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Trapera

Exotismo, olvido, repetición

(por P. Tacoronte)

Hace unas semanas nos vimos envueltos, todavía no sabemos cómo, el día de Canarias, en el ejercicio colectivo de identificación cultural, pensado por la TV canaria, frente a la película Mararía.

Desde un punto de vista de lectura de la realidad canaria, sociológica o histórico-cultural, la película condensa mucho valor, sabiéndolo o no. No entro en la relación, semejanza, fidelidad o diferencia entre el filme y su referente novelístico (ya de entrada, imagen y palabra nos parecen irreducitibles, pero ése es otro tema).

En la película pueden detectarse toda una serie completa y armónica de detalles que estructuran una concepción de lo canario. El rasgo esencial de esa concepción es Canarias como realidad exclusivamente pasiva y receptiva. Mararía es la joven poco “civilizada”, pasiva, expectante, que pasa su vida esperando. El médico español y el aventurero inglés son los elementos activos, los sujetos productores, que toman decisiones, libres, que van y vienen, que participan de la Historia. Son hombres de la cultura, que tienen en la isla, en Mararía, una estación y una atracción momentáneas por lo exótico. El paralelismo como el supuesto “mito” de Dácil y el Capitán Castillo, en la obra de Antonio de Viana en el siglo XVII, es evidente. En cinco siglos, la idea pretendidamente “femenina” de la isla y lo canario, presta al servicio (como la hermosa Mararía) o destinada al sector servicios, apenas ha variado. Al menos en el discurso cultural oficialmente audible.

Lo exótico, como lo ajeno a la cultura moderna y a la Historia, es otro rasgo definitorio. Véase la conversación con Geito el conejero cuando regresa el médico después de la Guerra Civil; le da a entender que allí no pasó nada. Como siempre, como decía Hegel sobre América, los márgenes donde mora el “buen salvaje” están fuera del movimiento de la Historia. A esa supuesta imagen del tópico pre-moderno, anti-ilustrado y pasivo (todos los elementos jerárquicos del eurocentrismo), le añade la película los ritos de brujería, presentes en los momentos dramáticos, que le asignan precisamente, qué casualidad, a una actriz cubana.

Las ideas de pasividad, lejanía y exotismo no distan mucho de una determinada configuración de la conciencia. El supuesto de que, en última instancia, quedamos definidos como ultraperiferia.

9 comentarios

Belén -

Me he encontrado con este foro por casualidad, buscaba el libro de Mararía. Soy de la península en concreto vivo en Alicante, con lo que no sé si ni siquiera tendrá valor mis apreciaciones sobre los comentarios que he leído. Mi imagen sobre las islas canarias difiere mucho de la del germano, yo creo que conservaís vuestra identidad como pueblo, que se refleja en la gastronomía, música, artesanía etc. Es más admiro por la capacidad que teneís para vender las islas, la inteligencia para conseguir frutos en la lava etc.Sin haber podido leer todavía la novela, creo que pertenece a una época . Forma parte del pasado, algo que no hay que olvidar pero en lo que no hay que seguir instalado.No es afortunadamente la realidad actual.Espero no molestar con esta intromisión, un saludo. Belén

Filosofando -

Luis, lo decía más bien porque notaba, en los últimos tiempos, menos colaboración de los asiduos. Precisamente sí creo que antes había más debate y colaboración, nada más.

Luis -

Bien Filosofando, quizás hay poco debate en Trapera. Pero los debates se empiezan con argumentos que difieran o estén en contra de algún punto de vista. ¿Qué te apetece debatir? Sería interesante conocer tu punto de vista.

Filosofando -

de acuerdo en todo pero encuentro poco debate en trapera ¿por qué será?

Tacoronte -

Un abrazo, Luis; aciertas de pleno con la expresión "abolida", me recuerda unos poemas de Sánchez Robayna, que quizá cabría leer en ese sentido. Fer, coincido: nada de casualidades entre los jóvenes canarios noqueados, detenidos. Hay una atmósfera, un campo gravitatorio de siglos de profundidad.

Fernando -

Está muy claro, el hecho Mararía es muy pertinente para leer la realidad canaria. Creo que la cuestión debe prepararnos para empezar a pensar lo nuevo (la justicia) más allá de la prepotencia eurocéntrica y el complejo de inferioridad que tienen muchos canarios, sobre todo jóvenes, incapaces de "crear" iluminando su propia vida, poniéndola en movimiento, en historia. Saludos.

Luis -

Todo esto sigue plenamente vigente hoy día. No hace mucho, hablando con un germano de por estas tierras, le dije que venía de las islas Canarias. Este confesó, sin mucho pudor, que, hasta no hacía demasiado, él creía que las islas eran un lugar desierto (sin más población que la turística) adonde se iba de vacaciones. El centro no nos tiene muy en cuenta. En la conciencia de este centroeuropeo toda nuestra realidad estaba abolida. No existía. Quiénes somos realmente, cuando los otros no nos reconocen? En fin, tampoco me apetece sacar conclusiones definitvas, simplemente apuntar una anécdota que me dejó un tanto descolocado y que traigo a colación. Un abrazo y saludos a Perera y Tacoronte.

Tacoronte -

Ahí, aquí andamos, Perera. Saludos.

perera -

Mararía (pre)dispuesta, pasivamente, al sector servicios. Significativas palabras, sin duda; para re-ventarlas; también.
Saludos, Tacoronte. Espero que todo bien.