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Trapera

Iosif Brodsky

Iosif Brodsky (Por Agustín Bethencourt)

Un extraordinario libro de conversaciones entre el culturólogo Sólomon Vólkov y el poeta Iosif Brodsky me alumbra las horas durante las últimas semanas.

Iosif Brodsky, que fue obligado a abandonar su país por las autoridades soviéticas, habla en este libro, siguiendo el hilo de las inteligentes preguntas de Vólkov, sobre su vida en Rusia y en los EEUU, sobre su poética, sobre autores norteamericanos e ingleses (Frost y Oden, sobre todo), sobre literatura rusa...

Una de las ideas apasionantes que destila Brodsky al hilo de estas conversaciones –que tuvieron lugar en Nueva York, ciudad en la que vivían ambos, y que se prolongaron durante más de diez años- es la de que el oficio del poeta se diferencia sustancialmente de otros, porque el material con el que se trabaja es el tiempo. El tiempo (en sentido metafísico, no cronológico) es la materia prima del hacedor de versos. El hombre salido del caos –en sus palabras- es alguien que reorganiza el tiempo a través del ritmo. Ese contacto íntimo con el tiempo, es el que hace del oficio de escribir versos algo único.

Brodsky habla también de traducción en este diálogo sostenido. De traducción y de relación intercultural: poeta de lengua rusa que vive en un país anglosajón, sus opiniones al respecto me parecen sugestivas y profundas: habla de su propio experiencia en contacto con un bien metafísico donde los haya: la lengua. Lector de poesía inglesa y norteamericana en lengua original, cuenta lo que le parecen las traducciones de estas poetas a su lengua materna, el ruso. Lo traducible y lo intraducible. Y no sólo de poesía habla en este sentido. Su vida cotidiana en un entorno anglófono es para él sujeto de reflexión y de comentario.

En suma, un diálogo (¿se puede reflexionar de otro modo?, nos diría Buber) del que salen mil y un flecos llenos de frescura (y de hondura).

Con este estoy-aquí, dejo –para terminar- abierta la posibilidad de contestar a cuentas preguntas quieran hacerme (y sepa responder) sobre este libro, ya que creo que no está aún traducido al español.

Salud para todos y larga vida a esta criatura, próxima a cumplir un año.

* VÓLKOV, Sólomon. Dialogi s Iosifon Brodskim. Eksmo. Moskva. 2003.

7 comentarios

micaelo -

Don Agustín:

Ha de ser usted una eminencia. De otro modo no se entiende fácilmente que dedique el tiempo cronológico a leer esas cosas tan raras mientras los virus campan a sus anchas en el portátil.

micaelo

Anónimo -

De nada. Parece, que la traducción es muy buena.

Rogers -

Me parece un articulo muy interesante, Bethencourt. Ayer intente mandar mi mensaje, pero me lo devolvian en el espacio y se me hizo tarde en el tiempo.
Besotes y arriba de ellos, campeon

Bethencourt -

Gracias por la información, Anónimo. Desde luego, animo a todo el mundo a que se haga con estos poemas. Si la traducción es buena, no se arrepentirán.

Saludos.

Anónimo -

Creo que hay cosas traducidas en español y algún poema que otro ronda, también en español, por internet

Bethencourt -

Me he reído mucho leyendo este comentario, profesor. Sobre todo, cuando me salen al paso mis sobrinos, que son sus nietos, a colación del tiempo y del espacio.

Evidentemente las palabras que dieron pie al comentario no pretendían otra cosa que seguir manteniendo el contacto con los traperos de uno y otro lado y aprovechar unos minutos para dar cuenta de una lectura que me está sabiendo rica, rica...

Profesor Ruano -

Profesor Bethencourt, porque es vd. profesor, no?, ademas de tesista, asalariado, exiliado temporal; que mas? Quid ergo est tempus? La verdad es que no sabria decirlo. que tal si le preguntamos a un fisico-poeta-filosofo? Porque, acaso se puede decir que el tiempo es mas fisico que metafisico? Si suprimimos el espacio, hay tiempo? Hay espacio sin tiempo? Y viceversa, hay tiempo sin espacio? Bueno, lo siento no puedo proseguir esta solaz divagacion porque mis nietos me quitan el tiempo y no me dejan espacio. Un abrazo.