilio en París y Méjico.
En 1937, decide abandonar España, en plena Guerra Civil, trasladándose a Paris y posteriormente cuando estalla la 2ª Guerra Mundial, se traslada a Méjico en el año 1941 donde le abre sus puertas la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de Méjico como profesor de física atómica y de Historia de la Física. El 1 de agosto de a945, muere en Méjico.
¿Qué queda de la herencia científica del Dr. Blas Cabrera?
Un hijo, Dr. Nicolás Cabrera Sánchez-Real (1913-1989), físico y catedrático que dedicó en los últimos años de su vida una atención especial a la recuperación de la figura de su padre.
Un nieto, Dr. Blas Cabrera (1946), que está contribuyendo de modo apasionado en los últimos acontecimientos mundiales de la física, especializándose en Bajas Temperaturas. Mantiene una búsqueda de la huidiza partícula básica magnética, buscando confirmar la interesante Teoría de la Gran Unificación de las Fuerzas de la Naturaleza, lo cuál nos acercaría a poder vislumbrar nuestros orígenes. También contribuye a la confirmación de la Teoría de la Relatividad de Einstein y además trabaja con la teoría de las partículas elementales y en concreto con el neutrino.
Y mucho desconocimiento sobre su figura, su trabajo científico y su labor social como impulsor de la Cultura en una etapa convulsa de la Historia de España.
El 1 de Agosto de 1945, en el acogedor México para tantos exiliados españoles, murió Blas Cabrera Felipe, sin duda el padre de la Física española, y una de las mayores autoridades mundiales en magnetismo y mecánica cuántica.
Sí, ya sé que suena extraño, que un Lanzaroteño haya alcanzado estas cotas de reconocimiento internacional, y aquí no hayamos tenido el conocimiento deseable, y la divulgación necesaria.
Falleció sin que viera cumplidos sus más íntimos como explícitos deseos de regresar a España y de reincorporarse a la dirección del entonces ya formalmente desaparecido, gracias al régimen dictatorial del general Franco, Instituto Nacional de Física y Química. Este Centro se había creado en medida importante por y para Blas Cabrera y sus colaboradores (generación del 27 de físicos españoles) quienes con él colocaron el quehacer científico en Física y Química a un destacado nivel de aceptación internacional en corto tiempo.
Desde entonces y de manera creciente se han ido celebrando acontecimientos tendentes a recuperar la memoria del físico canario, desgraciadamente sin mucho éxito. En este marco, Amigos de La Cultura Científica (institución cultural canaria), organizó en 1995 la Conmemoración del 50 aniversario de Blas Cabrera. Y lo hizo de modo prioritario y principal en Canarias, donde era tan desconocido como en el resto del territorio Nacional. Se pretendió de manera complementaria exportar actividades y contagiar los espíritus desde Canarias hacia otros lugares de la Península, París y México. De este modo se celebraron ciclos de conferencias en Arrecife (Precisamente en el instituto de bachillerato que lleva su nombre) bajo los auspicios del Cabildo Insular de dicha isla; también en las dos Universidades Canarias; exposiciones, etc.
Todas estas efemérides perseguían la esperanza en que los visitantes, lectores y público en general, descubrieran un personaje y una obra que no debía permanecer más tiempo ignorada y perdida, sino que debía mostrarse públicamente, exhibirse en parques y jardines, citarse en los libros de Historia, incorporarlo al currículum escolar, etc. ¡Y claro!, me temo que aquello quedó en una relación de intenciones y nada más. Espero que no hagan falta otros 50 años para ver cumplidos estos deseos.
Así que, desde Trapera pretendo humildemente esbozar brevemente la vida y obra de este físico canario al que yo descubrí, vergonzosamente, después de acabar una carrera y un doctorado en Ciencias y de una manera, si se me permite, casi casual.
Nace en Arrecife el 20 de mayo de 1878, hijo de Blas Cabrera Tophan (Notario) y de Antonia Felipe Cabrera. Es el mayor de 8 hermanos.
Tres años más tarde se traslada a Tenerife donde cursa bachillerato. Allí conoce a María Sánchez Real, vecina de La Laguna y compañera de estudios y que a la postre sería su mujer.
Se ve afectado por el espíritu social del movimiento de la Generación del 98 que supuso la toma de conciencia del sector liberal tras la derrota y pérdida de las últimas colonias españolas de ultramar, espíritu que tanto ayudó a incorporar a España al desarrollo científico europeo. Como ejemplo de figura científica impregnada de dicho espíritu, destacó como sabemos, el Premio Nobel de Medicina, Santiago Ramón y Cajal, que entra en contacto con un joven Blas Cabrera que pretendía estudiar derecho en Madrid. El ambiente científico de Cajal en sus tertulias del café Suizo, y según contaba él, hacen que abandone los estudios iniciados de leyes por los de física.
En 1898, logra la licenciatura en ciencias físico-matemáticas por la Universidad Central de Madrid y en 1901, logra el Doctorado. Posteriormente, cuatro años más tarde logra la Cátedra de Electricidad en la Universidad Central de Madrid y en 1906, se casa con María Sánchez Real en La Laguna, fijando su residencia habitual en Madrid.
