Blogia
Trapera

Software libre para ígnaros (como yo) I

símbolo de GNUHace unos cuantos mensajes metí la pata y prometí elaborar un texto que pudiera servir de introducción al mundo del software libre para gente que no tuviera idea de que va eso, como era mi caso hace apenas un año. Y al momento de empezar a escribirlo me arrepentí, porque hay miles de textos sobre software libre colgados en la red y por gente que entiende de verdad de estos temas. ¿Qué puedo aportar yo? Pero pensado un poquito mejor, he concluido que mi propia “inocencia” puede ser una ventaja, a la hora de presentar el software libre, y el movimiento socio-político-cultural que se genera a su alrededor . Y a eso voy con todas mis carencias. Perdonen los “fusilados” no mencionados, y disculpen los expertos los errores que, al querer ofrecer una visión general y básica, pueda haber cometido este principiante.

En el principio era el hardware

En el principio (años 50-60, 70) teníamos máquinas computacionales, es decir, capaces de computar datos, supercalculadoras gigantes, sólo a disposición de grandes corporaciones o gobiernos. El ser humano, para interactuar con esas maquinas, necesitaba comunicarse con ellas para que pudieran comprender, para que ejecutaran sus órdenes. Por eso surgieron los lenguajes (ojito a esta palabra, volveremos más tarde sobre ella) de programación.

Cuando, utilizando uno de esos lenguajes, un programador conseguía que la máquina hiciese una serie de cosas por sí sola, se había creado un programa. Los programas permiten que los ordenadores (aquellos maquinotes) pudieran hacer cada vez más cosas, y de manera más eficiente. Estos programas son lo que llamamos software. El software es, por tanto, el resultado de la escritura de una programador, en un lenguaje de programación determinado. Del mismo modo que una novela es resultado de la utilización de un lenguaje por un escritor. Pero un programa es, por seguir con la metáfora, una “novela que hace cosas”.

Hardware y software evolucionaron a gran velocidad a partir de los años 80, época en la que se llega a los microordenadores, esto es, a los PCs que tenemos en casa o en la oficina (o en el bolsillo) en cuanto al hardware, y al desarrollo de los llamados sistemas operativos “ de fácil uso” en cuanto al software. Se trata de evoluciones paralelas y, por así decirlo, no previstas en el proceso de desarrollo de la informática. Un alto directivo de IBM se preguntó en público para qué querría nadie tener un ordenador en casa. La tendencia hacia la informática centralizada la rompieron hackers imaginativos, como Steve Wozniak , que construyó el primer ordenador personal capaz de ser usado por un no experto, el Apple I.

El software más importante es el llamado Sistema Operativo. Un sistema operativo es un, por así decirlo, macroprograma que permite que todos los demás programas funcionen en el ordenador. Para que podamos usar el programa de hoja de cálculo, éste debe correr sobre un sistema operativo previo, a través del cual gobernamos la máquina.

Y allí estaban los programadores

Los programadores programan, es decir, escriben programas. Gracias a su trabajo el ordenador que tienes en frente no es un adorno más o menos de diseño. A un programador cualificado, y respetado por la comunidad de programadores se le llama “hacker”, nada que ver, por tanto, ese nombrete con los piratas informáticos que tanto entusiasmo provocan en los medios. Un hacker es un programador que ha realizado aportaciones relevantes, es conocido y su trabajo apreciado por el resto de los programadores. Otra caracterísitica de los hackers es su interés en que la información fluya libremente, porque de ella se alimentan para desarrollar sus proyectos. La comunidad de programadores se parece mucho a la comunidad científica, en ese sentido, y de hecho, cabe decir que es una derivación de ésta. En una primera fase de la “industrialización” de la producción de software, era muy frecuente que los distintos programadores compartieran sus hallazgos, se corrigieran mutuamente errores en un proceso acumulativo, similar, otra vez, al de la comunidad científica.

Imaginación jurídica contra abogados de empresa: El concepto de sofware libre, el copyleft y la licencia GPL.

Este entorno de conocimiento compartido se pone en serio peligro cuando las empresas deciden patentar el resultado del trabajo de los programadores. Una patente significa que nadie puede hacer uso de algo que has inventado (o que has patentado, lo cual es muy diferente) sin tu permiso y sin pagarte royalties por ello. Las patentes sobre software significan, de hecho, restringir la posibilidad de investigar sobre él, de aprender y de ser mejorado por la comunidad de desarrolladores, ya que las fórmulas de su redacción impiden “abrir” el código del software patentado, o experimentar con él., para, por ejemplo, ver sus fallos o “bugs”. Junto a esas patentes, se hicieron habituales los contratos que obligaban al programador a “mantener el secreto”, lo que rompía la forma habitual de trabajar de los hackers hasta entonces.

