iDIOSincrasia
(por magacín66)
El pasado domingo por la noche, cuando ya, en realidad, era lunes, tras citarlo y recomendarlo en su bitácora Mangas verdes, Manolo Almeida me obligó a rescatar el Wish you were here de Pink Floyd para rememorarlo y disfrutarlo como antaño solía hacer durante muchas noches, antes de irme a dormir: con los cascos y en la más absoluta oscuridad.
Anoche tuve el mono de repetir la experiencia y me dispuse a buscar un disco. Cuando haces esto, buscas, revuelves, y rebuscas hasta encontrar el disco que, sin tú saberlo, estabas buscando para ese justo momento. Y ese justo momento de anoche se llamó Templo de Luis Eduardo Aute. Un disco muy distinto en lo que es su línea discográfica.
Templo, que se publicó en 1987, entre 20 canciones de amor y un poema desesperado (1986) y Segundos fuera (1989), es un disco temático único y singular, dedicado por completo a dos templos: la iglesia y la mujer.
En 18 canciones va profundizando y entrelazando estos dos templos de una forma tan obsesiva como tan bien sabe hacerlo Aute cuando se trata de sexo, utilizando una y mil metáforas de términos religiosos y eucarísticos como Tengo sed, No soy digno, el verbo se hizo carne o la corona de espinas para referirse al acto de amar.
Como ejemplo de lo que es este disco, pueden servir los siguientes párrafo extraídos de varias canciones. En Éxtasis de ángeles caídos dice Acudo a tu templo de carne como quien va a misa dispuesto a oficiar la ceremonia de la Consagración; en No soy digno dice No soy digno, mujer, no soy digno de entrar en tu morada y en Tengo sed dice y luego de saciarte, volviste a repetir tengo sed, sin aliento apenas. Te arrullé, esta vez, entre mis muslos y de nuevo te di de beber.
Mi objetivo con este artículo era compartir con ustedes este disco, cuyas letras y músicas me tienen enganchadísimo desde hace más de 15 años. También, compartir la letra de una de las canciones que, en principio, es una curiosidad, que se sale un poco del conjunto del disco, pero que tiene que ver también con él. Se trata de la canción Idiosincrasia, donde Aute, como siempre, jugando con las palabras, recopila y mezcla un conjunto de expresiones y frases que tienen que ver con Dios.
IDIOSINCRASIA
(Luis Eduardo Aute)
Dios te ilumine, si Dios quiere,
con la ayuda de Dios.
A Dios rogando y con el mazo dando, adiós.
Vaya por Dios, Dios mío, la de Dios
es Cristo, como hay Dios.
Dios mediante, si Dios no lo remedia,
los sin-Dios, con Dios, como Dios manda.
Aquí no se mueve ni Dios,
castigo de Dios, por Dios, por Dios...
Dios los crea, los que Dios mande,
Dios proveerá.
Dios aprieta pero no ahora,
a la buena de Dios.
La madre de Dios, en las manos de Dios,
como Dios, por esos mundos de Dios,
en nombre de Dios.
¡Dios Santo! ¡Dios no lo permita!
Dios te bendiga,
pordiosero,
vive Dios,
Dios se lo pague,
vive Dios,
Dios bendito,
vive Dios,
Dios nos pille confesados...
Aquí no se aclara ni Dios,
gracias a Dios.
El pasado domingo por la noche, cuando ya, en realidad, era lunes, tras citarlo y recomendarlo en su bitácora Mangas verdes, Manolo Almeida me obligó a rescatar el Wish you were here de Pink Floyd para rememorarlo y disfrutarlo como antaño solía hacer durante muchas noches, antes de irme a dormir: con los cascos y en la más absoluta oscuridad.
Anoche tuve el mono de repetir la experiencia y me dispuse a buscar un disco. Cuando haces esto, buscas, revuelves, y rebuscas hasta encontrar el disco que, sin tú saberlo, estabas buscando para ese justo momento. Y ese justo momento de anoche se llamó Templo de Luis Eduardo Aute. Un disco muy distinto en lo que es su línea discográfica.
Templo, que se publicó en 1987, entre 20 canciones de amor y un poema desesperado (1986) y Segundos fuera (1989), es un disco temático único y singular, dedicado por completo a dos templos: la iglesia y la mujer.
En 18 canciones va profundizando y entrelazando estos dos templos de una forma tan obsesiva como tan bien sabe hacerlo Aute cuando se trata de sexo, utilizando una y mil metáforas de términos religiosos y eucarísticos como Tengo sed, No soy digno, el verbo se hizo carne o la corona de espinas para referirse al acto de amar.
Como ejemplo de lo que es este disco, pueden servir los siguientes párrafo extraídos de varias canciones. En Éxtasis de ángeles caídos dice Acudo a tu templo de carne como quien va a misa dispuesto a oficiar la ceremonia de la Consagración; en No soy digno dice No soy digno, mujer, no soy digno de entrar en tu morada y en Tengo sed dice y luego de saciarte, volviste a repetir tengo sed, sin aliento apenas. Te arrullé, esta vez, entre mis muslos y de nuevo te di de beber.
Mi objetivo con este artículo era compartir con ustedes este disco, cuyas letras y músicas me tienen enganchadísimo desde hace más de 15 años. También, compartir la letra de una de las canciones que, en principio, es una curiosidad, que se sale un poco del conjunto del disco, pero que tiene que ver también con él. Se trata de la canción Idiosincrasia, donde Aute, como siempre, jugando con las palabras, recopila y mezcla un conjunto de expresiones y frases que tienen que ver con Dios.
IDIOSINCRASIA
(Luis Eduardo Aute)
Dios te ilumine, si Dios quiere,
con la ayuda de Dios.
A Dios rogando y con el mazo dando, adiós.
Vaya por Dios, Dios mío, la de Dios
es Cristo, como hay Dios.
Dios mediante, si Dios no lo remedia,
los sin-Dios, con Dios, como Dios manda.
Aquí no se mueve ni Dios,
castigo de Dios, por Dios, por Dios...
Dios los crea, los que Dios mande,
Dios proveerá.
Dios aprieta pero no ahora,
a la buena de Dios.
La madre de Dios, en las manos de Dios,
como Dios, por esos mundos de Dios,
en nombre de Dios.
¡Dios Santo! ¡Dios no lo permita!
Dios te bendiga,
pordiosero,
vive Dios,
Dios se lo pague,
vive Dios,
Dios bendito,
vive Dios,
Dios nos pille confesados...
Aquí no se aclara ni Dios,
gracias a Dios.
2 comentarios
hideyoshi -
mmeida -
Un saludo.