EL DESMANTELAMIENTO DEL ESTADO DEL BIENESTAR
Por Hideyoshi
Estamos asistiendo en primera fila al desmantelamiento progresivo del Estado del Bienestar. En medio de la crisis vemos como ya el capitalismo no propone medidas keynesianas de apoyo al fortalecimiento del Estado como medio de salida, y cuando se hace (como en el caso de Obama en EEUU) son convenientemente paradas antes incluso de empezar o de pasar de algo más profundo que una propuesta o declaración de intenciones. No es un secreto que las campañas de los partidos políticos de España y de Europa en general se financian a través del apoyo de grupos financieros de poder, que a su vez los apoyan públicamente por medio de sus cadenas de comunicación (cuantas veces hemos escuchado que este a la otra cadena de radio, televisión o un periódico apoya las medidas de PP o PSOE). Este apoyo les permite sufragar los enormes gastos de campaña, y muchas veces les asegura a sus líderes un agradable retiro después de su paso por una determinada posición de poder. Pero como toda ayuda en estos ambientes no es gratuita y son dichos grupos los que imponen sus intereses en toda Europa (y en el mundo en general) a través de los partidos mayoritarios. De este modo, desde Maastricht asistimos al paulatino desmantelamiento de los sistemas de financiación del Estado, y con ello al fin de los logros sociales conseguidos con posterioridad a la IIGM en occidente. Asistimos en su momento a la privatización de empresas en España, como Telefónica (privatizada mediante oferta pública en 1995 y 1999), Endesa (mediante una Oferta Pública de Venta en 1997 y 19 98) , así como otras empresas que sufragaban el Estado del Bienestar con sus beneficios multi milllonarios (Endesa 7.228 millones de euros de beneficio de explotación en 2009 y 3.430 millones de euros de beneficio neto el mismo año; mientras que Telefónica obtuvo 16.470 millones de euros y 10.170 millones de euros en 2010 en los mismos conceptos). Esta privatización de la empresa pública se correspondería con la directiva europea que establecía para el año 2000 que todos los miembros de la UE debían tener como mínimo un 30% de su mercado liberalizado. Una liberalización que recortaba en mucho los beneficios estatales y que dificultaba mantener las coberturas. A la par, en ese proceso, se ha consolidado la liberalización del mercado del trabajo (tal y como expusimos en el anterior artículo) y, con el fantasma de la crisis sobre nosotros, se ha aprovechado el momento para legitimar un cambio en la constitución que legitime un tope de endeudamiento estatal (claro, los señores del PP y PSOE ni llevan a sus hijos/as a la escuela pública, ni a hospitales de la Seguridad Social), un recorte en la financiación, siempre bajo esa premisa de apretarnos el cinturón en tiempos de crisis mientras los políticos y directivos de empresas siguen cobrando sueldos astronómicos, alejados de recortes (compensan los posibles recortes con multiplicidad de funciones) o haciendo aumentos en los mismos (hay una lista de alcaldes que sin ningún rubor por la crisis se han subido el sueldo como la primera de sus medidas, los pobres….no les da para vivir).
Por todo ello afirmo que siempre pagamos los mismos la cuenta, siempre los mismos somos los que llevamos la carga. Mientras las diferencias entre ricos y pobres se hacen cada vez mayores, nuestros derechos disminuyen y muchos se creen el bulo de que no hay otro remedio….tal vez lo peor es que la falta de conciencia de clase de muchos es la que aupa a estos dos partidos al poder y perpetúa el engaño. Los movimientos sociales que a lo largo del presente año han surgido dan un rayo de luz y abre el camino a la esperanza. Como decía S. Hessel, ”no vale ya sólo con indignarse, hay que comprometerse”. Comprometerse y proponer cosas nuevas, plantearse alternativas y de forma pacífica, democrática, hacerlas efectivas. La pérdida de nuestros derechos sociales, tan duramente conseguidos, no puede ser un robo que se nos haga a plena luz del día, con nuestra pasividad y consentimiento….rebelémosnos, el mecanismo para hacerlo es el voto, la protesta pacífica, el simple boca en boca, cualquier forma es válida y cualquier cambio grande
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