Uno de los hackers más reconocido a mediados de los años 80 era Richard Stallman, que es el que inicia la lucha contra la patentabilidad del software y genera la idea del software libre. En esta misma línea actúan otros grupos, como el que elabora el sistema operativo libre FreeBSD en Berkeley.

En el comienzo de su texto “Filosofía del proyecto GNU”, Stallman dice que “El Software Libre es una cuestión de libertad: la gente debería ser libre de usar el software en todas las maneras socialmente útiles. El software difiere de los objetos materiales (como las sillas, los sandwiches y la gasolina) en el hecho de que puede ser copiado y cambiado de una manera mucho más fácil. Estas posibilidades hacen al software tan útil como es; creemos que los usuarios de software deberían poder hacer uso de ellas”

El concepto de software libre responde en ese momento a la creciente presión de las empresas informáticas por hacerse con la propiedad del software de manera exclusiva, y pisando los derechos de autor de los programadores (como dije antes, el software es una cuestión de escritura “en el principio fue la línea de comandos”, Neal Stephenson,) y al surgimiento de leyes contra la libre distribución del software:

``Software Libre'' es un asunto de libertad, no de precio. Para entender el concepto, debes pensar en ``libre'' como en ``libertad de expresión'', no como en ``cerveza gratis'' [N. del T.: en inglés una misma palabra (free) significa tanto libre como gratis, lo que ha dado lugar a cierta confusión].

``Software Libre'' se refiere a la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y mejorar el software. De modo más preciso, se refiere a cuatro libertades de los usuarios del software:
· La libertad de usar el programa, con cualquier propósito (libertad 0).
· La libertad de estudiar cómo funciona el programa, y adaptarlo a tus necesidades (libertad 1). El acceso al código fuente es una condición previa para esto.
· La libertad de distribuir copias, con lo que puedes ayudar a tu vecino (libertad 2).
· La libertad de mejorar el programa y hacer públicas las mejoras a los demás, de modo que toda la comunidad se beneficie. (libertad 3). El acceso al código fuente es un requisito previo para esto.
Un programa es software libre si los usuarios tienen todas estas libertades. Así pues, deberías tener la libertad de distribuir copias, sea con o sin modificaciones, sea gratis o cobrando una cantidad por la distribución, a cualquiera y en cualquier lugar. El ser libre de hacer esto significa (entre otras cosas) que no tienes que pedir o pagar permisos”.


Y para dar cobertura a esas libertades, se “inventa” la licencia GPL, la más extendida de las licencias de software libre. Las siglas significan “General Public License”, Licencia pública general y se basa en el concepto de copyleft (del que ya les hablé en un viejo mensaje) y que, explicado por sus creadores, consiste en:
“Para cubrir un programa con `copyleft', primero reservamos los derechos; luego añadimos términos de distribución, los cuales son un instrumento legal que le dan a todo el mundo los derechos a utilizar, modificar, y redistribuir el código del programa o cualquier programa derivado del mismo, pero solo si los términos de distribución no son cambiados. Así, el código y las libertades se hacen legalmente inseparables.
Desarrolladores de software propietario usan `copyright' para quitarle la libertad a los usuarios; nosotros usamos los derechos reservados para garantizarles su libertad. Por eso es que invertimos el nombre, convirtiendo los derechos reservados (``copyright'') en ``copyleft.''


Copyleft no es dominio público, el autor/es se reserva/n una serie de derechos sobre su obra, lo que se trata es de garantizar la libre circulación de la misma y sus derivados y que esa libertad no pueda ser restringida por terceros.
Este concepto de copyleft se ha extendido a otras formas de creación, a la producción literaria y artística con gran velocidad. El ejemplo más exitoso de copyleft aplicado a la literatura es el desarrollado por el colectivo Wu Ming.

Sólo una cosita, para resumir: software libre no es software gratis, es software libre. Puede haber software propietario gratuito (piensen el el MS explorer o en el Kazaa) y software libre de pago. Sólo es software libre aquel que se ajusta a las libertades de uso, estudio, distribución y mejora que cubre la licencia GPL.
Dentro de poquito, el desenlace de esta bonita historia ¿ganarán los buenos?

Enlaces interesantes:
www.gnu.org/philosophy/philosophy.es.html
www.gnu.org/philosophy/shouldbefree.es.html
www.gnu.org/philosophy/why-free.es.html
www.wumingfoundation.com"

1 comentario

Fran Cedrés -

A veces uno escribe un comentario con la intención de mejorar un texto, aportando algo o corrigiendo algún defecto... En este caso el artículo es difícil de mejorar, pero escribo el presente para agradecer el esfuerzo realizado no solamente en escribirlo, sino en documentarlo adecuadamente. Gracias. Fran