Gran Canaria esa GRAN desconocida
(Por Elena_BR)
A todos en la vida nos toca vivir determinadas circunstancias familiares, unas mejores y otras no tanto, que no tienes opción alguna a elegir. En mi caso concreto, me ha tocado tener un padre que además del oficio con el que nos daba los garbanzos, tenía otro segundo, mitad oficio y mitad hobby gracias al cuál podíamos permitirnos algún capricho. Su oficio era el de chófer y su gran afición la de músico. Estaba siempre con el volante en la mano, recorriendo la isla de punta a punta. Además de esas obligaciones, comparte con mi madre una gran afición que es la de salir casi por obligación a algún municipio de la isla cada sábado y/o domingo. Todo ese cúmulo de situaciones, nos llegó a ocasionar a mí y a mis hermanas algo similar al estrés en la infancia, la excursiones por la isla y su interés casi obsesivo porque supiéramos dónde estábamos en cada momento, a qué municipio pertenecía, por enseñarnos lugares recónditos, carreteras en plan camino de cabras, etc, todo eso un fin de semana sí y otro también.
Llegué a conocer de niña a todos los feriantes, al señor de los gorros, a la señora de las roscas, a la del algodón, al de los cochitos de choque, y a alguno de los turroneros era muy sencillo, coincidíamos en todas las fiestas.
Cuando llegaba el período vacacional de mi padre, y yo creía que la cosa iba a mejorar, llegaba él y te invitaba a la playa. ¡Qué bien, nos vamos a Playa del Inglés (esa playa de la que me hablan los niños de mi clase)! ¡Ja, ja, ja!. Como no podía ser menos, las playas que te esperaban eran ésas que nunca sospeché que existieran, Tasarte, Tasartico, Veneguera
Ciertamente, la madurez le da a uno otra perspectiva diferente de los hechos que te van ocurriendo en la vida. Hoy en día, le doy las gracias al machaque que tuvieron mis padres en cuanto a la geografía insular se refiere. Creo seriamente que es cierto que lo que no se conoce no se quiere
Días atrás, en mi tarea docente, impartiendo clases de matemáticas e intentando que mis alumnos/as comprendieran mejor los datos estadísticos y su manera de evaluarlos, les propuse hacer una encuesta sencilla (de la cuál me guardo algunos resultados para otro artículo) en la que tenían que indicar con un SI o con un NO si conocían algunos sitios de nuestra isla. Los lugares propuestos fueron: Los Tilos, Playa del Cabrón, Fatiga, Pinar de Tamadaba, Valle de Agaete, Fontanales, Agüimes, Playa del Inglés, Barranco de la Mina, Barranco de Aguaje, Firgas, Caideros, Artenara, Ingenio, Valsequillo, Tenteniguada, Playa de la Garita, La Goleta, Barranco de Guayadeque, Los Llanos de La Pez, La Cruz de Tejeda, La Aldea, Tazarte, Mogán, Arucas, y Las Coloradas.
Como se puede apreciar, no se rebuscó con mala intención en nuestra geografía.
La edad de los/as niños/as encuestados/as fue de 11 años, alumnos de 5º de primaria. Como se puede apreciar, no son niños muy chicos que no hayan tenido tiempo de salir de excursión por la isla.
Los resultados, aunque yo los sospechaba, consiguieron sorprenderme. Prácticamente el 90% del alumnado contestaba NO a más de 15 lugares de los 26 preguntados. Algunos además, contestaban que SI pero no sabrían decirte con seguridad si se estaban refiriendo a ese sitio concreto.
Durante el análisis de los datos estadísticos, casi de inmediato decidimos entablar un debate. Dejamos a un lado los números, y dimos prácticamente clase de Cono (para los ajenos a la profesión, una extraña mezcla entre las ciencias naturales y las sociales que dábamos antaño, y que ahora no sirve ni para una cosa ni pá la otra).
Nos dedicamos a cuestionarnos el por qué de esos resultados, ya que entre otras cosas en la encuesta había otra pregunta donde ellos tenían que opinar quién era responsable de tales desconocimientos.