Con el apoyo de la Junta para ampliación de estudios (embrión del actual Consejo Superior de Investigaciones Científicas), inicia una brillante etapa en la Cultura Científica Española. Fue responsable, durante los primeros cuarenta años del siglo pasado y recogiendo la semilla lanzada por Ramón y Cajal, de un grupo de investigadores de Física y Química que en conjunto representaron tal vez el mejor momento de la Ciencia en España, obteniendo resultados que despertaron el interés a nivel mundial.
Por todo esto a Cabrera se le considera el padre de la física moderna en España y el maestro de muchas generaciones científicas. La investigación fue el objetivo en su vida, en una época en que la falta radical de tradición española en las Ciencias Físicas daba lugar al triste cuadro que pintaban nuestras universidades donde se ignoraba desde hacía siglos el método experimental.
Se me antoja muy pretencioso exponer de manera didáctica toda la gran labor de este ilustre canario pero, se podría destacar que a parte de la dirección del Instituto Nacional de Física y Química, el Dr. Blas Cabrera contribuyó al fomento cultural de una España Republicana como cofundador de la Universidad Internacional de Santander. Así, los elementos que hicieron posible la práctica docente de temas que no figuraban en los programas de las facultades, fueron personajes de primera talla del pensamiento español contemporáneo: Ortega y Gasset, Marañón, Unamuno, Ámerico Castro, Moles, etc.
Esta Universidad de Verano supuso una de las experiencias pedagógicas más originales de la República, al darle un contenido amplio y fecundo con una dirección única, acercar España a Europa. Esto dio lugar a un brote de actividad intelectual que llegó hasta la Guerra Civil. En 1934, Blas Cabrera es nombrado rector de la Universidad Internacional de Santander hasta julio del 36, donde queda suspendida la misma. Por cierto, como anécdota, destaco que el alzamiento militar sorprende al Dr. Cabrera en Santander durante los cursos de verano y se ve obligado a organizar la escapada de alumnos y profesores invitados hacia San Sebastián, de ahí a Francia y de Francia hacia Cataluña, entrando otra vez en la España republicana.
El momento más trascendental de toda su carrera es sin duda el nombramiento como Miembro del Comité Científico de las Conferencias Solvay de Física en Bélgica, en el año 1930. Dicho comité estaba compuesto por 9 personalidades entre las más destacadas del mundo en el campo de la Física. Desde luego es un orgullo ver a un canario formando parte del grupo de los mejores físicos que jamás haya habido, entre los cuales había 12 premios Nóbeles de un grupo de 26. Langevin como presidente y el Comité Científico decide nombrar a N. Bohr (este sí que aparece en nuestros libros de texto, el del famoso modelo atómico) y a Blas Cabrera como miembros del mismo, en sustitución de E. van Aubel y W. H. Braga, bien conocidos por sus trabajos en rayos x. Y para mayor orgullo nuestro, la candidatura de Cabrera es propuesta por A. Einstein y M. Curie.
Como anteriormente indicaba, la magnetoquímica fue la parcela de la física que más importancia tuvo en la labor del Dr. Cabrera. Sus estudios experimentales condujeron a confirmar y ampliar el conocimiento acerca de la estructura de los átomos, concretamente fueron de gran utilidad en la confirmación de los cálculos de Hund y a las magníficas teorías de Van Vleck, Premio Nobel de Harvard, entre otros, que al referirse a Cabrera decía que en la historia del magnetismo, el físico lanzaroteño sería recordado como el científico que hizo el experimento adecuado en el momento oportuno.
Además de unos 180 artículos científicos, escribió varios libros con un perfil más intelectual y docente, dejando sin acabar una obra inédita sobre la Historia de la Física que preparaba durante sus años de exilio en París y Méjico.
En 1937, decide abandonar España, en plena Guerra Civil, trasladándose a Paris y posteriormente cuando estalla la 2ª Guerra Mundial, se traslada a Méjico en el año 1941 donde le abre sus puertas la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de Méjico como profesor de física atómica y de Historia de la Física. El 1 de agosto de a945, muere en Méjico.
¿Qué queda de la herencia científica del Dr. Blas Cabrera?
Un hijo, Dr. Nicolás Cabrera Sánchez-Real (1913-1989), físico y catedrático que dedicó en los últimos años de su vida una atención especial a la recuperación de la figura de su padre.
Un nieto, Dr. Blas Cabrera (1946), que está contribuyendo de modo apasionado en los últimos acontecimientos mundiales de la física, especializándose en Bajas Temperaturas. Mantiene una búsqueda de la huidiza partícula básica magnética, buscando confirmar la interesante Teoría de la Gran Unificación de las Fuerzas de la Naturaleza, lo cuál nos acercaría a poder vislumbrar nuestros orígenes. También contribuye a la confirmación de la Teoría de la Relatividad de Einstein y además trabaja con la teoría de las partículas elementales y en concreto con el neutrino.
Y mucho desconocimiento sobre su figura, su trabajo científico y su labor social como impulsor de la Cultura en una etapa convulsa de la Historia de España.
6 comentarios
Anónimo -
Bethencourt -
¿Hasta cuándo la custodia de la memoria colectiva va a seguir dependiendo de estos cachanchanes? ¡Qué rabia siente uno!, de verdad.
Pues nada, que la ciudad se queda sin estos archivos, Soria dixit.
Por favor, Jose, escribe ese artículo. Nos hace mucha falta.
Un abrazo.
Jose -
Jose -
Bethencourt -
Te propongo un trabajo similar sobre Agustín de Bethencourt y Molina. ¿Qué te parece?
Un abrazo.
hideyoshi -