AGÜIMES
(Por Agustín Bethencourt)
Escribir sobre un lugar que amo tanto no es nada fácil. Me veo cayendo en el sentimentalismo y escribiendo tópicos. Pero, qué se le va a hacer. Un día me enamoré de este pueblo y de su gente, que me atraparon ya para siempre. Pueblo, digo. Y conscientemente. Agüimes tiene las dos almas que encierra la palabra pueblo. La de saber conservar las tradiciones y sentirse orgulloso de ello. La de estar abierta al diálogo y a mostrarse en el contraste con toda la seguridad que da el conocerse.
Hace cuatro años, paseando por una calle cercana a los Jardines del Patriarca, en Moscú, reparé en una pequeña escultura que representaba una cigüeña. Enseguida me transporté miles de kilómetros y me vi paseando por las calles del casco de la Villa, con sus esculturas habitantes de un espacio urbano y rural al mismo tiempo, que parecen haber estado ahí toda la vida.
Son tantas anécdotas No olvidaré en mi vida una relacionada con una escultura que hay en la Plaza de Nuestra Señora del Rosario, la llamada Mariquilla la de los chochos, si la memoria no me engaña. Esa escultura, obra de Francisco Suárez, representa a una señora que años ha se sentaba en la plaza a vender chochos y golosinas a los niños que por allí pasaban.
En uno de los muchos días en que paseaba por el casco (en lo que recuerdo como una hermosa etapa de mi vida: mi paso por Radio Agüimes) me encontré a una joven observando la escultura. Cuando me acerqué un poco noté que tenía los ojos vidriosos. Me miró y me dijo: Hacía como que no se daba cuenta. Pero ella sabía que le habíamos cogido un manojo. He de reconocer que la emoción contenida de esta muchacha me impactó mucho. Pero es que apenas unos minutos más tarde, pasó un coche junto a la plaza y el conductor, con una gran sonrisa, gritó: ¡Adiós, Mariquilla!. Y ahí ya sí que no pude evitar que se me pusieran los vellos de punta. Un pueblo dialogando con sus vecinos (incluso con los que ya se han ido) a través de sus esculturas.
Sí. Agüimes es ya con todo derecho un museo al aire libre. Pero no un museo a la europea que nos atestigua cómo vivieron los más adinerados hace doscientos o trescientos años y quién pintó o esculpió para ellos. No. Es un museo cuyas esculturas están en permanente diálogo con los presentes viandantes y con los futuros adultos que juegan ahora junto a ellas.
Si hacer un catálogo (siquiera breve) de todas las esculturas que pueblan el municipio no es el propósito de este artículo, no es menos cierto que siempre que rememoro mis paseos por Agüimes acude a mi mente el monumento a la música. Subir por la Calle Moral y escuchar los acordes orquestales que transpira aquella hermosa mujer, rodeada por los versos de Orlando Hernández, es una sensación que me arropa todavía unos años después y que me acompañará de seguro el resto de mi vida. No he conocido nada igual en ninguna de las ciudades que he visitado en Europa y América. Un monumento a la música que sea música monumental. Con el paso de los años pensé esto por primera vez, cuatro años atrás paseando por una calle de Moscú- me reafirmo en mi idea de que Agüimes es una villa monumental única en el mundo.
Y esto por no hablar de su arquitectura, del cariño que allí me han brindado Pero, bueno, esto será objeto de otro artículo, que bien lo merecen Agüimes y sus gentes.
Si me despidiera sin mandar un abrazo a todos mis amigos allí, no me lo perdonaría. Si lo hiciera sin recomendar a todos (los que viven en el Archipiélago y los que no) que paseen por lo menos una vez en su vida por las calles de esta hermosa polis, sería un egoísta. Así que vayan en estas últimas palabras abrazo e invitación para propios y forasteros.
14 de septiembre de 2004.