Sin dudarlo, en una gran mayoría, reconocieron que era culpa de sus padres y de ellos mismos.
En la discusión, salieron a relucir aspectos tan interesantes como el de que muchos de ellos han viajado a otras islas, a la Península, incluso al extranjero pero, no tienen ni idea de qué es lo que hay más allá de la potabilizadora, o de lo que no sea la autopista hacia las zonas turísticas. Además, fueron capaces de discernir que probablemente un niño alemán que venga de vacaciones con sus padres, además de playa y sol, se lleve en la retina la belleza de nuestra Isla.
Esta es la generación que viene detrás, sin ninguna idea de lo que no sea su casa, su cole y poco más. Como ya escribí más arriba, sigo diciendo que lo que no se conoce no se puede querer
Me preocupa ese gran desinterés que parece rodearnos, empezando por lo nuestro. No creo que los resultados de mi encuesta difieran mucho de un centro escolar a otro, ni siquiera de un municipio a otro. Me da la impresión de que es la tónica general, de que es lo que se estila ahora
Encima en los Centros escolares, se han dedicado a llevar a los niños de excursión a sitios tan educativos como los parques temáticos que tenemos en nuestra geografía, que por otra parte, son los únicos sitios a los que también les llevan sus padres. Así me dirán ustedes, ¿qué puede hacer el menor?
No creo que el problema sea la capacidad intelectual ni cognitiva de los niños. Tampoco creo que la solución pase por seguir recortando los contenidos curriculares de los mismos, con la excusa de que aprendan poco pero mejor.
Si bien es cierto que los de mi generación no teníamos en los libros nada de nuestro entorno, y nos teníamos que aprender la geografía peninsular (cosa que no critico en absoluto, discrepo con aquellos que dicen que tengo que limitar mis conocimientos a mi archipiélago), también es cierto que los libros actuales enseñan una ínfima parte de nuestro entorno, nuestras tradiciones y en general nuestra cultura. Se limitan a poner una lindas fotos de aquellas zonas de interés turístico, a tergiversar las verdaderas tradiciones, en definitiva, a ir consiguiendo poco a poco, cada vez menos sentimiento de identidad canaria.
Es muy difícil que nuestra gente tome conciencia de ser canario, cuando no sabe dónde está el Nublo, el Bentayga o cómo se llama su Capital. Pero, de eso y de los otros ítems de mi encuesta hablaré otro día cuando yo termine de asimilarlos.
A todos en la vida nos toca vivir determinadas circunstancias familiares, unas mejores y otras no tanto, que no tienes opción alguna a elegir. En mi caso concreto, me ha tocado tener un padre que además del oficio con el que nos daba los garbanzos, tenía otro segundo, mitad oficio y mitad hobby gracias al cuál podíamos permitirnos algún capricho. Su oficio era el de chófer y su gran afición la de músico. Estaba siempre con el volante en la mano, recorriendo la isla de punta a punta. Además de esas obligaciones, comparte con mi madre una gran afición que es la de salir casi por obligación a algún municipio de la isla cada sábado y/o domingo. Todo ese cúmulo de situaciones, nos llegó a ocasionar a mí y a mis hermanas algo similar al estrés en la infancia, la excursiones por la isla y su interés casi obsesivo porque supiéramos dónde estábamos en cada momento, a qué municipio pertenecía, por enseñarnos lugares recónditos, carreteras en plan camino de cabras, etc, todo eso un fin de semana sí y otro también.
Llegué a conocer de niña a todos los feriantes, al señor de los gorros, a la señora de las roscas, a la del algodón, al de los cochitos de choque, y a alguno de los turroneros era muy sencillo, coincidíamos en todas las fiestas.
