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Software libre para ígnaros (como yo) y II

(daniel bellón)
Con este rollete cierro (por ahora) esta presentación amateur del mundo del software libre. Cuando a veces se critica al S.L. por su condición "amateur", se suele contestar con una frase: "El Titanic lo construyeron profesionales, el arca de Noé, aficionados. Ahí les va: que les cunda.

La explosión del software libre: Linux.

El producto más conocido popularmente del mundo del software libre es Linux.
Linux es un sistema operativo, que arranca cuando, en 1991 un estudiante finlandés llamado Linus Torvalds, lanza un mensaje a la red solicitando ayuda para desarrollar un sistema operativo basado en MINIX, un “UNIX de bolsillo” elaborado por un hacker holandés llamado Andrew Tanennbaum.

“El objetivo último de Linus era implementar un sistema operativo POSIX en su ordenador, pero empezó realizando un sistema extremadamente sencillo. Linus decidió hacer su sistema libre y accesible a todos a través de Internet. Esto posibilitó que mucha gente probara el sistema y reparara fallos. La primera versión pública de Linux fue la 0.02, en Octubre de 1991.”

La respuesta fue sorprendente, y alrededor de Linux se crea una potente comunidad de desarrolladores, que en su tiempo libre van aportando cosas al nuevo programa, gracias también al trabajo previo del movimiento GNU de Richard Stallman. La libertad de acceso a los códigos fuentes y al conocimiento previo permite avanzar muy rápido en la construcción de GNU-Linux. Pronto empieza a verse que este sistema tiene potencialidades muy atractivas, y empresas del sector informático empiezan a invertir, inicialmente recursos humanos (dejándoles trabajar en Linux en su jornada laboral) en el desarrollo de Linux, que es libre porque está sujeto a una licencia GPL., creándose después una fundación vela por dicha condición.

Al principio Linux es un sistema operativo sólo para expertos, para geeks, difícil de instalar y de comprender por personas ajenas al mundo de la informática, y acostumbradas a la aparente facilidad de uso de Windows (Nadie se pregunta cuantos años llevamos aprendiendo Windows de manera formal o informal, por otra parte ¿cuántos de ustedes han instalado un sistema operativo Windows?), pero a comienzos del la presente década Linux empieza a entrar en las casas. Porque en las empresas ya hace bastante que entró. Piensen que el 60 por ciento de los servidores de Internet (la maquinita a la que nos conectamos desde nuestro ordenador para acceder a la red) corren sobre fórmulas de software libre (Apache) y sobre Linux, los ordenadores que dan soporte a Google corren sobre Linux. Y ello porque ofrece una mayor estabilidad, escalabilidad (usarlo para lo que se necesite) y fiabilidad: los agujeros en los sistemas Microsoft empiezan a hacerse famosos. La política de la empresa de “esconder la basura bajo la mesa” pone en peligro a sus usuarios. Los bugs en los programas de software libre no se ocultan, eso es contrario a la filosofía básica del sistema: se ponen sobre la mesa y se resuelven con gran rapidez por la comunidad. Lo que uno no sepa, otro lo sabrá hacer y lo pondrá en común.

Por otra parte, potentes empresas informáticas como IBM , SUN o NOVELL, ven el potencial de Linux y la posibilidad que este sistema les ofrece de cuestionar el monopolio existente en la actualidad sobre los sistemas operativos de PC, en manos de Microsoft. Este monopolio, por otra parte, pone en peligro a la propia Internet, tal como se ha visto con la proliferación de virus. La Red es como un ecosistema: cuanto más variado, más resistente a las agresiones. La expansión brutal de ciertos virus se debe, muy concretamente, a que el 90 por ciento de los ordenadores conectados a la red utilizan el mismo sistema y el efecto de un virus es el mismo que el de una plaga sobre una plantación.

Se produce, en ese momento la convergencia entre el impulso comunitario de Linux y la tradición libertaria del software libre, con el interés de empresas muy potentes, que ven en el software libre y en Linux en particular una “nueva frontera” en la que posicionarse industrial y comercialmente. Y esa convergencia provoca la explosión de Linux en los últimos años, eso, y una cada vez mayor orientación al usuario, a hacer que Linux sea un sistema que a su fiabilidad y robustez añada sencillez de uso y atractivo para el usuario final. Ese es el momento actual de su desarrollo.

Una de las preocupaciones de Linux, heredada de su matriz, UNIX; es la seguridad. Esta preocupación hace que ciertas tareas que en Windows se realizan de manera muy sencilla, sean algo más complicadas en Linux.. El concepto es diferente y requiere una adaptación, pero pese a la dificultad de adaptarse a un entorno diferente al habitual y el estandarizado, poquito a poco Linux no sólo entra en las empresas, sino también en las casas.

Linux entra en las casas a través de las distribuciones. Y ¿qué carajo es eso de las distribuciones?

¿qué carajo es eso de las distribuciones?