Escribir sobre un lugar que amo tanto no es nada fácil. Me veo cayendo en el sentimentalismo y escribiendo tópicos. Pero, qué se le va a hacer. Un día me enamoré de este pueblo y de su gente, que me atraparon ya para siempre. Pueblo, digo. Y conscientemente. Agüimes tiene las dos almas que encierra la palabra pueblo. La de saber conservar las tradiciones y sentirse orgulloso de ello. La de estar abierta al diálogo y a mostrarse en el contraste con toda la seguridad que da el conocerse.
Hace cuatro años, paseando por una calle cercana a los Jardines del Patriarca, en Moscú, reparé en una pequeña escultura que representaba una cigüeña. Enseguida me transporté miles de kilómetros y me vi paseando por las calles del casco de la Villa, con sus esculturas habitantes de un espacio urbano y rural al mismo tiempo, que parecen haber estado ahí toda la vida.
Son tantas anécdotas No olvidaré en mi vida una relacionada con una escultura que hay en la Plaza de Nuestra Señora del Rosario, la llamada Mariquilla la de los chochos, si la memoria no me engaña. Esa escultura, obra de Francisco Suárez, representa a una señora que años ha se sentaba en la plaza a vender chochos y golosinas a los niños que por allí pasaban.
En uno de los muchos días en que paseaba por el casco (en lo que recuerdo como una hermosa etapa de mi vida: mi paso por Radio Agüimes) me encontré a una joven observando la escultura. Cuando me acerqué un poco noté que tenía los ojos vidriosos. Me miró y me dijo: Hacía como que no se daba cuenta. Pero ella sabía que le habíamos cogido un manojo. He de reconocer que la emoción contenida de esta muchacha me impactó mucho. Pero es que apenas unos minutos más tarde, pasó un coche junto a la plaza y el conductor, con una gran sonrisa, gritó: ¡Adiós, Mariquilla!. Y ahí ya sí que no pude evitar que se me pusieran los vellos de punta. Un pueblo dialogando con sus vecinos (incluso con los que ya se han ido) a través de sus esculturas.
Sí. Agüimes es ya con todo derecho un museo al aire libre. Pero no un museo a la europea que nos atestigua cómo vivieron los más adinerados hace doscientos o trescientos años y quién pintó o esculpió para ellos. No. Es un museo cuyas esculturas están en permanente diálogo con los presentes viandantes y con los futuros adultos que juegan ahora junto a ellas.
Si hacer un catálogo (siquiera breve) de todas las esculturas que pueblan el municipio no es el propósito de este artículo, no es menos cierto que siempre que rememoro mis paseos por Agüimes acude a mi mente el monumento a la música. Subir por la Calle Moral y escuchar los acordes orquestales que transpira aquella hermosa mujer, rodeada por los versos de Orlando Hernández, es una sensación que me arropa todavía unos años después y que me acompañará de seguro el resto de mi vida. No he conocido nada igual en ninguna de las ciudades que he visitado en Europa y América. Un monumento a la música que sea música monumental. Con el paso de los años pensé esto por primera vez, cuatro años atrás paseando por una calle de Moscú- me reafirmo en mi idea de que Agüimes es una villa monumental única en el mundo.
Y esto por no hablar de su arquitectura, del cariño que allí me han brindado Pero, bueno, esto será objeto de otro artículo, que bien lo merecen Agüimes y sus gentes.
Si me despidiera sin mandar un abrazo a todos mis amigos allí, no me lo perdonaría. Si lo hiciera sin recomendar a todos (los que viven en el Archipiélago y los que no) que paseen por lo menos una vez en su vida por las calles de esta hermosa polis, sería un egoísta. Así que vayan en estas últimas palabras abrazo e invitación para propios y forasteros.
14 de septiembre de 2004.
20 comentarios
Bethencourt -
Aguayro -
Pelicar.Drago -
PD.En este momento entra la "Profe" de Lengua y observa en tu artículo una "Rata de Imprenta" (Bello x vello).