Cuando llegaba el período vacacional de mi padre, y yo creía que la cosa iba a mejorar, llegaba él y te invitaba a la playa. ¡Qué bien, nos vamos a Playa del Inglés (esa playa de la que me hablan los niños de mi clase)! ¡Ja, ja, ja!. Como no podía ser menos, las playas que te esperaban eran ésas que nunca sospeché que existieran, Tasarte, Tasartico, Veneguera
Ciertamente, la madurez le da a uno otra perspectiva diferente de los hechos que te van ocurriendo en la vida. Hoy en día, le doy las gracias al machaque que tuvieron mis padres en cuanto a la geografía insular se refiere. Creo seriamente que es cierto que lo que no se conoce no se quiere
Días atrás, en mi tarea docente, impartiendo clases de matemáticas e intentando que mis alumnos/as comprendieran mejor los datos estadísticos y su manera de evaluarlos, les propuse hacer una encuesta sencilla (de la cuál me guardo algunos resultados para otro artículo) en la que tenían que indicar con un SI o con un NO si conocían algunos sitios de nuestra isla. Los lugares propuestos fueron: Los Tilos, Playa del Cabrón, Fatiga, Pinar de Tamadaba, Valle de Agaete, Fontanales, Agüimes, Playa del Inglés, Barranco de la Mina, Barranco de Aguaje, Firgas, Caideros, Artenara, Ingenio, Valsequillo, Tenteniguada, Playa de la Garita, La Goleta, Barranco de Guayadeque, Los Llanos de La Pez, La Cruz de Tejeda, La Aldea, Tazarte, Mogán, Arucas, y Las Coloradas.
Como se puede apreciar, no se rebuscó con mala intención en nuestra geografía.
La edad de los/as niños/as encuestados/as fue de 11 años, alumnos de 5º de primaria. Como se puede apreciar, no son niños muy chicos que no hayan tenido tiempo de salir de excursión por la isla.
Los resultados, aunque yo los sospechaba, consiguieron sorprenderme. Prácticamente el 90% del alumnado contestaba NO a más de 15 lugares de los 26 preguntados. Algunos además, contestaban que SI pero no sabrían decirte con seguridad si se estaban refiriendo a ese sitio concreto.
Durante el análisis de los datos estadísticos, casi de inmediato decidimos entablar un debate. Dejamos a un lado los números, y dimos prácticamente clase de Cono (para los ajenos a la profesión, una extraña mezcla entre las ciencias naturales y las sociales que dábamos antaño, y que ahora no sirve ni para una cosa ni pá la otra).
Nos dedicamos a cuestionarnos el por qué de esos resultados, ya que entre otras cosas en la encuesta había otra pregunta donde ellos tenían que opinar quién era responsable de tales desconocimientos.
Sin dudarlo, en una gran mayoría, reconocieron que era culpa de sus padres y de ellos mismos.
En la discusión, salieron a relucir aspectos tan interesantes como el de que muchos de ellos han viajado a otras islas, a la Península, incluso al extranjero pero, no tienen ni idea de qué es lo que hay más allá de la potabilizadora, o de lo que no sea la autopista hacia las zonas turísticas. Además, fueron capaces de discernir que probablemente un niño alemán que venga de vacaciones con sus padres, además de playa y sol, se lleve en la retina la belleza de nuestra Isla.
Esta es la generación que viene detrás, sin ninguna idea de lo que no sea su casa, su cole y poco más. Como ya escribí más arriba, sigo diciendo que lo que no se conoce no se puede querer
Me preocupa ese gran desinterés que parece rodearnos, empezando por lo nuestro. No creo que los resultados de mi encuesta difieran mucho de un centro escolar a otro, ni siquiera de un municipio a otro. Me da la impresión de que es la tónica general, de que es lo que se estila ahora
Encima en los Centros escolares, se han dedicado a llevar a los niños de excursión a sitios tan educativos como los parques temáticos que tenemos en nuestra geografía, que por otra parte, son los únicos sitios a los que también les llevan sus padres. Así me dirán ustedes, ¿qué puede hacer el menor?
No creo que el problema sea la capacidad intelectual ni cognitiva de los niños. Tampoco creo que la solución pase por seguir recortando los contenidos curriculares de los mismos, con la excusa de que aprendan poco pero mejor.
