(Des)fondos europeos y pobreza en Canarias
(por P. Tacoronte)
Escribió Walter Benjamin que la principal desinformación organizada por la prensa se jugaba en los espacios en blanco que separan las noticias. En efecto, la desconexión de los hechos, su presentación como sucesos independientes, desdibuja la comprensión de la realidad social. Hay que leer, por tanto, prestando mucha atención a esos espacios en blanco.
En ese intento, me quedo con unas cuentas noticias recientes de la prensa insular. Tras el bloqueo de la ratificación de la Constitución europea en Francia, nos llega el desacuerdo sobre el reparto de fondos europeos. El supuesto aumento de la riqueza en Canarias en los últimos años plantea la posible pérdida de ayudas. Eso ha alertado a los políticos canarios que representan a la clase empresarial y ya se han puesto manos a la obra para no perder esos cuantiosos ingresos. Pero sucede que la pobreza, objetivamente, ha aumentado en Canarias (datos en La Provincia). La inyección modernizadora europea acrecienta la salud de la gran iniciativa empresarial, pero las diferencias sociales aumentan. Por primera vez en la historia, nos dicen, se exporta capital canario. Pero el crecimiento económico, la noción de riqueza no está teniendo como fin principal la vida de cada persona concreta.
Otra noticia: la situación de los centros de menores en Canarias es insostenible, motines, violencia extrema. El Defensor del Pueblo señala el origen del desastre en la gestión, puesta en manos privadas, y reclama una responsabilidad directa de las instituciones plenamente públicas. Aumentan los menores que van a esos centros y por tanto, los jóvenes socialmente excluidos. ¿Pero no nos dicen que Canarias se ha enriquecido y que esos fondos europeos eran necesarios para seguir en esa dirección? ¿Y que la liberalización total nos daría la felicidad? ¿La privatización de lo público obedece a otra lógica que la del beneficio económico restringido, no solidariamente compartido? La supuesta crisis educativa, que se sabe es una expresión de la crisis social, ¿no tiene que ver con la violencia intrínseca de la hegemonía del beneficio económico por encima de las personas? Meter a un niño en un colegio privado no lo salvará de esa moral social reinante. Quizá más bien al contrario.
No sé hasta qué punto la presencia o no de los fondos europeos va a ayudar a los más desfavorecidos en Canarias. Si la Verdad de Europa es la consagración de la ley única del mercado por encima de la solidaridad con el más necesitado, tendrán razón quienes defendían la ausencia de raíces y huellas judeo-cristianas en la carta magna europea.
Escribió Walter Benjamin que la principal desinformación organizada por la prensa se jugaba en los espacios en blanco que separan las noticias. En efecto, la desconexión de los hechos, su presentación como sucesos independientes, desdibuja la comprensión de la realidad social. Hay que leer, por tanto, prestando mucha atención a esos espacios en blanco.
En ese intento, me quedo con unas cuentas noticias recientes de la prensa insular. Tras el bloqueo de la ratificación de la Constitución europea en Francia, nos llega el desacuerdo sobre el reparto de fondos europeos. El supuesto aumento de la riqueza en Canarias en los últimos años plantea la posible pérdida de ayudas. Eso ha alertado a los políticos canarios que representan a la clase empresarial y ya se han puesto manos a la obra para no perder esos cuantiosos ingresos. Pero sucede que la pobreza, objetivamente, ha aumentado en Canarias (datos en La Provincia). La inyección modernizadora europea acrecienta la salud de la gran iniciativa empresarial, pero las diferencias sociales aumentan. Por primera vez en la historia, nos dicen, se exporta capital canario. Pero el crecimiento económico, la noción de riqueza no está teniendo como fin principal la vida de cada persona concreta.
Otra noticia: la situación de los centros de menores en Canarias es insostenible, motines, violencia extrema. El Defensor del Pueblo señala el origen del desastre en la gestión, puesta en manos privadas, y reclama una responsabilidad directa de las instituciones plenamente públicas. Aumentan los menores que van a esos centros y por tanto, los jóvenes socialmente excluidos. ¿Pero no nos dicen que Canarias se ha enriquecido y que esos fondos europeos eran necesarios para seguir en esa dirección? ¿Y que la liberalización total nos daría la felicidad? ¿La privatización de lo público obedece a otra lógica que la del beneficio económico restringido, no solidariamente compartido? La supuesta crisis educativa, que se sabe es una expresión de la crisis social, ¿no tiene que ver con la violencia intrínseca de la hegemonía del beneficio económico por encima de las personas? Meter a un niño en un colegio privado no lo salvará de esa moral social reinante. Quizá más bien al contrario.
No sé hasta qué punto la presencia o no de los fondos europeos va a ayudar a los más desfavorecidos en Canarias. Si la Verdad de Europa es la consagración de la ley única del mercado por encima de la solidaridad con el más necesitado, tendrán razón quienes defendían la ausencia de raíces y huellas judeo-cristianas en la carta magna europea.
7 comentarios
Filosofando -
Tacoronte -
Bethencourt -
Fisolofando -
Bethencourt -
Efectivamente, estamos muy necesitados de imaginación, de agilidad y -¿por qué no decirlo?- hasta de un poco de desvarío para recomponer un mosaico como el nuestro: mosaico político y económico, mosaico geográfico...
Mirar a los espacios en blanco, en efecto, supone mirar a los lados y preguntarse: ¿qué tiene que ver lo que yo estoy vi(vi)endo con lo que leo, escucho o veo en los teleradiódicos? ¿Responden estos a mis preguntas o me confunden aún más? Y si la respuesta no nos satisface, pues buscar (crear) alternativas, ser valientes y audaces.
Luis -
perera -