Como dice Hideyoshi,un abrazo para ti y otro para la "Niña".
magacin66 -
(y) 3. Igualmente, creo que se ha interpretado mal una frase que yo puse en ese primer comentario (no me importa asumir que a lo mejor haya sido mal escrita, aunque no lo creo así). La frase en cuestión es y como no quiero que se vuelva protagonista de este artículo y, alomejor porque tampoco iba a salir tan bien parado como lo han pitado, omito mi opinión sobre él. Bien, cuando digo omito mi opinión sobre él (sobre el alcalde de Agüimes) no es porque pueda salir mal parado sino porque en ese momento que escribí la frase (hace dos días) no quería que ese señor se volviera el protagonista de tan magnífico y bonito artículo. En cuanto a alomejor porque tampoco iba a salir tan bien parado como lo han pitado lo decía porque de convertirse dicho señor en el protagonista de este artículo, seguramente podrían surgir, como político que es, comentarios no tan halagadores como los descritos por Perera.
magacin66 -
1. Lo único que intentaba reflejar en mi primer comentario era mi extrañeza de cómo Perera, desde mi punto de vista y, por supuesto, con todos mis respetos, creía que había aprovechado un artículo dedicado a esa bonita localidad llamada Agüimes, contado desde un punto de vista de la añoranza, creo entender, por parte de Bethencourt, para meter unos comentarios acerca de un Alcalde y un partido político, que no venían al caso pero, que como dije y creo haber dejado claro, los respetaba. Incluso, ahora, creo entender el por qué los metió cuando afirma en un comentario posterior que Agüimes es resultado de su pueblo, pero también de quien lo gobierna. Pero bueno, en aquél momento, no entendí a qué venía esos comentarios sobre el alcalde.
2. (A Perera:) Efectivamente, a mí me pasa mucho cuando escribo, que sin darme cuenta meto esas coletillas como en mi opinión y otras de ese estilo, cuando no son más que una reiteración, ya que se sabe que cuando uno está hablando sobre algo, lo que hace es estar opinando. Pero cuando tú dices ¿por qué no decir lo que hay? suena a todo lo contrario, a querer imponer lo que tú piensas como una verdad universal. Así es como yo interpreté esa frase, parece que, según tú, equivocadamente.
(continúa en el siguiente post)
perera -
Toñi -
Elena (2) -
Todo eso y mucho más, nos llevó a elegir el municipio como residencia, y teníamos claro que iba a ser el lugar donde crecieran nuestros hijos (bueno el único que tengo).
Ahorta ya no vivo allí, por eso me ha entrado añoranza al leer tu escrito. Una de las principales razones por las que me fui de allí (aunque es verdad que no la única) es precisamente por el otro debate que ha surgido en este artículo: el alcalde. Como magacin creo que este artículo no merece la pena ser estropeado así qeu prometo que dedicaré uno exclusivo a contarles mi opinión, es más mi vivencia al respecto de ese señor.
Es más imagino que igual, el Prf Ruano, Perera o el mismo Bethencorut, pueden tener algún tipo de relación con él. Los emplazo a que cuando yo les cuente (para lo que tengo que pedior permiso a otras personas) le inviten a que lo lea y si tiene ganas se defienda. Eso será pronto, prometido
Elena -
Estimado Betehcourt, me parece exquistio tu artículo, a mí también me trae gratos recuerdos. Cuando decidí emanciparme y motar mi primera vivienda, elegí Agüimes para hacerlo.
Bethencourt -
Un abrazo.
magacin66 -
No me impongas nada, hombre! "Lo que hay" para tí no tiene que ser "lo que hay para mí"... y menos en política, que es el campo más subjetivo e interesado que existe.
¿No crees que deberías haber dicho "pero ¿por qué no decir lo que pienso?"?