Si bien es cierto que los de mi generación no teníamos en los libros nada de nuestro entorno, y nos teníamos que aprender la geografía peninsular (cosa que no critico en absoluto, discrepo con aquellos que dicen que tengo que limitar mis conocimientos a mi archipiélago), también es cierto que los libros actuales enseñan una ínfima parte de nuestro entorno, nuestras tradiciones y en general nuestra cultura. Se limitan a poner una lindas fotos de aquellas zonas de interés turístico, a tergiversar las verdaderas tradiciones, en definitiva, a ir consiguiendo poco a poco, cada vez menos sentimiento de identidad canaria.
Es muy difícil que nuestra gente tome conciencia de ser canario, cuando no sabe dónde está el Nublo, el Bentayga o cómo se llama su Capital. Pero, de eso y de los otros ítems de mi encuesta hablaré otro día cuando yo termine de asimilarlos.
7 comentarios
Miguel_AG -
Quería decir, por un lado, que cuando yo (y los de mi edad, que somos los que escribimos en Trapera, más o menos,) estábamos en el colegio, no nos enseñaban nada sobre geografía, historia, naturaleza... canaria.
Por otro lado, a raíz de lo que comentaba Elena cuando decía también es cierto que los libros actuales enseñan una ínfima parte de nuestro entorno, nuestras tradiciones y en general nuestra cultura. Se limitan a poner una lindas fotos de aquellas zonas de interés turístico, a tergiversar las verdaderas tradiciones, en definitiva, a ir consiguiendo poco a poco, cada vez menos sentimiento de identidad canaria, quería afirmar que no sé qué será peor, si lo que no aprendimos los que estuvimos en el cole hace veinte años o lo que los niños de hoy están aprendiendo sobre su entorno, concretamente, sobre nuestra isla y archipiélago. (Por supuesto que lo mejor es lo segundo, pero... )
Yo la primera vez que recibí algo de educación sobre Canarias fue en clase de geografía en 3º de B.U.P. (que debió ser, si la memoria no me falla, en el curso 1984-85) y, que fue algo excepcional, debido a que el profesor que nos daba clases (por cierto, magistralmente) trasladaba y comparaba todo lo que aprendíamos en el libro oficial a y con nuestro entorno.
Saludos!!!!!!!!!!
AGUSTIN BETHENCOURT -
Miguel_AG -
Efectivamente, en nuestra época, la geografía, la historia, la naturaleza, etc. canaria, no venía en los libros de textos... pero no sé qué será peor, si eso, o el día que se refleje en esos libros "educativos"...
Raquel Betancor -
Ahora frecuento otro entorno y realmente, echo de menos las historias de antaño o como no, los "nogalitos","las vacas ajorrás",etc.
Y nosotros somos de una generación que en su mayoría tenía sus abuelos en el campo, y es raro encontrarte con alguien de tu generación que de pequeño no jugara con la cabra o la vaca de su abuelo o del vecino de su abuelo.
Hoy día los niños no saben lo que es eso, es más, ni siquiera quieren saberlo.Y lo mismo pasa con la agricultura, saben acaso cuáles son los cultivos típicos de la zona? distinguir un escobón, un til, un brezal, un fayal?
Los tiempos cambian, no sé si a mejor.No sé cuán beneficioso es que nadie te diga de dónde vienes, me niego a pensar a que si algún día tengo un hijo sea un niño de la capital sin saber que hay más allá del C.C. Las Arenas.Y supongo que también le llevaré de excursión, le llevaré por esas carreteras de IRIDA fantásticas,y aunque piense lo pesada que soy, me lo agradezca el día de mañana.
Me quedó para mí los atardeceres en el Sobradillo, la bajada de Casa Encarnada, la sobremesa en Chidaz o el atajo de Lomo el Gallego.
orlando -
Philipus -
AGUSTIN BETHENCOURT -
P.D. Por si a alguien le sigue haciendo falta la aclaración (de todo hay en la viña del Señor) no nos referimos a estudiar SÓLO nuestra realidad. Quede claro para los eternamente suspicaces (y para los poco sensatos).
Por último, Elena, gracias por hacernos partícipes de iniciativas como esta. Así se avanza.