Ya quedó dicho que software libre no es software gratis. En el caso de Linux, tú puedes descargar y compilar el corazón (kernel) del sistema y las aplicaciones de software libre que prefieras para trabajar en tu ordenador. Pero, amigo/a, para eso hay que saber. Entonces, ¿para qué me sirve este software libre si hay que ser un ingeniero para utilizarlo?
Eso es lo que resuelven las distribuciones. Cualquiera (que sepa) puede generar su propia distribución empaquetando Linux y otros programas para su instalación y utilización sencilla. La primera empresa que hizo eso y lo convirtió en un negocio fue Red Hat. Porque la distribución es software libre, pero se paga el trabajo de quienes lo han arreglado para que tú puedas instalar Linux a golpe de clic, y puedas usar programas sin volverte loco desempaquetando archivos. Hay muchas distribuciones en el mercado. Las más populares son Fedora (heredera de Redhat ) , SUSE, Madrakelinux y Debian. Pero hablar de las distribuciones da para otro/s mensajes. Sólo decirles que existen.

Gracias a una de esas distribuciones yo pude particionar el disco duro de mi PC e instalar Linux (les recuerdo que soy un chico de letras) junto con una tonga de programas que hacen poco necesario tener que andar descargándose más .. Otra de las cosas que ofrecen las distros es soporte técnico en las versiones de pago, actualizaciones fáciles de realizar, y comunidades de usuarios dispuestos a ayudarte.

El último grito son las llamadas metadistribuciones de Linux, que funcionan desde un CD sin necesidad de cargar nada en el ordenador. La más popular de estas es Knoppix, pero cada vez hay más. Estas metadistros permiten chequear por ejemplo si Linux reconoce todo tu hardware (desde el disco duro a la impresora o el modem), ver si te gusta trabajar con Linux, o incluso servir como disco de rescate en caso de que un día tu PC se jorobe, y todo ello sin tocar tu configuración y tu disco duro. Estén atentos que pronto la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, pondrá su propia metadistro en la calle, orientada hacia estudiantes y docentes.

Software libre sobre Windows

Pero, no hay que migrar a Linux, con todo el miedo que pueda dar a pesar de mis palabras, para poder hacer uso del software libre. Al amparo de la licencia GPL se han desarrollado productos que corren sobre los sistemas operativos de MS, y que nos permiten valorar su calidad, superior muchas veces a la del software propietario. Así, pueden usar sobre MS el navegador Mozilla, superior a todas luces al “MS explorer”, por no hablar de más seguro, o pueden utilizar The GIMP para el tratamiento de imágenes, o la suite ofimática OpenOffice.org, o GAIM para la mensajería instantánea, entre un gran montón de aplicaciones. Por si no lo saben, el eMule que utilizan para bajarse las pelis corre bajo una licencia GPL., es software libre. La ULPG distribuye gratuitamente un CD cargado de software libre para Windows.

Software libre , desarrollo local y países empobrecidos.

La utilización de soft libre es una manera de potenciar el desarrollo endógeno, aprovechando un recurso que se pone a disposición de todos de manera libre, para buscar soluciones locales a las necesidades informáticas de un territorio concreto, sin verse sometido al pago de licencias o a la dependencia tecnológica de una multinacional norteamericana. Por eso, muchos gobiernos estatales y regionales en todo el mundo (Brasil, el ayuntamiento de Munich, Extremadura, etc) están promoviendo la implantación de soft libre, incluso por una cuestión de seguridad. Instalando soft libre, sabes lo que instalas porque el código fuente está a la vista de tus programadores de confianza. No hay zonas oscuras o tapadas bajo las que pueda esconderse algún tipo de espionaje.

En España, gobiernos autónomos como Extremadura, pionero con Linex (www.linex.org) Andalucía Valencia y Madrid, de diferente color político, han promovido sus propias distribuciones de Linux, especialmente dirigidas al sistema educativo, con el fin, no despreciable, de ahorrar una millonada en licencias de software, y de que los estudiantes aprendan a manejarse en otros entornos y sistemas diferentes al dominante.

El uso de software libre hace que surjan pequeñas empresas dispuestas a prestar servicios especializados, con la posibilidad que permite el soft libre de diseñar sistemas ajustados, individualizados, a las necesidades de las empresas locales y a un coste muy razonable. Los informáticos de un territorio pasan a poder desarrollar su creatividad sobre su territorio, en vez de ser empleados eventuales no reconocidos de una multinacional.

En cuanto a los países empobrecidos, el software libre supone la reducción radical de las barreras de acceso a las redes telemáticas y a la potencia de los ordenadores, y tal vez estos países más nadie, necesitan acceder a las posibilidades que Internet ofrece. Cabe decir que en mucho de estos países la prioridad es comer, pero también quieren mirar más allá de la beneficencia. Y el software libre permite que “viejos” PCs que aquí desechamos con alegría (muchas veces debido a que los programas de MS cada vez exigen más recursos de los ordenadores) y, que son perfectamente reutilizables, funcionen sin ningún problema, contando con software de primera calidad de manera gratuita o casi, adaptar ese software a su idiosincrasia, idioma (por minoritario que sea) o necesidades locales (un caso curioso: el tratamiento de textos de la Distro Linex promovida por el Gobierno extremeño se llama “espronceda”, ¿para cuando una distro canaria en la que el programa de diseño gráfico se llame “Millares” por ejemplo), etc... Ya hay experiencias al respecto.La comunidad latinoamericana de Linux es, por ejemplo, muy potente.

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1 comentario

Bethencourt -

Me encanta tu artículo. Voy a seguir leyendo la tercera parte...