En este caso mi respuesta es "por supuesto", ya lo dije en el post anterior: "cada uno es libre...."
perera -
hideyoshi -
magacin66 -
He de decir que ese encanto especial se acentúa por la noche. Recuerdo de forma especial las veces que acudí a sesiones de teatro y de cuentacuentos.
Por otro lado, creo, por supuesto, que cada uno es libre de expresar lo que quiera y cada uno tiene su propia opinión sobre las cosas y sobre las personas. Pero creo que el artículo de Bethencourt no da pie en ningún sentido para hablar de ese Alcalde "tan chachi" que tiene Agüimes y no comprendo para nada qué viene hablar de él... y como no quiero que se vuelva protagonista de este artículo y, alomejor porque tampoco iba a salir tan bien parado como lo han pitado, omito mi opinión sobre él.
perera -
Llevo pidiendo hace dos años el nombre de "Manuel González Sosa" (uno de los mejores poetas de la segunga década del XX en Canarias, natural de Guía) para la biblioteca del I.E.S. GUÍA, y no se consigue. Ahora se ha inaugurado en este pueblo una atractiva "Casa de la Cultura" que, al parecer, iba a recordar a este señor (todavía vivo): y, al final, nada. Y sí le dan memoria, en una de las salas, a "Pepe Dámaso", nombre -en mi opinión- bastante discutible en el contexto del pueblo en el que estamos, sobre todo porque podrían haber sido otros. Ya sabemos del retumbo que tiene este artista, socialmente hablando; cosa rara, por otro lado, en nuestro contexto cultural canario).
En fin, viva Agüimes y sus gentes, vivas o muertas. Saludos.
perera -
Sí, como dice el profesor Ruano, me gustaría hacer mención de su alcalde. Que lleva no sé cuántos años, demasiados... Sí. Pero, sea como sea, demuestra un talante y una palabra dignos de reseñar. Me refiero, sobre todo, a sus artículos y manifestaciones en la prensa u otros medios de comunicación, extraños en el ambiente político en el que vamos estando. Por ejemplo, hace unas semanas publicaba varios textos poniendo un gran punto nítido sobre una "i"; me refiero a sus textos críticos contra varios de los periodistas carcas del diario La Provincia-Diario de Las Palmas, y sus opiniones "sorianas". Y esas citas que introduce... que no parecen para quedar bien, sino que vienen al hilo. No sé, es algo que se respira lo diferente de este señor alcalde uno de nuestros pueblos, y supongo que del grupo político al que pertenece; del que (por cierto) se puede ver su historia en la página que tienen en internet: muy interesante. Hablamos, por si alguien no lo sabe, de Roque Aguayro.
Y lo que dice Tinito Bethencourt, esa es mi impresión cuando paseo por sus calles, y la otra poca impresión que también tengo de alguna colaboración en su radio y su televisión. Porque tampoco conozco mucho más: por eso digo "impresiones".
Ojalá esta senda la siguieran otros pueblos de Canarias.
prof. Ruano -
Gran -
Grancanario -
Es por todo lo anterior y también por deformación de algún tipo, que me gustaría añadir, aunque muy lejos del mensaje poético que hemos leído, pero a la vez, en sintonía con él, que Agüimes, a nivel económico y empresarial, está desarrollándose de una manera impresionante a través de su afamado Polígono Industrial de Arinaga, pero a la vez de una manera completamente limpia, evitando todo negocio que pueda traer contaminación al municipio sin descuidar su desarrollo. Hoy día, en que olvidarnos de Don Dinero es muy difícil, es completamente elogiable, que se haya optado por desarrollar la zona, de manera que no "nos" lamentemos el día de mañana por el pan para hoy........ y el resto ya lo conocemos todos.
Bien. Sólo quería añadir algo a un artículo que, como dije antes, me parece que sale directamente del corazón y que es la mejor manera de dar a conocer lugares hermosos de nuestra isla.
Saludos a todos
Bethencourt -
Un abrazo.