MATAR A UN RUISEÑOR
Por Hideyoshi.
El otro día, este jueves para ser exactos, retomé una sana costumbre de mi época de estudiante…acudir a las proyecciones de películas que se organizan en la sala de actos de la facultad de Geografía e Historia. Recuerdo que periódicamente ponían títulos o bien clásicos, que aunque uno hubiese visto se le apetecía ver en pantalla grande, o bien sugerentes por cualquier otro aspecto.
La película que proyectaron fue “Matar a un ruiseñor” de Robert Mulligan del año 1962. Normalmente cuando uno ha leído primero un libro la película suele decepcionar porque no suele tener el espíritu de lo tratado en el libro. A mi eso me ha ocurrido siempre salvo cuatro excepciones: Conan, el bárbaro (su adaptación respecto al comic), El señor de los anillos (se nota que el director es un fanático de la saga tolkiana) , Las uvas de la ira ( sé palpa la colaboración que existió entre John Ford y Joseph Steinbeck) y esta adaptación del clásico de Harper Lee.
La película primeramente me sorprendió por como mantiene ese ritmo pausado, sin prisas… tan de aire sureño de los Estados Unidos que tiene el libro. En algunos momentos de la película uno parece poder sentir el calor y la humedad en el ambiente.
Destaca también sobremanera la actuación de Gregory Peck. Un papel como el de Atticus Finch merecía una actuación como la suya…actuación que le consiguió ese año el Oscar al mejor actor.
La historia es sencilla (no sé si se me nota que no pienso desvelarla por si alguno por estas líneas se anima a leerla o a verla) y cargada de humanidad…llena de mensajes atemporales. Llena a su vez de momentos de esos que quedan grabados.
Miradas como la que Jem dirige a su padre al ver como mata al perro rabioso o la que se cruza entre el señor Ewell y Atticus cuando el primero le escupe en casa de la Sra. Robinson….se respira la tensión, el miedo de Ewell y el como Atticus se contiene.
El momento en el que Scout interviene y “frena” el intento de linchamiento.
El como se levantan los negros cuando Atticus abandona la sala en señal de respeto. O la vuelta a casa de Jem y Scout desde la función al final de la película.
Es una película y un libro que merecen la pena….una de esas historias que merecen ser conocidas por lo que cuentan, el mensaje que transmiten y por como son contadas. Un ejemplo de conciencia, de hacer lo que se debe y no lo que conviene, de tolerancia y de rectitud.
El otro día, este jueves para ser exactos, retomé una sana costumbre de mi época de estudiante…acudir a las proyecciones de películas que se organizan en la sala de actos de la facultad de Geografía e Historia. Recuerdo que periódicamente ponían títulos o bien clásicos, que aunque uno hubiese visto se le apetecía ver en pantalla grande, o bien sugerentes por cualquier otro aspecto.
La película que proyectaron fue “Matar a un ruiseñor” de Robert Mulligan del año 1962. Normalmente cuando uno ha leído primero un libro la película suele decepcionar porque no suele tener el espíritu de lo tratado en el libro. A mi eso me ha ocurrido siempre salvo cuatro excepciones: Conan, el bárbaro (su adaptación respecto al comic), El señor de los anillos (se nota que el director es un fanático de la saga tolkiana) , Las uvas de la ira ( sé palpa la colaboración que existió entre John Ford y Joseph Steinbeck) y esta adaptación del clásico de Harper Lee.
La película primeramente me sorprendió por como mantiene ese ritmo pausado, sin prisas… tan de aire sureño de los Estados Unidos que tiene el libro. En algunos momentos de la película uno parece poder sentir el calor y la humedad en el ambiente.
Destaca también sobremanera la actuación de Gregory Peck. Un papel como el de Atticus Finch merecía una actuación como la suya…actuación que le consiguió ese año el Oscar al mejor actor.
La historia es sencilla (no sé si se me nota que no pienso desvelarla por si alguno por estas líneas se anima a leerla o a verla) y cargada de humanidad…llena de mensajes atemporales. Llena a su vez de momentos de esos que quedan grabados.
Miradas como la que Jem dirige a su padre al ver como mata al perro rabioso o la que se cruza entre el señor Ewell y Atticus cuando el primero le escupe en casa de la Sra. Robinson….se respira la tensión, el miedo de Ewell y el como Atticus se contiene.
El momento en el que Scout interviene y “frena” el intento de linchamiento.
El como se levantan los negros cuando Atticus abandona la sala en señal de respeto. O la vuelta a casa de Jem y Scout desde la función al final de la película.
Es una película y un libro que merecen la pena….una de esas historias que merecen ser conocidas por lo que cuentan, el mensaje que transmiten y por como son contadas. Un ejemplo de conciencia, de hacer lo que se debe y no lo que conviene, de tolerancia y de rectitud.
4 comentarios
magacín66 -
hideyoshi -
magacín66 -
Manolo -
http://www.imdb.com/title/tt0056592/