PERDER EL MIEDO
(Por Agustín Bethencourt)
Una afirmación: no hay que tener miedo. Incluso mejor: Hay que no tener miedo.
Una constatación: a menudo eso no es así. Incluso más: ahora no es así aquí.
El miedo a perder el trabajo nos convierte en esclavos de las arbitrariedades del sistema.
El miedo al qué dirán nos convierte en plumas al viento de la moda y la convención; sin otro criterio que el pasar desapercibido.
El miedo a ser descubiertos nos inmoviliza, nos paraliza.
El miedo al cambio nos convierte en rehenes de nuestro presente.
El miedo a perder privilegios nos convierte en seres egoístas y... más miedosos.
El miedo a perder lo que poseemos nos impide compartir, no nos deja ser.
El miedo a SER borra nuestras huellas; y nos impide ver el camino que otros han abierto para nosotros.
El miedo al OTRO convierte en terroristas a todos los que son diferentes.
El miedo a sentirnos inseguros nos convierte en marionetas en manos de los salvadores de la patria.
Arrancarnos el miedo es un ejercicio imprescindible aquí y ahora. De otro modo, a la loza que siente el colonizado, habrá que sumar la loza de la globalización del miedo. Depende de cada uno seguir teniendo miedo (o no). Y sólo hay una forma: arrancarla de cuajo con el movimiento (que es) libre. "La historia es una co-creación de hombres libres", nos decía Emmanuel Mounier. Cada vez más gente oye esta voz en su interior, la voz de la libertad que hace la historia: asambleas, movimientos ciudadanos, grupos de debate y discusión, movimientos de defensa del medio ambiente, medios de comunicación no mediatizados, personas hartas de cadenas y mentiras... Bendita la gente que está perdiendo el miedo. Y que hace a Canarias, su pedazo de paraíso y de infierno, más libre.
Una afirmación: no hay que tener miedo. Incluso mejor: Hay que no tener miedo.
Una constatación: a menudo eso no es así. Incluso más: ahora no es así aquí.
El miedo a perder el trabajo nos convierte en esclavos de las arbitrariedades del sistema.
El miedo al qué dirán nos convierte en plumas al viento de la moda y la convención; sin otro criterio que el pasar desapercibido.
El miedo a ser descubiertos nos inmoviliza, nos paraliza.
El miedo al cambio nos convierte en rehenes de nuestro presente.
El miedo a perder privilegios nos convierte en seres egoístas y... más miedosos.
El miedo a perder lo que poseemos nos impide compartir, no nos deja ser.
El miedo a SER borra nuestras huellas; y nos impide ver el camino que otros han abierto para nosotros.
El miedo al OTRO convierte en terroristas a todos los que son diferentes.
El miedo a sentirnos inseguros nos convierte en marionetas en manos de los salvadores de la patria.
Arrancarnos el miedo es un ejercicio imprescindible aquí y ahora. De otro modo, a la loza que siente el colonizado, habrá que sumar la loza de la globalización del miedo. Depende de cada uno seguir teniendo miedo (o no). Y sólo hay una forma: arrancarla de cuajo con el movimiento (que es) libre. "La historia es una co-creación de hombres libres", nos decía Emmanuel Mounier. Cada vez más gente oye esta voz en su interior, la voz de la libertad que hace la historia: asambleas, movimientos ciudadanos, grupos de debate y discusión, movimientos de defensa del medio ambiente, medios de comunicación no mediatizados, personas hartas de cadenas y mentiras... Bendita la gente que está perdiendo el miedo. Y que hace a Canarias, su pedazo de paraíso y de infierno, más libre.
22 comentarios
Daniel -
solo queria decir que la juventud esta cada vez mas activa y es cada vez mas consciente de los problemas de nuestra sociedady que es muchisima gente la que se esta moviendo, sobre todo mi generacion y que todos estamos muy contentos por que hemos cambiado cosas y tenemos la gran esperanza de que todo cambie un dia.
por cierto nos ha gustado mucho tu articulo y que sepas que ninguno de nosotros tiene miedo de nada y que seguiremos luchando.
Profesor Ruano-2 -
Profesor Ruano-1 -
perera -
Filosofando -
perera -
Manuel -
Manuel (Padorno) ((perera)) -
Filipus Tacoronte -
Bethencourt -
Por cierto, Philippe: ¿a qué poemas de Manuel Padorno te refieres cuando hablas de su llamada a la juventud?
Filosofando -
Filosofando -
Bethencourt -
Sólo puedo apuntar que la generación que está ahora por debajo de los veinticinco es muy pragmática y muy directa. Es menos reflexiva -quizá- que los que pasamos de los treinta, pero mucho más activa cuando tienen una idea clara. No muelen la batata: lo tengo claro=lo hago.
Por otro lado, creo también que esta generación de la que hablo es más egoísta. Piensa en su trabajo, en su casa, en su confort material... y le cuesta salir de ese círculo de intereses.
Sin embargo, Younis, psicólogo y catedrático de la ULPGC sostiene que la juventud es muy solidaria, y eso me hace dudar mucho de mis argumentos, puesto que él está mucho más cerca del tema del que hablamos.
Por último, si volvemos al tema de los miedos, creo que en el ámbito personal, en las relaciones Yo-Tú, esta generación está más desinhibida. Que si le tienen que decir al jefe que está equivocado, se lo dicen, vamos. Y eso me parece positivo.
Espero que mis impresiones puedan enriquecer -a pesar de la distancia- el debate.
Un saludo.
Bethencourt -
Luis -
Filosofando -
Tacoronte -
Bethencourt (2) -
Siento la fuerza, decía, pero echo en falta coordinación. No se trata de imponer, ni de asimilar ningún proyecto ajeno, no. Pero sí de subir la antena y de estar atentos a qué proyectos pueden estar en marcha en Canarias y fuera de Canarias que permitan intercambiar experiencias, información, formas de actuar, etc. Muchos somos los que tenemos claro ya lo que no queremos: una Canarias sumisa, ecológicamente masacrada y económicamente minusválida y dependiente. Pero, ¿qué hacer para abrir camino? Seguro a que a esta pregunta responderemos mucho mejor desde distintos frentes que desde uno solo, por muy interesante o rico que sea.
También entiendo que hay que reflexionar mucho sobre la manera de hacer pasar el mensaje: muchos estamos de acuerdo, digo. Sí, pero. Hay miedo a ser confundido. A que repulsa al dependentismo sea interpretado como guanchismo irracional o con pandereta de partido de fútbol y de asadero siete estrellas. ¿Cómo hacer pasar el mensaje -el real, no el folclórico- sin que te pongan el sambenito y sonrían al verte pasar?
Creo que son cuestiones que tenemos que ir resolviendo. Se dan las condiciones. ¿Qué nos falta entonces?
Bethencourt -
¿Qué ocurre por ejemplo cuando la respuesta ya está prevista en la propia pregunta? Acción-Reacción. Creo que algunos, desde arriba, contemplan así la relación entre el poder y la calle. "Te asusto-Tienes miedo=tengo el control".
La respuesta estaba prevista.
Saludos.
Filosofando -
Anónimo -
Siento desde aquí la fuerza de la savia nueva canaria. Asambleas por la democracia en Tenerife, debates filosóficos en Gran Canaria, prensa libre -por fin- en la red isleña, jóvenes que viajan y viajan con la perspectiva del retorno retoñador, traperas que rompen mordazas... Podemos -y debemos- hablar mucho más sobre el tema. He aquí un entrante para el gran banquete de la palabra.
Vale.
P. Tacoronte -