LA COMIDA COMO PUNTO DE REUNIÓN
Por Hideyoshi
Una muy buena amiga, llamada Pino, está saliendo con un muchacho saharaui, llamado Abdul, una magnífica persona y un cocinero como la copa de un pino. El otro día acudí a casa del hermano de ella, Juan y su novia, Eli, otros grandes amigos, a tomar un cuscús preparado por Abdul. La comida en si se convirtió en una agradabilísima experiencia no sólo desde un punto de vista culinario sino antropológico….me explico. En cada cultura el concepto de comida y reunión varía. Nuestra cultura se ha europeizado mucho y hemos perdido muchos valores a la hora de ver la comida como un punto de encuentro y una oportunidad de dialogar en un ambiente calido y familiar, no sólo porque nos paremos, en mayor o menor medida, a hablar durante la comida, sino porque la propia comida este pensada para este fin.
El día en que celebramos dicha comida fue el pasado domingo, y la verdad es que a priori el increíble calor de más de cuarenta grados con aire caliente que había en Vecindario no parecía el ambiente apropiado para que almorzáramos a gusto.
La comida empezó con unos entrantes compuestos de abundantes pinchitos y té. El té, lejos de dar más calor, nos refrescaba con su abundante espuma, sabor azucarado y con ese toque a hierbahuerto, característico del te moruno preparado a la forma tradicional. Vimos como una y otra vez echaba el te en el vaso desde bastante altura y volvía a echarlo en la tetera a fin de crear espuma y remover así el azúcar (nunca a cuchara). Por espacio de una hora y media estuvimos charlando, bien todos reunidos o bien por grupos a lo largo de la casa, mientras el té calmaba nuestra sed y calor y los pinchitos parecían despertar el apetito lo suficiente….sin saciarlo del todo.
Abdul nos explicaba, a Juan y a mí que le observábamos atentamente preparar el té, cosas de su tierra y sus costumbres….no sólo el cómo se hacía las cosas, sino el porqué de las mismas.
En el momento justo para que nuestros estómagos no se impacientaran sacamos las bandejas de cuscús cubiertas de abundante carne y verduras …un plato que te entraba primeramente por el olfato, te gustaba ya por la vista y lo disfrutabas por el gusto….un plato que alimentaba todos y cada uno de esos sentidos. La conversación siguió durante la comida…aunque he de reconocer que lo delicioso de la misma hacía que muchas veces reinara el silencio.
En definitiva fue otra forma de ver el acto de comer, lejos de ese concepto funcionalista que impregna la cultura occidental, comer como acto de alimentar el cuerpo, pudimos redescubrir el comer como acto social. Algo que por desgracia en la vida diaria a veces limitamos al acto de comer fuera. Yo que vengo de una familia donde la tertulia a la hora de la comida es norma, no comprendo la comida sino como punto de reunión, todo ello acompañado con la plenitud de sabores que una buena comida nos puede ofrecer.
5 comentarios
mapi -
hideyoshi -
panta -
Por ejemplo, la mayor parte de los negocios se cierran en comidas (otra cosa es si son a costa del erario público ;)
hideyoshi -
Mij -
Besos.